ECM de Ana Cecilia G
|
Descripción de la experiencia:
Me tuvieron que operar una segunda vez para extraer el liquido que estaba
alrededor del corazón y los pulmones. ESto me dificultaba mucho respirar.
Encontraron que estaba llena de estafilococo dorado.
Algunos pacientes son capaces de oír y sentir mucho antes que otros, después de
una anestesia. Yo me di cuenta de que
la cirugía había terminado, que estaba viva, pero no era agradable lo que
mis oídos oían. Las enfermeras y doctores encargados de limpiarme al terminar la
cirugía y prepararme para ir de regreso a cuidados intensivos, no dejaban de
hablar. Oía como se lamentaban y mencionaban que yo tenía una hijita de diez
meses que quizá no volvería a ver. Hablaban de mi familia, de mis hermanos,
papás y de mi marido.
-¿Porque están hablando así de mi familia y de mí, si aún estoy viva. No hablen
así, véanme, aquí estoy, ¡estoy escuchando!- Gritaba desesperada en mi interior
La situación era muy delicada, Colgaba de
un hilo y el resultado del estudio que se le aplicó al líquido, no fue nada
alentador: el cuerpo entero estaba invadido por huevecillos de estafilococo
dorado. Era muy complicado erradicar esa bacteria bajo las circunstancias en que
me encontraba. Quizá durante la primera cirugía se contaminó el área, nadie
podía asegurarlo.
Desperté en cuidados intensivos en un cubículo privado cuyas paredes eran
ven-tanas. Abrí los ojos y me di cuenta de que toda mi familia estaba alrededor;
sus rostros lle-nos de dolor, anunciaban que lo que había escuchado era real,
que no lo había imaginado. Estaba al borde de la muerte, pero mi interior, mi
alma, mi espíritu estaban más fuertes que nunca. No había forma de transmitir
esa confianza y fortaleza, pues estaba entubada, con un respirador y no había
forma de comunicarme más que haciendo señas.
Los doctores me preguntaron que cómo me sentía y yo levanté los brazos en señal
de triunfo, así como los de Rocky el boxeador. En ese momento, amarraron mis
manos al ba-randal de la cama por el peligro que corría de querer arrancar los
tubos respiratorios. Vi co-mo los doctores se retiraron con mis padres y esposo
para hablar fuera del área de cuidados intensivos.
-Lo más probable es que Ana Cecilia esté delirando o bien tenga ya un daño ce-rebral.
Estamos revisando con qué antibiótico debemos tratar la bacteria que tiene.
-Pero, ¿qué es lo que tiene doctor? ¿Qué vamos a hacer ahora?- preguntó mi
madre.
-Un estafilococo dorado. Apenas inicia, pero es muy peligroso.
Mis padres se alejaron un poco y mi marido continuó hablando con el doctor.
-¿Qué tan serio es eso doctor?
-Está muy grave. Es muy crudo lo que voy a decir, pero recomiendo que arregles
los papeles en admisión. Ella está registrada con los apellidos de soltera. Si
llega a fallecer, tendrás muchos problemas para sacarla del hospital tú mismo.
-¿Fallecer?
-Tenemos dos opciones para medicarla y erradicar el estafilococo. Como aun no
salen las pruebas definitivas, tendremos que arriesgarnos e iniciar con uno de
los me-dicamentos. Si no iniciamos hoy, esperando sea el correcto,
definitivamente la perde-remos en unos días.
-¿Entonces, qué hacemos?
-Vayan a descansar. No hay mucho que hacer esta noche.
Mis padres y mi marido se fueron a la casa donde se hospedaban con el corazón
destrozado. En el hospital, no había un área cómoda para que ellos pudieran
quedarse a pasar ahí la noche. Hoy en día, hay sillones cómodos y las salas se
han adecuado para pasar la noche completa cerca de un familiar en estado
crítico.
Mientras tanto, dentro de mi cubículo, yo intentaba señalar en distintos
momentos que me molestaba mucho el tubo de la garganta, manoteaba y movía la
cabeza, pero con los brazos amarrados, los tubos respiratorios y la secuela de
la anestesia, no me daba a enten-der.
Logré que una de las enfermeras me diera una pluma y una libreta para escribir
lo que quería decir. Solo pude escribir: garganta duele. Una de las dos
enfermeras que siempre debían permanecer conmigo, me tocó la cabeza y comentó
que era natural que se sintiera incómoda, que tenían que dejar ese tubo ahí..
Era imposible, nadie me haría caso, el dolor que yo sentía no era normal. Yo ya
había estado entubada y no había sentido incomodidad alguna. No valía la pena
seguir intentando decirles que el tubo estaba mal puesto.
Unas horas más tarde, en la madrugada, comenzó quizá la experiencia más
memorable del resto de mi vida. Una de las enfermeras le avisó a la otra que
iría a ver a su novio que se encontraba en el Mc Donalds, en el primer piso del
hospital. Y como todo parecía marchar bien, la segunda me informó que no
tardaría; que sólo iba por agua. El agua se encontraba a unos pasos de mi
cuarto. Parecerían acciones naturales, sin consecuencia alguna. Sin embargo, tal
y como yo había intentado explicar, el tubo respiratorio estaba mal puesto. Con
la secreción de algunas flemas, éste se tapó y llegó el momento en que me estaba
asfixiando. Dejó de ingresar aire a los pulmones.
Sin nadie a quien acudir, mi primera reacción fue intentar arrancar los tubos
para po-der respirar. Con los brazos amarrados era imposible, a pesar de los
jaloneos que daba con todas mis fuerzas. Más tarde, éstos quedarían con
moretones y lastimados por el intento. Daba patadas; la cama se movía por
completo, mi cuerpo se retorcía sin lograr nada. Los segundos me parecieron
horas.
Casi al mismo tiempo, la alarma del
aparato respiratorio sonó una y otra vez. Sonaba tan fuerte, que parecía tener
una ambulancia dentro de mi cubículo. Entraron corriendo lo que me parecía un
ejército de enfermeras y doctores. Escuché sus gritos diciendo respiratory,
respiratory. Llamaban al equipo especializado. Gritaban como unos locos, me
parecía a mí. Yo podía oírlo todo, pero no podía respirar. Mientras unas
enfermeras me sostenían las piernas y trataban de mantenerme quieta en la cama,
los doctores quitaron la parte de arriba del tubo que iba a la garganta, para
seguir con el procedimiento indicado. Pusieron un poco de líquido en el tubo que
salía de mi boca y trataron de succionar las flemas. Yo seguía for-cejeando
quería incorporarme para respirar. La desesperación por recibir un poco de aire
y la adrenalina me hicieron sacar tal fuerza que entre cuatro personas no
lograban mantenerme quieta. Yo solo buscaba una cosa: respirar.
El cuerpo se adhiere a la vida a pesar de estar débil, infectado, recién operado
y sin oxígeno que lo mantenga con vida. El cuerpo no se da por vencido
fácilmente y hace hasta el último esfuerzo por lograr sobrevivir.
Intentaron el procedimiento una y otra vez y no lograban liberar el tubo, quizá
porque estaba mal colocado. Comenzó entonces el mareo, la pérdida conocimiento y
el cuerpo se empieza a rendir. Entré
en paro respiratorio y casi enseguida, paro cardíaco.
Entonces, me fui.
De pronto abrí los ojos y me sentí totalmente liberada, me vi a mí misma en bata
de hospital y a los doctores alrededor de mi cuerpo intentando resucitarme. Vi
como estaban todos atareados moviéndose de un lado a otro. Cada vez los veía más
pequeños y más distantes. La sensación era extraña porque yo me sentía completa,
íntegra y sin embargo veía mi cuerpo inerte frente a mí. Yo sólo flotaba. Ya
nadie intentaba sostener mis adolori-das piernas y brazos. El alivio era enorme.
No podía controlar lo que sucedía, me dejé llevar. Entonces, comenzó un viaje
maravilloso.
Floté por dentro de algo que parecía un árbol. Solo podía ser espectadora.
Primero, vi algo parecido a una capa de ramas que albergaban a animalitos
pequeños. Había ardillas, conejos y pájaros entre otros. Todo aquello era
armonioso, sentía paz, plenitud, irradiaban un amor como el que nunca había
sentido y menos viniendo de un animalito. Una plenitud que no había vivido. Los
sonidos penetraban el alma y cualquier cosa que hubiera que-dado atrás, perdía
importancia. Experimentar esa sensación era lo único que tenía toda mi atención
en ese momento.
Seguí flotando, mientras que mi cuerpo se
relajaba, los músculos ya no dolían, respiraba libre, no sentía cansancio. El
alivio no solo era externo, sino interior. En se-guida, vi una segunda capa de
ramas extensas. El espectáculo era
increíble. Había animales más grandes: caballos, jirafas, elefantes, leones y
muchos más. El escenario era hermoso. Los colores de piel de cada una de las
especies me maravillaban. Por primera vez, vi a esos animales salvajes, como los
seres más inofensivos y amigables que jamás hubiera visto. Era como si nos
conociéramos y fuéramos parte de una misma familia. Sentía amor por esos seres y
percibía que me amaban a mi también.
Seguí elevándome. Vi la tercera capa de ramas. Éstas estaban llenas de niños de
todas las edades y razas; cada uno era distinto y hermoso a la vez. Todos
convivían felices. Risas, cantos, vocecitas dulces, eso era todo lo que se oía.
Las sonrisas iluminaban el rostro de los pequeños. Jugaban y corrían por el
pasto. Se mojaban con el agua que caía de la fuente en el centro del jardín. No
podía hablar con nadie, al menos no lo intenté, sólo me limitaba a observar y a
disfrutar de ese hermoso paisaje. Un pai-saje que emanaba amor por todas partes.
La comunicación que tenía durante el viaje, no era verbal, pero me sentí
inundada de amor que me lo decía todo. Disfruté y me de-leité con ese
espectáculo. Decidiría quedarme ahí si me lo hubieran consultado. Pero yo era
como un globo que se escapó de la mano de un niño que no se preocupa por lo que
dejó atrás. Va a donde lo lleve el aire.
En ese momento recordé a Ana Paula, pero no me angustió, supe que estaría bien.
Entonces pude verla en su cuna durmiendo pacíficamente. Me sentí muy en paz y
muy cerca de ella; como si yo estuviera ahí a su lado. No me alejaba, sino me
acercaba más a ella y la cuidaba.
Me di cuenta de que tenía capacidad de verlo todo por adelante, por detrás,
arriba y abajo o hacia los lados al mismo tiempo. Sin importar a donde volteara,
y sin ne-cesidad de girar la cabeza, mis ojos podían ver como en tercera
dimensión. No me ocasionaba angustia o malestar. Era mucha información al mismo
tiempo y toda la asimilaba y me fascinaba. Sentía que había magia en ese lugar.
Un poco más arriba me encontré con otra capa grande de ramas. Esta vez había
gen-te joven, de edad media, antes de la vejez.
Yo percibía armonía, serenidad y alegría. Las personas sonreían y me
sentí fortalecida. Las voces eran claras, armónicas y elocuentes;, la
comunicación fluía de manera muy natural. El ambiente era de total paz y
completamente lleno de amor. También había una fuente rodeada de flores de todos
colores en medio de un gran jardín. El agua caía a diferentes ritmos formando
imágenes y su sonido era armónico y maravilloso. La gente estaba sentada
alrededor mientras conversaban y sonreían unos con otros. No hablaban con
sonidos bucales, era como si solo con su mente se dijeran todo y yo podía
escucharlo. Había personas recostadas en el jardín leyendo un libro o
simplemente tomando el sol. El paisaje era espléndido.
Me seguí dejando llevar en este viaje. Sólo podía disfrutar el placer de seguir
viajando, elevándome por ese árbol que parecía un túnel lleno de vida donde
parecía que todo estaba unido; que me hacía sentir completa y llena, libre.
Podía respirar profundamente y oxigenarme. No sentía debilidad, ya no me dolía
absolutamente nada. Recordé a mis padres y a mi marido. Sabía que estaban
sufriendo, pero también sabía que estarían bien. Quería consolarlos amándolos
más y más. Nada, absolutamente nada me pesaba. Era como si supiera que ellos
tarde o temprano disfrutarían del bienestar que yo experimentaba y dejé de
preocuparme.
Avancé un poco más hacia otra capa de ramas extendidas, pero esta vez se
observaba una gran cantidad de personas en la vejez. Los ancianos sonreían y se
veían fuertes, vigorosos. Muchos estaban sentados conversando pero sin decir
nada y disfrutando el paisaje. Se encontraban en medio de jardines llenos de
flores, arboles de diferentes especies y ríos que fluían con agua limpia y
fresca. Caminaban por las veredas y compartían historias. Nadie parecía
necesitar bastón, ni sillas de ruedas. Ninguno tenía problemas para moverse. Eso
me llamó la atención.
De pronto me di cuenta de que mi cuerpo parecía llenarse de electricidad, como
si fuese capaz de irradiar luz. Me sentía plena, el paisaje era simplemente
hermoso y mi alma se regocijó..
En ese momento, miré hacia arriba, en busca de lo que seguía, pues todo aquello
era un espectáculo con sensaciones que jamás antes había vivido. Vi un pequeño
círculo color amarillo tenue tan intenso que me atraía como un imán. Además mi
curiosidad natural, me invitaba a entrar y averiguar qué había detrás.
Mi curiosidad se convirtió en deseo; yo quería entrar ahí. Pero por más que
in-tentaba no podía acelerar mi viaje. Ansiosa y con la voluntad de entrar, me
dejé llevar hasta que penetré lentamente en ese pequeño espacio. Parecía como
una tela de seda suave y delicada. Al asomar la cabeza y los hombros, cuando
creí que finalmente podría existir en la luz que había ahí dentro, algo me
detuvo a medio cuerpo como si me hubiese quedado estancada. Esa luz inundó todos
mis sentidos y sentí que me penetró en cada parte de mi cuerpo. Me quedé cegada
y completamente extasiada. Suspiré profundamente para llenarme completa de esa
sensación maravillosa. Yo no quería, no necesitaba nada más. Había llegado a la
meta, al destino final, no podía haber más amor que ese; yo lo sentía, lo sabía.
Y lo estaba disfrutado enormemente.
Ningún placer, sentimiento de paz, armonía, plenitud o éxtasis podrían describir
la sensación de ser abrazada por esa luz que me llenó de amor por completo. No
hay palabras suficientes. Yo podía ver, escuchar, sentir, y percibir todo sin
moverme de ese árbol que me transportaba flotando. Parecía como si todo fuera
una unidad, todo estaba conectado. Tenía la capacidad de estar en todas partes
al mismo tiempo y comunicarme con todos sin decir nada. Me sentía completamente
amada, aceptada, sin ningún conflicto ni confusión. Era como estar en casa con
toda la familia de la creación.
Sin ver absolutamente nada, casi de inmediato sentí el roce de una mano en la
parte de arriba de mi cabeza. En ese momento me inundó un amor inimaginable. Me
sentí extasiada y plena. Al mismo tiempo que la mano tocó mi cabeza, oí una voz
suave, hermosa y casi mística que me decía:
-Quédate tranquila y vete en paz. Haz todo lo que te he pedido--Quédate
tranquila y vete en paz. Haz todo lo que te he pedido-.
Quería preguntar, entender, investigar más pero al instante comenzó mi viaje de
regreso. Volví a ver todas esas capas de ramas pero a gran velocidad. No había
manera de detenerme a disfrutar. Lo deseaba, pero sólo podía dejarme llevar en
ese retorno violento. No quería regresar de esa experiencia tan bella que estaba
viviendo.
¿Por qué tengo que regresar si por fin pude descansar? ¿Para qué me despiertan,
para que me molestan? Me preguntaba constantemente.
De nuevo, me vi a mí misma a lo lejos en la cama de hospital y los doctores
seguían alrededor de mi cuerpo intentando suscitarlo. En un instante, estaba en
mi cuerpo de re-greso. La cabeza me daba vueltas y más vueltas. Volví a sentir
dolor, angustia y mucho enojo. El mareo no me permitía ubicarme en tiempo y
espacio. Abrí los ojos y vi a muchos doctores alrededor intentando resucitarme.
Sentí un intenso calor en el pecho originado por el electroshock para intentar
restablecer el ritmo cardíaco. En ese momento escuché a los
doctores gritar:
-¡Regresó, está de vuelta con nosotros!
-¡No!, Yo no quiero estar de regreso. ¡Déjenme en paz!- gritaba en mi interior
sin que nadie me escuchara.
Yo estaba desesperada, no quería estar ahí. Me preguntaba una vez más, porque me
habían despertado, si finalmente me había dormido después de tanto batallar para
respirar. Parecía que a nadie le importaba lo que yo deseaba, todos querían
regresarme a ese lugar donde me dolía todo y me costaba respirar. Sentía que
habían pasado horas de esto, y sin embargo tan sólo eran unos minutos. Mi cuerpo
se resistía a quedarse y una vez más entré en paro cardiaco. Los doctores
parecían perder control, y gritaban con voz sono-ra.
-¡Se nos va, se nos va, inténtelo de nuevo!
Yo luchaba por volver a donde estaba hacía unos segundos. No había razón para
que-darme ahí, donde había tanto dolor y sufrimiento, yo sólo quería volver a
esa luz, a ese amor, a ese instante. Quería volver a sentir el inmenso amor y la
plenitud que había experimentado. Nadie oía mis gritos internos. Era increíble
que nada tenía sentido en ese momento para mí. No podía pensar en mi hija, ni en
mis papás ni en mi esposo o mi familia.
Todo eso dejo de tener importancia después de haber vivido ese descanso.
Sentía que ellos estarían bien, no tenía por qué preocuparme más.
Déjenme en paz, no me quiero quedar aquí. ¡Quiero regresar, por favor déjenme
ir!- suplicaba en mi interior
Después de una lucha de alrededor de una hora, con electroshocks y resucitación
cardiopulmonar, lograron restablecer mi ritmo cardíaco. Volví en mí. Estaba de
nuevo el en hospital, llena de tubos, sondas, respiradores y una gran cantidad
de doctores a mi alrededor. Poco a
poco se retiraron, Permanecieron sólo la guardia de las dos enfermeras que
siempre debieron estar ahí y un cardiólogo que me acompañó el resto de esa
noche.
Al principio estaba aturdida, confundida. No se puede sufrir una experiencia así
y esperar regresar entendiendo qué pasó. Atando cabos, me daba cuenta de que
estaba muy enojada con todos y que yo no entendía nada. ¿Quién me había dicho
esas pala-bras? ¿Por qué me dijo eso? ¿Sería un doctor hablándome al oído o
Jesús mismo in-dicándome un camino que yo tenía que descifrar? Todo había
sucedido al mismo tiempo: disfruté de un escenario maravilloso y me estaban
resucitando e intentando mantenerme con vida.
Pasaron varias horas antes de que vinera la claridad a mi mente. Pude entonces
aceptar y entender que algo había sucedido. Yo había estado en otro lugar, en
otra dimen-sión o quizá era el mismo lugar pero pude ver lo que antes no veía.
Algo pasó y quería entender porqué había abandonado mi cuerpo. Yo insistía en
comunicarme y la única forma era escribiendo. Me dieron la pluma del lado
izquierdo porque traía un catéter en la mano derecha. Pero no podía escribir. Al
intentar preguntar, nadie me explicaba. No me daban respuestas. A pesar de todos
los intentos que hice por escribir en mi pequeña libreta, no logré obtener
explicación. Me sentí desconcertada, pero muy fortalecida. Yo no entendía dónde
había estado, pero sabía que lo que había vivido, no era de este mun-do, de este
reino. Había tenido una probadita del maravilloso mundo que hay después de la
muerte. Todos actuaban como si estuviera moribunda. Yo quería explicarles que
estaba más sana que nunca; quería que dejaran de actuar así y decirles que
aunque me vieran mal, no estaba mal, que ya no sentía el mismo dolor, que yo
sabía que viviría, yo lo sentía y me lo habían dicho. Pero no podía hablar, ni
comunicarme. La fuerza interior que albergaba, me ayudó a no desanimarme a pesar
de todas las malas noticias que vendrían más adelante.
Después de muchos días de gravedad, entré en una crisis y comencé a llorar
profundamente. Tuve otra experiencia maravillosa:
Recargué mi cabeza en la almohada, miré hacia arriba y entonces viví una de las
experiencias más hermosas de mi vida. Comencé a orar y a pedirle a Dios que me
tranquiliza-ra. Con la mirada al techo, tratando de hacer respiraciones pausadas
y profundas, mientras escuchaba a Marcela mi hermana, me concentré en mi
oración. Entonces tuve una sensación de hormigueo por todo mi cuerpo. Con los
ojos abiertos y sintiendo que estaba en plena consciencia, vi cómo dos ángeles
descendían y se acomodaban uno a mi lado derecho y otro al izquierdo. Irradiaban
luz y veía el movimiento de sus ropas como túnicas de seda. Todo el tiempo
parecían estar flotando. No recuerdo haber visto alas grandes ni aureolas, solo
cuerpos transparentes que brillaban intensamente y me irradiaban amor puro y
pleno. Comenzaron a limpiarme; recorrían mi cabeza con gran delicadeza, mi
pecho, mis brazos, estómago y piernas. Sentí como si mi cuerpo empezara a
liberarse de la presión que tenía. Sentí alivio y disfruté del escenario, era
todo un espectáculo para mis ojos. Me sentí abrazada amorosamente por esos
seres. Marcela sólo me observaba y no entendía que pasaba; veía que me
tranquilizaba cada vez más mientras que yo miraba mi cuerpo de un lado y del
otro.
Me quedé profundamente dormida por varias horas. Descansé como tenía días de no
hacerlo. Mi respiración mejoró notablemente. Llorar fue el mejor ejercicio de
respiración que pude haber hecho. Logré lo que Lorna no había podido hacer en
días. Con el esfuerzo entró aire a mis pulmones y eso había liberado líquido y
flemas. Los eventos a veces, por más
oscuros que parezcan, traen tras de ellos una luz que los acompaña y que le da
sentido al dolor. Eso es lo que yo llamo crecer en el dolor
Son básicamente dos experiencias maravillosas las que viví durante mis dos meses
de estancia en el hospital.
¿En el momento de su experiencia hubo algún evento asociado que amenazara
su vida?
Sí
Nací
con un problema de corazón: transposición de grandes vasos y un solo ventrículo.
Desde que nací dijeron a mis padres que no viviría muchos años. No había cirugía
o remedio para mi enfermedad. Después de tener una hija milagrosamente, a los
pocos meses me vi muy mal de salud. Tuvieron que operarme. Después de la cirugía
se me complicó muchísimo y una de las cosas es que me llené de estafilococo
dorado. Mi vida estaba amenazada. Al intentar extraer el liquido que me ahogaba
alrededor de los pulmones pincharon el corazón y tuvieron que volver a operarme.
Despues de que sali de esa segunda cirugía, tuve la experiencia.
¿Fue la experiencia difícil
de explicar en palabras?
Sí
Totalmente.
No he podido hasta la fecha poder ponerle palabras a todo lo que experimenté. Me
he tardado mucho tiempo en poder hacerlo porque cuando quise buscar ayuda entre
sacerdotes, teólogos, pastores, psicólogos, nadie me las daba. Solo decian que
me felicitaban por haber vivido una experiencia así, pero nadie me ayudaba a
aclarar nada. Yo sabía lo que había vivido, pero guardé silencio por años por
temor a que nadie me creyera.
¿En qué momento durante la
experiencia tuvo su mayor nivel de estados de consciencia y alerta?
Más consciente y alerta de lo normal
Cuando
vi a los doctores tratando de resucitarme, cuando pude ver todo sin tener que
voltear a ningún lado. Veía arriba, abajo, a un lado al otro, enfrente y atrás y
no sentía ninguna confusión. Todo me hacía mucho sentido y era muy claro.
También cuando vi a los ángeles. No dude ni por un
momento que eran seres espirituales llenos de amor. Los vi, los sentí, senti su
amor y sus caricias.
Cuando vi a los doctores tratando de
resucitarme, cuando pude ver todo sin tener que voltear a ningún lado. Veía
arriba, abajo, a un lado al otro, enfrente y atrás y no sentía ninguna
confusión. Todo me hacía mucho sentido y era muy claro. Vi los colores de la
piel de los animales, los detalles de los jardines, del agua, de los árboles, el
aire. Todo lo que me rodeaba era distinto. Nunca había vivido algo así, tan
REAL! Todo lo que uno ve en películas como fantasía, aqui eran PURA REALIDAD y
se sentía maravilloso.
También cuando vi a los ángeles. No dude ni por un
momento que eran seres espirituales llenos de amor. Los vi, los sentí, senti su
amor y sus caricias.
Por favor compare su
sentido de la visión durante la experiencia con el sentido de visión cotidiano
que tenía inmediatamente antes de la experiencia.
Antes de la experiencia creo que era muy sensible a
las cosas pero no veía más allá de lo obvio. Después de la experiencia me doy
cuenta que se lo que hay detrás de las palabras de las personas sin que ellas
digan nada. ES como si yo conociera su historia y descifro perfectamente cuando
alguien está mintiendo o no es real lo que dice. Logro leer las acciones de las
personas como nunca antes. Se me desarrolló un sentido de percepción muy agudo.
Es frustrante a veces porque se que sé pero no puedo dar pruebas de lo que se,
hasta que sucede.
Por favor compare su
sentido de audición durante la experiencia con el sentido de audición cotidiano
que tenía inmediatamente antes de la experiencia.
Todo lo que escuchaba era armonioso, amoroso, con mucho sentido. EScuché muchas
voces, muchas frases, aire, agua, animales y era como si tuviera la capacidad de
entenderlo todo. Sentí que me traje conmigo mucha información pero me ha costado
mucho describirla. MI forma de ver la vida es muy diferente a la que veo que
mucha gente la ve. EScuchaba todo y no me confundía, los sonidos no eran
palabras, pero yo lo entendía todo. Nadie me habló, pero todos se comunicaron.
no se si es claro.
¿Vio o escuchó algún evento terrenal que estuviera ocurriendo
en el mismo momento en que su consciencia / conocimiento estaba separado de su
cuerpo físico / terrenal?
Incierto
Vi a los doctores resusitándome varias veces, luego supe que
fueron horas.
Vi a mi hija en su cuna y a mis padres sufriendo
sentados en una sala de espera. No se si logré verlos durante la experiencia,
pero yo sabía lo que estaba pasando y sentí gran amor por ellos. Sabía que
estarían bien y dejé de preocuparme.
¿Qué emociones sintió
durante la experiencia?
Muchas emociones. Sentí gozo, paz inmensa, un amor
que jamás había sentido. Me sentí completa, plena. Todo me hacía mucho sentido.
Era como si finalmente hubiera podido unir todos los hilos de mi existencia y
entender para que fui creada y para qué estaba ahí. Sentí un amor inmenso por
toda la gente que estaba ahí. Me enamoré de los animales y de la creación. Desde
entonces no soporto ver el sufrimiento de un animal o que lastimen árboles o
plantas sin sentido. SEntí que todo tenía un sentido armónico.
Todos estamos conectados y sentía que no me estaba
pasando nada que los demás no hubieran vivido de alguna manera. Me sentía una
misma en todos. Todo era una unidad.
¿Entró o atravesó un túnel?
Incierto
Entre a traves de un árblo, pero más bien vi como si fueran varias capas de
cielos distintos. El arbol me transportaba, pero se abrían mundos maravillosos
con cada capa de ramas. Yo escuchaba, veía, sentía todo sin moverme de ese lugar
mientras flotaba. Era como si todo estuviera unido en mi misma.
¿Vio usted una luz
sobrenatural?
Sí
Vi
una luz que me inundo por completo. Una luz que me abrazo y en el abrazo sentí
amor. Esa luz no me dejo ver, me cegó pero nunca me daño, al contrario, me
sentía extasiada, plena, completamente a salvo. Me penetró por todo mi ser. Yo
no quería abandonar ese lugar... sabía que estaba donde quería estar.
¿Vio usted o se encontró con un ser místico o presencia? ¿O
escuchó una voz inidentificable?
Me encontré con un ser definido, o una voz de origen claramente místico o
sobrenatural
La
voz que escuché era claramente algo sobrenatural. Era una voz armoniosa que me
daba una instrucción. Quizá era yo misma en esa unicidad que sentí también,
diciéndome que tenía que regresear para hacer lo que todavía no había hecho. Esa
mano que tocó mi cabeza me llenó de electricidad y me inundo de amor.
¿Se encontró usted o estaba
consciente de algún ser fallecido (o vivo)?
Sí
Creo
haber visto a mi bisabuela. Una bisabuela que la vi por ultima vez cuando yo
tenía 4 años. No hablé con ella pero me dijo muchas cosas sin hablar. Yo no
hablaba con nadie, solo sentía y me comunicaba en silencio. Sentí mucho amor,
pero ese mismo amor lo sentía de todos.
¿Se hizo usted consciente
de eventos pasados en su vida durante la experiencia?
Sí
Si, me di cuenta de que me había casado porque pensé que me moriría pronto.
Nunca pensaron que sobreviviría tanto tiempo antes de una cirugía, y menos aún
que podría tener una hija fuera de todo pronóstico. Me di cuenta que tenía miedo
de morir y por eso quería vivir
plenamente antes de hacerlo.Creí que casándome y conociendo la felicidad de una
familia, habría vivido plenamente.
¿Le pareció que ingresó a
algún otro mundo sobrenatural?
Un reino claramente místico o
sobrenatural
Definitivamente que era un reino distinto al que había vivido. No era posible
ser capaz de ver todo lo que veía sin moverme. Sentir el amor que sentí por toda
la naturaleza, los animales, las personas, el universo entero y al mismo tiempo
sentir que me amaban igual de regreso. Nunca había visto a muchas de esas
personas, pero me sentía en casa. La sensación era de una bienvenida increíble.
¿Pareció que el tiempo se
aceleraba o enlentecía?
Parecía que
todo pasaba al mismo tiempo; el tiempo se detuvo o perdió todo sentido
Al mismo tiempo que podía ver como me resucitaban, veía como mi hija estaba
en la cuna, veía a mis padres, veía a las personas disfrutando, a los niños,
animales, y todo lo que sucedía. Nada de eso me causaba confusión. Al contrario,
todo era armónico y maravilloso. Todo tenia mucho sentido.
¿Pareció que usted
repentinamente entendía todo?
Todo sobre el Universo
Si,
no había confusión. Al contrario, por primera vez todo tenía una lógica que
nunca había experimentado. Todo era armonioso, todo estaba unido. El universo
entero me hizo sentir bienvenida. Me sentí amada por los arboles, las plantas,
los animales, las personas, todo. Entendía que el dolor no significaba nada, que
todo eso era pasajero, entendía que el odio es miedo al rechazo, entendía que el
enojo es inseguridad, pero donde estaba, no había nada de eso. No quería
regresar por nada del mundo. Me sentía amada, aceptada relajada.
Estoy
escribiendo un libro que me ha costado mucho teminar, precisamente por que no
encuentro palabras para terminar de describir todo lo que vivi, sentí y
experimenté.
¿Alcanzó usted una frontera o estructura física limitante?
Sí
Si,
al llegar a la luz, sabía que una vez entrando ahí, no había vuelta atrás. Esa
era la meta. Era un circulo amarillo tenue fascinante. La luz que había ahí era
tan atractiva que lo único que deseaba era penetrarla y permanecer ahi. Era un
aluz de amor creo yo.
¿Llegaron a usted escenas
del futuro?
Escenas del
futuro del mundo Si,
vi como las cosas son, no se si en el futuro o en la actualidad pero en otra
dimensión. Las cosas están ahi, pero no alcanzamos a verlas creo yo. Vivimos en
un plano físico, pero al mismo tiempo existe el plano espiritual. Eso es lo que
yo siento, no lo se.
¿Tuvo la sensación de saber algún conocimiento especial o propósito
(***sólo de la experiencia)?
Sí
Se que
tengo que compartir lo que he vivido. No puedo dejar de compartir que la vida
después de la muerte existe. Que no es verdad eso de que pasaremos por un juicio
final que nos limitará la plenitud de la existencia. Siento que tengo el
propósito de compartir como es que aun en medio del dolor más grande, se puede
ser positivo y optimista. Se que lo importante no es lo que tenemos, ni cuanto
tenemos, tampoco es importante los títulos profesionales ni todo aquello que el
mundo demanda para tener cierto nivel social y económico. Lo importante es amar
a pesar de lo que sea. Lo importante es ver en los demás lo que ellos mismos no
pueden ver a veces. Creo que tengo que compartir que la fe es lo que salva. La
fe en ti mismo te salva de tus miedos, de tus fracasos, del desamor, de
la tristeza. Si no te amas a ti mismo, será imposible amar hacia afuera.
No podrás amar ni dar a nadie más. Creo que tengo que compartir que el amor a
uno mismo es la mejor inversión que puede uno tener. Darnos tiempo para
conocernos, para entendernos y para aceptarnos como somos. En cuanto lo hagamos,
veremos como todos los demás lo harán también.
Esta experiencia me hizo hacerme mucho más
consciente perceptiva de todo lo que realmente le ocurre a la gente. ES como si
adivinara por lo que sufre o de o que carece y trato de amarlos dándoles la
seguridad de que eso que les afecta no los hace menos valiosos.
Por favor, describa cualquier cambio que pudo
haber ocurrido en su vida después de su experiencia:
Creo
que el cambio más importante es ver la vida de otra manera. Ya dejó de tener
importancia la moda, el dinero, la vida social, las apariencias. Importan en la
medida de que me hagan vivir cómodamente, pero no vivo para tener eso
exclusivamente. Me di cuenta de que las cosas que necesito las recibiré como
consecuencia de vivir una vida congruente. Ver y amar a los demás a pesar de
quienes son y qué hacen, es algo que no me cuesta ningún trabajo como antes. Me
volví compasiva, comprensiva y en mi mente siempre trato de negociar con quienes
hacen daño para tratar de hacerles ver que no es necesario pelear o dañar. Tengo
MUCHAS conversaciones conmigo misma todo el tiempo. Constantemente trato de
comprender por lo que alguien más está pasando y me pongo en su lugar... es muy
complejo.
¿Tuvo usted algún cambio en
sus valores y creencias después de su experiencia y que hayan ocurrido como
resultado de la experiencia?
Sí No estoy segura de que una religión provenga realmente de
seres espirituales. Creo que son guía para ayudar a otros, pero al menos las
occidentales, son más bien manipulaciones del ser humano para llevarlo a donde
quieren dirigirlo. Creo que el alimento interior es responsabilidad de cada uno,
no de una iglesia, pues la iglesia puede equivocarse. Creo más bien en encontrar
métodos para llegar a encontrar la paz interior y bienestar contigo mismo.
¿Tuvo usted algún don
físico, fuera de lo ordinario o especial después de su experiencia que no haya
tenido antes de la experiencia?
Sí
Percibo
muy claramente a las personas. Me doy cuenta cuando alguien está sufriendo y no
lo puede manifestar. Siento cuando alguien miente y cuando alguien no está
diciendo la verdad. Siento que me hice mucho más sensible hacia los animales, no
puedo verlos sufrir, cuido mucho más la naturaleza, amo la naturaleza y a los
animales. Amo a las personas que me rodean a pesar de que me pudieran haber
hecho mucho daño, no siento ese rencor ni alimento el odio. Deje de concentrarme
en todo lo negativo y siempre intento ser muy positiva. Eso no lo digo yo
solamente... es lo que me dice la gente.
¿Usted a compartido esta
experiencia con otros?
Sí
Tarde mucho tiempo para compartirla completamente. Al principio compartí
pequeñas partes. No sentí mucha comprensión. La gente me veía como si hubiera
tenido un sueño. Intenté investigar con sacerdotes, pastores, teologos,
psicólogos y nunca recibí apoyo. Finalmente un año después cuando supe que si me
había ‘muerto’ o que había estado con paro respiratorio y cardiaco, fue que
empecé a compartirlo sin dudar ni un segundo. No he podido hacerlo con todo el
detalle por falta de apoyo. Ahora estoy escribiendo un libro pero necesito
ayuda, por eso ahora que vi esto, me di cuenta que ustedes me ayudan a terminar
de completar los hilos que tenía sueltos. Tuve una ECM y fue maravilloso. quiero
compartirlo, solo que me faltan PALABRAS.
¿Tenía usted algún
conocimiento de experiencias cercanas a la muerte (ECM) previamente a su
experiencia?
Sí
Leí
un libro hace años, pero no se parecía a lo que yo había experimentado. Luego
hace un año decidí escribir mi historia completa incluyendo mi ECM y entonces
sólo hasta hace dos semanas es que tuve la curiosidad de leer mucho más del
tema. Tengo un año escribiendo el libro y hasta el día de hoy fue que encontré
esta pagina. Estoy fascinada.
¿Qué pensó usted de la
realidad de su experiencia poco después (días a semanas) después de que sucedió?
La experiencia probablemente fue real
Sabía que algo había vivido, pero como no encontraba eco con
quien hablarlo y que me entendieran, me sentí muy sola y comencé a dudar. No fue
sino hasta un año después de que me dijeron que me había ido, que confirmé que
lo que viví y estaba experimentando era real. La vida la veía distinta, pero
pensaba que solo era por todo lo que sufrí en el hospital, pero no, los ángeles
y mi ECM fueron tan reales que hoy en día no tengo ninguna duda.
¿Qué piensa actualmente
usted de la realidad de su experiencia?
La experiencia fue definitivamente real
La vida
la veía distinta, pero pensaba que solo era por todo lo que sufrí en el
hospital, pero no, los ángeles y mi ECM fueron tan reales que hoy en día no
tengo ninguna duda.
¿Sus relaciones han
cambiado específicamente como resultado de su experiencia?
Sí
No
permito ninguna relación abusiva, antes la tenía. Me amé más a mi misma y empecé
a amar a los demás de forma distinta. Maduré el amor y comprendí que todos somos
una unidad. Todos estamos conectados y amar a alguien es amarme a mi misma,
dejar de hacerlo es también dejar de hacerlo para mi misma. Todo aquello que vea
de los demás, es porque lo estoy viendo en mi. No puedo ver en alguien más algo
que no tenga yo misma.
¿Ha cambiado la práctica de
sus creencias religiosas/espirituales como resultado de su experiencia?
Sí
Definitivamente.
Alimento mucho mi vida espiritual pero no con rezos o sin dejar de faltar a la
iglesia. Más bien me oriento más a la yoga, reiki, oracion personal, y mucha
meditación.
En cualquier momento de su
vida,
¿Hay algo que alguna vez lo
haya hecho reproducir alguna parte de su experiencia?
Sí
Cuando medito muchas veces logro encontrar esa paz que experimenté aquella vez.
Puedo sentir esa armonía y gozo que me llena por completo.
¿Las preguntas realizadas y
la información provista por usted describen precisa y exhaustivamente su experiencia?
Sí
Me
han ayudado enormemente a poder describir mas detalladamente todo lo que viví.
No hubiera podido describirlo así yo sola.
¿Hay alguna otra pregunta
que podría ayudarle a comunicar su experiencia?
No se me ocurre nada por ahora, sólo me gustaría
que pudiera ser en persona. Soy mejor con las palabras habladas :)
¿Hay alguna o varias partes de su experiencia que sean
especialmente significativas para usted?
Si,
el amor, la plenitud, el éxtasis que sentí al estar viendo esos escenarios
maravillosos. Vivo por volver a vivirlo.