ECM d'AZ
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Descripción de la experiencia:
Mi experiencia se produjo hará unos veinte años, cuando tenía unos diecisiete
años de edad más o menos. Estaba muy enferma, todos mis exámenes estaban bien,
aunque mi padre era médico, nadie sabía lo que me pasaba. Sea lo que fuere, tras
una semana, fui al hospital. Por el camino mi padre le dijo a mi madre: << ella
no va a regresar. >> es, entre otras, una de las frases que más tarde oí en el
hospital. Tenía el deseo de permanecer sola y no fui plenamente consciente de la
situación hasta al cabo de cinco días. Me desperté y fui al baño, lo que,
imagino, no debí hacer. Quise volver a mi cama pero no pude, luché
vigorosamente, probé del lado derecho, como no lo lograba probé del lado
izquierdo. Caí al suelo. Estaba tan débil que no podía siquiera mover la mano.
Pedí ayuda a una persona que pasaba, ésta llamó a una enfermera, vinieron pero
no lograron desplazarme. Oí que decían que había que ir a buscar ayuda.
Volvieron con dos hombres, me llevaron y me instalaron en la cama. Al día
siguiente, esperaba a que mi madre estuviese aquí, pues cada mañana, antes de
abrir los ojos, ella estaba allí. Recuerdo que esperándola, deseé no estar con
nadie, le dije que se volviera a casa, que quería estar sola, ella me rogó que
simplemente la dejase velar por mí, que cómo me iba a desenvolver sola. Respondí
que quería quedarme sola. Tras irse, no hice nada hasta el momento en que salí
por encima de mi cuerpo. Era una cosa que jamás había vivido, me sentía libre,
sin límite, sin miedo, no puedo describirlo con palabras, algo en el interior y
no sé cuanto tiempo duró eso. Luego, no me acuerdo de nada. Permanecí en coma
durante cinco días. Durante ese tiempo, mi madre estuvo conmigo día y noche. La
mañana del quinto día, mi madre me dijo más tarde que el tiempo se hizo más
pesado y que sintió que algo pasó, yo moví la mano y señalé al Imam Alí a mi
izquierda, cosa de la que no me acuerdo (ni siquiera ahora).
[Nota del traductor:
“Imam” es el título que se le da en el islam al que conduce la oración. Y “Alí”
es uno de los cuatro compañeros del profeta Mahoma, y que tras la muerte de éste
se convertiría en su cuarto sucesor.]
Después, vi a un hombre puro. No podía ni siquiera moverme, como si yo no fuera
nadie. Como dije no conocía en absoluto la cronología de los acontecimientos. Mi
madre me dijo que también ella empezó a rezar, no sé lo que pasó esa mañana, mi
madre me dijo que salí del coma esa misma tarde. Recuerdo haber estado en un
lugar verde, me sostenía sobre un grueso peñasco por encima de una tumba y era
muy feliz. De hecho yo era como un niño de ocho o nueve años, alguien vino hacia
mí y me dijo: << Vine a buscarte pero se me ha dicho que no es tu hora. >> Yo
sabía que no debía hacer preguntas, a pesar del hecho que no quería irme. Me
cogió la mano derecha y en una encrucijada, me dejó. Luego mi cama dio dos
vueltas de 360 grados, después empecé a abrir los ojos, no pude hacerlo porque
había mucha luz y yo sabía que tenía que abrir los ojos muy muy lentamente. Lo
que primero reclamé, fue mi madre. Cogí su mano, más tarde me dijo que desde que
le cogí la mano empecé a contarle que había vuelto del otro mundo, tampoco
recuerdo eso. Estoy aquí desde hace trece años y tengo decir que mi madre ha
muerto. Otra cosa se produjo, el mensaje venía de mi madre, pero por ahora, me
incomoda hablar de ello.
En respuesta a
varias preguntas que le planteamos, ella respondió:
Voy a hacer todo lo
posible para daros las informaciones correctas. El sitio del que hablo es un
cementerio, sin embargo, el suelo era totalmente verde, pero de un verde
diferente al de los cementerios ordinarios. También recuerdo llevar un vestido
blanco y negro. Nº2 Yo no conocía a ese ser, lo único que sabía es que era un
hombre (de hecho he reflexionado mucho sobre el asunto puesto que yo creo que
sólo DIOS conoce nuestra hora). Cómo pudo decirme << Vine a buscarte pero se me
ha dicho que no es tu hora.>>. Cuando me cogió la mano, no sé como, tuve el
sentimiento que no debía hacerle preguntas, pero levanté la cabeza para mirarle.
Era muy grande como si alcanzase el cielo, habíamos dado la vuelta luego fuimos
recto, él aún me sostenía la
mano, hasta que llegamos a una intersección. De hecho sólo había una ruta a la
izquierda, me dejó sobre la ruta y creo que continuó todo recto, creo que cuando
tomé la ruta de la izquierda, mi cama dio dos giros de 360 grados. Luego sé que
estuve tal como os dije.