ECM de Bob B.
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Descripción de la experiencia:
Era un sábado por la mañana normal. Yo soy un hombre de 46 años de edad sin
antecedentes de enfermedad. Me desperté y me vestí para salir a desayunar. Bajé
las escaleras y, al doblar para entrar en la sala de estar, me sentí raro. La
sensación hizo que me parara. No oí una voz, pero sentí algo dentro de mí
dándome instrucciones. Recuerdo haber pensado: “¡Oh no! Espero que no me esté
muriendo. Tengo tanto que hacer”. Era como si estuviese contestando a las
preguntas de alguien. Expresé miedo por mi hermana mayor. Es discapacitada y
necesitaba ayuda financiera y con la vida cotidiana. Temí por su bienestar.
¿Cómo podría estar sola?
Mis pensamientos corrían, mis sentimientos fluían y refluían; desasido, me conformé con mis sentimientos internos. Mis entrañas me decían: “Siéntate, estate quieto, o te arriesgas a alarmar a tu hermana”. Yo sabía que estaba sentada en la mesa de la cocina a pocos metros de distancia. De repente sentí mi cabeza muy grande, podía oír mi corazón latir. El latido iba ralentizándose o en decrescendo. Ahora sólo podía ver un cálido resplandor naranja que pasó a blanco brillante mientras sentía que me iba flotando. Podía ver mi cuerpo desplomado, sentado en el borde de la silla por debajo de mí, mientras empezaba a ser envuelto por una cálida y brillante luz, parecida a un sol de verano. Me sentía caliente. Me sentía muy feliz en ella. La experiencia era sencillamente maravillosa. No puedo encontrar palabras adecuadas para describir mi alegría.
De alguna manera, yo sabía que si cedía a esa sensación, si permanecía más tiempo, no podría regresar. Volver a la vida. Tan pronto como surgió este pensamiento, volvió mi visión. La experiencia terminó y yo estaba de vuelta en mi cuerpo, contemplando la sala de estar. Estaba sorprendido y asustado a la vez. Pensé: “¡Oh! Espero que no vuelva a ocurrir”. Tenía miedo de moverme.
Me di cuenta de que no podía respirar. Estaba hiperventilando. Me tapé la cara con la camisa e intenté normalizar mi respiración. Cuando pude respirar de nuevo, me puse de pie para ir a la cocina a por un vaso de agua y vi que tan sólo podía andar unos pasos antes de quedarme completamente sin aliento. Tomé una aspirina y, en 15 minutos o así, me encontré otra vez normal aunque me sentía muy cansado. Subí las escaleras para ir a descansar.
Al día siguiente, un domingo, mi pierna derecha se hinchó y el lunes fui al médico. Llamó a una ambulancia y fui inmediatamente llevado a un hospital y metido en la UCI (unidad de cuidados intensivos) por la coagulación y todas las embolias. En urgencias, el neumólogo me examinó, y atónito dijo: “¡No puedo creer que haya sobrevivido! Tiene coágulos de sangre en los pulmones y sin embargo está aquí tumbado perfectamente sano. Debe saber que normalmente esto sería catastrófico. Aquellos que sobreviven luchan por respirar y sin embargo usted está ahí tumbado respirando únicamente el aire de la habitación”. Sacudió su cabeza y procedió a hablarme del filtro que necesitaba para impedir que los coágulos llegaran a mis pulmones y demás cosas que debía esperar. Sus palabras no parecían reales. Los médicos me apodaron: “El hombre que burló a la muerte”. Muchos de ellos vinieron a verme durante mi estancia.
Ahora estoy en casa, recuperándome y tomando anticoagulantes; tratando de comprender todo lo que sucedió. Resulta que tenía un trastorno genético. Imagino que es la razón por la que no pienso demasiado en lo que me ocurrió físicamente aquel sábado. La sensación de ligereza y la hiperventilación ya me sucedieron varias veces antes, pero no tan exageradas como ese sábado. Además, yo había ido a ver al médico por una hinchazón y un dolor en mis pantorrillas. Él dijo que sólo era un tirón de los músculos de la pantorrilla y me mandó hacer fisioterapia. Con todo el dolor de mi pantorrilla por los coágulos y todo lo que me metieron y pincharon los médicos, me pregunto si soy yo quien ha burlado a la muerte o es ella la que me ha burlado a mí.
¿Alguna medicación asociada o sustancias que puedan haber afectado a la experiencia? No.
¿La experiencia fue difícil de expresar con palabras? No.
¿En el momento de la experiencia, existía una situación amenazante para su vida? Sí.
Describa: se formaron coágulos de sangre y me alcanzaron pulmones, brazos y cabeza.
¿Cuál era su nivel de consciencia y de vigilancia durante la experiencia? Muy consciente y alerta.
¿Fue la experiencia de algún modo parecida a un sueño? No, era vívida y se sentía muy real.
¿Experimentó una separación entre su consciencia y su cuerpo? Sí.
Describa su aspecto o forma cuando estuvo fuera de su cuerpo: yo estaba arriba mirando hacia abajo mi sala de estar. Mi cuerpo estaba sentado desplomado hacia delante en el borde de la silla. No podía ver mi cara, sólo las partes superior y posterior de mi cabeza.
¿Qué emociones sintió usted durante la experiencia? Lo más extraño para mí es que no estaba nada asustado mientras ello me ocurría. Sólo cuando cesó, empecé a asustarme… a ponerme nervioso.
Sobre todo sentía maravilla, paz y la alegría más cálida jamás experimentada. Todos mis buenos sentimientos estaban intensificados, no tenía malos sentimientos.
¿Oyó usted algún sonido o ruido extraños? Nada aparte del latido de mi corazón.
¿Pasó usted por, o en, un túnel o recinto? No.
¿Vio usted una luz? Sí.
Describa: empezó como un cálido brillo de color naranja pasando a la claridad de un sol de mediodía.
¿Encontró usted, o vio, a otros seres? Incertidumbre.
Describa: era consciente de una presencia, pero era más una sensación que una visión.
¿Experimentó usted una revisión de acontecimientos pasados de su vida? No.
¿Observó usted u oyó, durante su experiencia, algo relacionado con personas o acontecimientos que pudiera ser verificado más tarde? No.
¿Vio usted o visitó dimensiones, niveles o lugares hermosos o de alguna otra manera peculiares? Incertidumbre.
Describa: sólo la dimensión de bañarme en una cálida, hermosa, pacífica luz.
¿Tuvo usted alguna sensación de alteración del tiempo o el espacio? Sí.
Describa: la experiencia pareció durar mucho tiempo, pero en realidad probablemente tan sólo pasaron uno o dos segundos.
¿Tuvo usted la sensación de tener acceso a una sabiduría especial, a un orden y / o propósito universales? Incertidumbre.
Describa: incluso a mí me parece extraño, porque nunca he pensado en estas cosas, pero se me hizo evidente que en la vida nada es lineal. En vez de ello, todo es circular. Así, en vez de nacer un día e ir linealmente hacia el día de la muerte, el nacimiento se vuelve el comienzo de un círculo que se completa con la muerte. Esta muerte se convierte en el nacimiento de un nuevo comienzo. ¿Extraño, no?
¿Alcanzó usted un límite o una estructura física de delimitación? Incertidumbre.
Describa: alcancé un punto de alegría en el que me di cuenta que, si seguía yendo hacia la luz, no sería capaz de volver a la vida.
¿Se dio usted cuenta de futuros acontecimientos? No.
¿Se implicó usted en, o fue consciente de, una decisión de vuelta al cuerpo? Sí.
Describa: al principio estaba preocupado por no poder morir, pues mi hermana me necesitaba para cuidarla. A medida que me confortaba en la luz, me di cuenta de que si seguía más allá no podría volver atrás.
¿Como resultado de su experiencia, ha recibido usted dones psíquicos, paranormales u otros dones especiales que no tuviera antes de la misma? No.
¿Tuvo usted tras su experiencia algún cambio de actitudes o de creencias? Sí.
Describa: no cambios religiosos o espirituales, pero una especie de refuerzo de la creencia en la continuidad más allá de la vida mortal.
Me reconforta saber que mis padres y otros seres queridos fallecidos se encuentran bien.
¿Ha afectado la experiencia a sus relaciones? ¿Vida diaria? ¿Prácticas religiosas etc.? ¿Opciones de carrera? La vida me ha enseñado a vivir valorando mucho el instante. Llevaba ya muchos años oliendo rosas y reverenciando la belleza de nuestro mundo. Aprecio profundamente a mis amigos. En este sentido, una vez más, mis creencias tan sólo se reforzaron.
¿Ha compartido usted esta experiencia con otros? No.
¿Qué emociones experimentó usted después de su experiencia? Al principio estaba asustado. No confiaba en lo que me había pasado. Necesitaba tiempo para pensar. Yo soy pragmático por naturaleza. Temía más a las ambulancias o a la UCI que a la muerte en sí. Honestamente, estaba más preocupado por las reacciones de mi hermana que por el hecho de que pudiese morir. Entonces, supongo que entré en negación, pues me tomé todo lo que había pasado como nonada. Incluso al día siguiente, cuando mi pierna se hinchó, seguía pensando que no merecía la pena ir hasta urgencias. Era domingo, y esperé hasta el lunes a que mi médico estuviera en su consulta.
¿Cuál fue la mejor y la peor parte de su experiencia? Honestamente, aún no puedo responder a esto. Para mí, hasta el momento, tan sólo se trata de una experiencia.
Diré que lo peor para mí fue estar acostado en la UCI, conectado a aparatos, con los médicos diciéndome lo mal que estaba, programando la cirugía, me hacían pensar que podía morir en cualquier momento. No me preocupaba la muerte, lo que me preocupaba era que mi vida fuese a terminar en esa cama. Todo lo que quería era darme de alta y dirigirme a la playa de Hampton, donde podría sentarme en la arena y morir con un café, un cigarro y el sonido de las olas rompiendo en la playa.
¿Hay algo más que quisiera añadir en relación con la experiencia? Con toda honestidad, este pensamiento se me pasó muchas veces por la cabeza. Casi deseé, de alguna manera, que mi vida hubiese terminado aquel día. Hubiese sido una bonita manera de irse. No sentía dolor y no sabía, a priori, que la muerte fuese venir. No me asustaba en absoluto lo que fuese a pasarme ese día mientras eso ocurría, y cuando me bañe en la luz, el sentimiento era buenísimo, me sentía total y completamente contento en ella.
¿Ha cambiado su vida específicamente a consecuencia de su experiencia? Incertidumbre.
Describa: ahora mismo, tengo un mayor respeto por las otras personas. Tan sólo quiero que cada uno sea feliz… como un sentir lo precioso que es realmente el tiempo que pasamos juntos.
¿Tras la experiencia, ha habido otros elementos en su vida, medicamentos, o sustancias que hayan reproducido parte de la experiencia? No.
¿Las preguntas planteadas y la información que acaba usted de proporcionar describen exacta y exhaustivamente su experiencia? Sí.
Explique: es difícil para mí encontrar las palabras adecuadas para expresar la experiencia. Me alegro de que lo hayáis dividido en estas preguntas. Espero haberme comunicado bien.
Por favor, ofrezca alguna sugerencia que usted tenga para mejorar el cuestionario de www.nderf.org: tal vez un seguimiento en fechas posteriores podría ayudar. Mi experiencia es de hace tan sólo unas pocas semanas. Me pregunto cómo me sentiré con respecto a ello con el paso del tiempo.
Gracias por tener un lugar como éste donde la gente como yo pueda sacar fuera lo que alberga en su corazón.