ECM Probable de Diana P
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Descripción de
la experiencia:
Estaba en mi sala de estar, mirándome
en un espejo. Mi ojo derecho no podía enfocarse en el reflejo.
Seguí pestañeando y pestañeando, tratando de lograr el foco.
Sentí un
adormecimiento a lo largo del lado derecho de mi rostro, llegando a la parte más
alta de mi cabeza.
Mi respiración se
acortaba.
Era como si no quedase oxígeno en la habitación. Mi
pecho se apretó, todo se fue a negro y yo caí. Dos horas más tarde, desperté.
Había roto la mesita de cristal y caído sobre mi espalda. Dios se aseguró de que
no quedaran pedazos detrás de mi espalda. Imaginé que había pasado allí toda la
noche. Yo pensaba: ¿Por qué habré dormido aquí en el suelo? Entonces me di
cuenta que me había desvanecido. En ese momento, yo lo atribuía a la falta de
hierro. No comprendía que había tenido un ataque menor. Ahora, conversando con
los Doctores, me doy cuenta de ello. Al desmayarme yo pensé que habían sido
segundos y entonces desperté, miré al reloj y me di cuenta de que había estado
tendida en el suelo por dos horas. No fui al Médico ya que pensé que un
desmayito no era gran cosa.
La segunda vez que esto ocurrió, sentí
que venía ya que mi ojo derecho veía sólo en negro. No pude correr: me
encontraba débil; mi corazón se salía de mi pecho ‘realmente fuerte' y en forma
errática.
Mi respiración era corta y rápida.
Salté a la
cama ya que pensé que me si iba a desmayar, que ocurriera en cama esta vez.
Esperé por el desmayo, pero mi corazón latía tan fuerte que en verdad pensé que
se iba a salir de mi pecho. Escuchaba como hacía “búm búm” se detenía de una vez
y luego regresaba. Mi corazón estaba latiendo realmente rápido y fuerte;
luego se detuvo otra vez. Esto prosiguió por cerca de cinco minutos, latidos
erráticos, hasta que de pronto mi corazón se detuvo.
No sentí más dolor. Nada de
adormecimiento. Lo que me parecía extraño fue que ya no respiraba más; me
encontraba tirada allí pensando: “Bien, ¿Y ahora, qué?
No me daba cuenta que estaba muerta.
La
almohada sobre la que caí estaba a medio camino sobre mi rostro e intenté
sacarla de ahí porque me estaba molestando, levanté mi brazo y cuando intenté
empujarla, mi brazo la atravesó. No podía creer lo que pasaba, así que intenté
otra vez.
Esta vez de verdad me asustó.
Levanté mi cabeza, que yo creí que era
la física, para intentar escapar de este darme cuenta y vi mi pierna saltar – mi
pierna física – por los nervios. Sentí la carne ponerse fría. En ocasiones mi
carne se sacudía y saltaba. De lo que me di cuenta era que observaba mi cuerpo
como si yo ya no fuese a ser más parte de él. Casi de una manera como que estaba
sucio y que no era realmente yo. Me sentía feliz, en el sentido de que no estaba
en él, pero a la vez, triste de que
(ese cuerpo)
muriera de
esa manera.
Lo que más me asustaba era irme al
infierno. Mi cuerpo era la única esperanza para realmente entregarle mi vida a
Jesús y ahora ya era demasiado tarde. Pensaba como una niña, inocente y pura. No
podía inventar excusas para no irme al infierno. No podía mentir. Entonces
comencé a ver a través de los muros. Pude ver a través de la almohada con ambos
ojos -- 'que todavía sentía que eran físicos'. Vi esa pequeña imagen oscura
flotando sobre la almohada, mirándome derechamente dentro de mis ojos. Seguía
mirándome de una manera ansiosa y avara y pude escuchar lo que estaba pensando.
Se encontraba esperando que yo dejara mi cuerpo. Esta figura me hizo pensar en
un ser 'medio humano y medio sapo', se paraba como un sapo, con su rostro
mutilado. Sus ojos eran tan negros que tú caerías dentro de ellos si los
mirabas. Le grité: '¡Yo no te pertenezco a ti; le pertenezco a Dios! ¡Le
pertenezco a Jesús!' Finalmente comprendí que había muerto. Comencé a llorar,
pero ninguna lágrima rodaba desde mis ojos. Tan sólo seguía gritando: ¡Soy tuya
Dios!, ¡Soy tuya, Jesús! No hubo respuesta. Mi vida pasó delante mío mientras
yacía ahí. Pensé en todas las veces en que pequé y en todas las veces en que fui
buena, que fueron muy pocas. Seguía repitiendo esas palabras: ‘No quiero morir'.
Seguía esperando que Dios me hablase, pero no había respuesta..
El demonio se alejó de mi lado cuando
mencioné el nombre ‘Jesús', mas Jesús no vino a llevarme. Me encontraba sola. No
veía ningún túnel, yo creo, porque me negaba a aceptar mi muerte. Paré de decir
que no quería morir y lloré tan sólo. Lloré tanto que me fui dentro de una
profunda depresión.
Mi alma se sentía
pesada sobre la cama.
En ese punto supe que yo no le había
dado mi vida a Dios, después de todo.
Mi vida era toda una mentira.
Tan sólo pensaba para mi misma: ‘Me
merezco ir al infierno; yo fui una asquerosa pecadora. No me merezco ir al
Cielo’. Llegó un momento en el cual tan sólo me rendí.
Dejé de preocuparme.
No podía gritar ya que yo había
gritado y Dios y Jesús tenían todo el derecho de ignorarme ya que eso era lo
mismo que yo les había hecho toda la vida. Supe que no era sólo mi carne la que
había muerto, sino que mi alma también. Me encontraba en total desesperanza.
Seguía escuchando la voz de mi mamá: ‘Tienes que entregar realmente tu vida a
Dios. Tienes que realmente aceptar a Jesús como tu Señor y Salvador’. No lo hice
y ya era demasiado tarde. Las últimas palabras que dije fueron: ‘Me merezco
esto’. Pues aquéllo me parecieron horas, Estaba recostada allí como un zombie.
Entonces de pronto esas palabras
salieron de mí (debo aclarar algo aquí: Yo nunca leí la Biblia y jamás me
importó lo que decía): ‘¡Padre! ¿Por qué me has abandonado?'
(en Inglés bíblico. N. del T.) Se
repitió una vez más y yo sólo estaba yaciendo ahí, oyendo esta voz salir de la
boca de mi alma. Toda mi alma sintió paz y amor. Dentro de mi estómago físico
sentí un chasquido muy, muy adentro. Una sensación tibia corrió a lo largo de mi
cuerpo. Yo salté de la cama y comencé a correr por toda la casa. Golpeaba las
cosas mientras corría por alrededor de quince minutos. Seguía diciendo ‘¡Gracias
Jesús por haber tenido piedad de mí!’ Por fin, dejé de correr y traté de pensar
sobre qué había ocurrido. Supe que había sido por la piedad de Dios que yo
estaba viviendo otra vez.
Mi corazón se sentía como nuevo, su
latido era suave y regular. Miré el reloj para saber cuánto tiempo había estado
muerta y lo había estado por cerca de una hora, quizás más. Me encuentro
completamente saludable hasta hoy y le he entregado mi vida a Jesús. Le
agradezco a Él por el regalo de vida que me dio aquel día. Mi consejo para
ustedes es: ‘El Amor es la respuesta’. Dios es Amor. Yo morí teniendo veintiún
años, en 1991. Aquél fue el día en que verdaderamente le di mi vida a Jesús.
Información
previa:
Sexo:
Mujer
Fecha en que
ocurrió la ECM:
1991
¿En el momento de
su experiencia, existía alguna circunstancia que amenazara su vida?
Incierto Ataque cardiaco
Pienso que tenía un ataque cardíaco.
Elementos de la
ECM:
¿Cómo considera
el contenido de su experiencia?
Entremezclado
¿Hay alguna droga
o fármaco que podría haber afectado a la experiencia?
No No
¿Fue su
experiencia de algún modo parecida a un sueño?
No, para
nada.
Verdaderamente era más como la realidad.
Cuando estuve muerta, sentía esta vida
como un sueño ¡Y que era tan corto! Mi alma comprendió lo que era real y
temporal. Mi alma no podía mentir. La única cosa que podría haberlo hecho
parecer como un sueño era la sensación de no-tiempo. Los muros y los muebles
dejaron de verse como reales. Lo que creí importante en la tierra ya no
importaba aquí.
La muerte fue un duro despertar
a la verdad.
La experiencia
incluía:
Experiencia fuera
del cuerpo
¿Se sintió
separado de su cuerpo?
Si
Sentí que realmente ya no vivía en la carne. Percibí cómo se enfriaba mi carne.
Mi alma no podría sentir lágrimas ni siquiera un latido. Ya no respiraba. Mis
pensamientos eran puros y verdaderos.
No podía inventar excusas.
¿En qué momento
de la experiencia estuvo en su máximo nivel de consciencia y alerta?
Parecía
que yo no me encontraba muerta. Podía ver a través de los muros, etc. Llegué a
pensar que yo podía mover mi cuerpo pero realmente no se movía; sólo mi alma lo
hizo. Miré a mi cuerpo y pensé ¿Yo estaba ahí? Mi cuerpo era como un ser extraño
para mí. Sentía que esto era realmente yo, (mi alma) y que mi cuerpo había sido
todo lo que conocí mientras vivía. Ahora que mi cuerpo había muerto, me di
cuenta que él no había sido yo después
de todo.
¿El tiempo
pareció acelerarse o ralentizarse?
Todo parecía estar sucediendo a la vez; o el tiempo se detuvo o perdió todo
significado
El tiempo no
existe.
El espacio estaba en todas partes. Todo parecía que
fuese una sola cosa. Este mundo separa las cosas mientras el mundo espiritual es
un mundo unitario.
Compare por favor
su audición durante la experiencia con su audición cotidiana que tenía
inmediatamente antes del momento de la experiencia.
Si
Yo oía en la revisión de mi vida, las vistas en sonido.
Yo escuché a Jesús hablando a través de mí.
¿Le pareció ser
Consciente de cosas que ocurrían en otro lugar, como si se tratase de percepción
extra sensorial (ESP)?
Escuché en
una película acerca de la vida de Jesús: Mi Dios, mi Dios ¿Por qué me has
abandonado?' Yo nunca supe que Jesús había dicho eso en la cruz, antes de morir.
No había leído lo suficiente la Biblia como para saber. Esas mismas palabras
salieron de mí, excepto que ‘Padre’ estaba en lugar de ‘Mi Dios’.
¿Pasó hacia o a
través de un túnel?
Incierto Me
sentía que estaba en un vacío en el que nada existía. Seguía diciéndome a mí
misma que no era nada. Mi vida no era nada. Que permanecería tendida aquí para
siempre. Parecía que todo eso hubiera ocurrido sin tiempo.
¿Encontró o llegó
a ser Consciente de algún ser difunto (o todavía vivo)?
Si
Vi a un espíritu maligno al lado de mi rostro mirando dentro de mis ojos, que
desapareció cuando dije el nombre ‘Jesús’.
El demonio
esperaba que yo dejara mi cuerpo. Sus acciones hablaron. Oi mi voz hablar pero
no moví mi boca. No sentí mi lengua moverse. Hablaba desde mi alma.
La voz se proyectaba desde mí.
La experiencia
incluía:
Vacío
La experiencia
incluía:
Oscuridad
¿Vio una luz
sobrenatural?
No
¿Le pareció
entrar a algún otro mundo sobrenatural?
No
La experiencia
incluía:
Fuerte tono
emocional
¿Qué emociones
sintió durante la experiencia?
Me sentía
sola, perdida, deprimida y sobre todo, olvidada. También deseaba que mis seres
queridos no me encontrasen muerta. Realmente me preocupaba que ellos me
encontraran en la posición en la que quedé. Más que nada pensé que mi novio no
podría con esto. Me negué a aceptar la muerte. También me sentía prisionera y
sin poder.
una¿Le pareció de
repente entenderlo todo?
Todo sobre
el Universo Que todos debemos darle
nuestra vida a Jesús para obtener el Cielo.
La experiencia
incluía:
Consciencia de
eventos pasados en su vida
¿Volvieron a
usted escenas de su pasado?
Pude ver
lo mucho que amaba a la gente en este mundo. Vi todas las cosas malas que hice.
Veía el poco amor que había dado. Veía cómo
mi vida rodeaba mis propias egoístas necesidades. El fin consistía en mí
sin darle mi vida a Jesús.
¿Vinieron a usted
escenas del futuro?
No
La experiencia
incluía:
Una frontera o
punto de no retorno
¿Alcanzó un
límite o una estructura física limitante?
Si
Sentía que dejaba mi cuerpo y que no podría regresar a él. Pensé que si me
quedaba tendría algo más de probabilidad de volver a la vida. Me sentí
desamparada cuando no pude mover mi cuerpo y sí movía mi alma, abandonaría mi
cuerpo. Esperaba que Dios o Jesús me respondieran en lo que pareció durar una
eternidad. El límite era ése. Si dejaba mi cuerpo iría al infierno.
Así es que decidí quedarme en mi carne.
¿Llegó a una
frontera o punto de no retorno?
Llegué a
una barrera que no se me permitió cruzar; o fui devuelto contra mi voluntad
Yo dije a lo menos cien veces que yo era de Dios y de Jesús y que yo no deseaba
morir.
Jesús oyó mi llanto.
Él sabe
que al final lo di todo y dejé a Él decidir entre permitirme seguir muerta o
darme vida. Él eligió darme vida por su gracia y su misericordia. Mi decisión
ahora es que mi vida le pertenece a Él.
Dios,
espiritualidad y religión:
¿Qué importancia
le daba a su vida religiosa / espiritual antes de su experiencia?
Una
cristiana renacida. Así lo pienso.
¿Cuál es su religión ahora?
La misma. Pero por fin le entregué mi
vida a Jesús
¿Ha tenido un
cambio en sus valores y creencias debido a su experiencia?
Si
Ahora conozco la verdad.
La experiencia
incluía:
Presencia de
seres sobrenaturales
Con respecto a
nuestras vidas terrenales aparte de la religión:
Cambios en su
vida desde su experiencia cercana a la muerte (ECM) han sido:
Quedó más o menos igual
¿Qué cambios de
vida ocurrieron en su vida después de la experiencia?
Yo sé que
mi alma existe. ¡Ahora sé a Quién pertenece!.
¿Han cambiado sus
relaciones específicamente debido a su experiencia?
Ahora
pienso en otros antes de pensar en mí mismo. Yo hablo con Dios y con Jesús a
diario, vivo siempre pensando en ellos. Mi fe crece mientras más leo la Biblia.
Sé que no son mis trabajos los que me llevarán al Cielo, sino que la gracia de
Dios.
Después de la
ECM:
¿Experimentó un
cambio de sentimientos debido a su experiencia?
Sentimientos acerca de la familia, amigos o la sociedad
¿Experimentó un
cambio en el miedo a la muerte debido a su experiencia?
Sentimientos acerca de la muerte
¿Experimentó un
cambio en el objetivo de su vida debido a su experiencia?
Sentido de un propósito vital
¿Fue la
experiencia difícil de expresar con palabras?
Si
La gente que nunca ha muerto opina fácilmente. La gente teme a morir, así es que
no desean tocar el tema. No conozco a nadie -en nivel personal- que haya muerto
y regresado a la vida.
¿Ha tenido tras
la experiencia dones psíquicos, no ordinarios u otros dones especiales que no
tuviera antes de la experiencia?
Incierto
¿Hay una o más
partes de la experiencia que son especialmente significativas o importantes para
usted?
Lo mejor
fue regresar a la vida. Lo peor fue entender que yo me iría al infierno.
(No hay vida sin Jesús).
¿Ha compartido
usted alguna vez esta experiencia con otros?
Si
Ellos no comprenden porque nunca les ha sucedido. Algunas personas se asustan.
En general, mis seres queridos se alegran de que haya vivido otra vez.
¿En cualquier
momento de su vida, ha habido alguna vez algo que le haya reproducido parte de
la experiencia?
No