ECM de Dr. Boris
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Descripción de la experiencia:
Amigo Pepe: Francamente me ha sorprendido su
correo, ya que no lo esperaba ni sabía que Marlo le hubiese contado ese
incidente ocurrido hace tantos años. Pues bien, iniciaba el mes de febrero de
1988 y el día dos, para serle preciso, tuve que ser llevado a un hospital por
dolores en la región precordial. Fui internado en la sala de cuidados intensivos
bajo estricta vigilancia, pero dos días después sufrí un infarto, por lo que se
me mantuvo allí por unos diez días más, para luego pasarme a la habitación
privada del piso de cardiología. Yo no me sentía del todo bien, por lo que
después de consultar con el médico tratante, decidimos trasladarnos a Houston,
Texas. Realmente, Pepe, recuerdo haberle dicho a mi esposa: "si tu quieres que
yo viva, llévame a Houston donde me tendrán que operar".
Dos días después, íbamos camino a Estados Unidos, donde me esperaba la
ambulancia que me transportaría del aeropuerto al Hospital St. Luke. Llegué la
noche del martes 16, por lo que el día 17 se me hicieron nuevos reconocimientos
y se dispuso que se me haría cirugía abierta cardiovascular para reponer las
arterias obstruidas, al día siguiente, 18 de febrero. Ocurrió que como a eso de
las ocho de la noche del 17, comencé a sentir un dolor penetrante en el costado
izquierdo que cada vez se me hacía mas agudo. Luego de una gran agitación en el
piso, se me bajo a una unidad de intensivos, en donde unos tres médicos y tres
enfermeras me inyectaban, ponían suero, etc. y a cada momento se me preguntaba,
de 1 a 10, cúal era la intensidad del dolor. A esto les respondía:"9". Estaba yo
tendido en la camilla, veía todos los movimientos, pero no me podía mover. Poco
después, comencé a notar que mi cuerpo se elevaba lentamente en el espacio. No
me movía, pero seguía ascendiendo, atravesando las plantas del hospital, como si
se abrieran los pisos en mi ascenso, dejando un agujero lo suficientemente
grande para mirar hacia abajo.
Recuerdo que después de atravesar varios pisos, pude levantar mi cabeza y
voltearla sobre mi hombro derecho para ver hacia abajo. No me asustó lo que vi.
Allá abajo en la planta baja estaba yo rodeado de los doctores y las enfermeras
tratando de sacarme del estado en que me encontraba. Cerré los ojos y luego
sentí que comencé a descender rápidamente y entrar a mi cuerpo. Volví a ver la
agitación a mi alrededor. Esta experiencia se me repitió como una cinco o seis
veces. Y yo seguía contestando la intensidad del dolor.
Esta agonía duro hasta el amanecer cuando se me llevó al salón de operaciones de
forma urgente.
Quiero contarle una experiencia extraña que viví en los momentos en que sentía
que ascendía. En uno de esos instantes, me sentí que flotaba dirigiéndome por
una especie de túnel oscuro, al final del que había un hombre parado a la
entrada de una cueva, igualmente oscura. Vestía de blanco con charrateras en su
chaqueta, pero me inquietó cuando le vi levantar el brazo derecho para hacerme
señas con su mano que me acercara. Ante esa imagen tan tenebrosa, sentí mucho
temor. Y no pude más que pensar que era el demonio que me llamaba. Hice un
esfuerzo para desandar el camino recorrido, y me sentí nuevamente en el cuarto
de intensivos.-
Esa fue mi experiencia. Posterior a mi operación no quise hablar de estas cosas
hasta pasados un buen número de días, porque me sentía aún muy impresionado por
esas vivencias. Creo que pude hablar de ellas ya después de mi regreso a Panamá,
cuando me sentía seguro en mi hogar.-
Es esta la primera vez que las escribo. Marlo lo supo el año pasado que fuí a
visitarlo.-
Espero que el relato vivencial le ayude en su investigación.-
Aunque no le conozco, un abrazo, D. Boris.-
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ACLARACIONES POSTERIORES DEL DR. BORIS SOBRE SU ECM:
Estimado Pepe:
Perdóneme la demora, pero somos esclavos del tiempo. En su contestación me hace
una serie de preguntas que trataré de contestar utilizando el recurso de mi
memoria, después de haber transcurrido varios años, en los que no he tratado
este tema. Pienso que conservé mi claridad mental por varias horas durante las
que me hicieron percibir la proximidad de la muerte a la que no temía; creo que
estaba preparado para morir.
De camino al cuarto de intensivos recuerdo perfectamente que a mi lado caminaban
mi esposa a mi izquierda sujetándome la mano, mientras que la mano derecha era
sostenida por mi hija, hasta que entramos al intensivo. Allí ellas se
despidieron con un beso, a los que correspondí mentalmente. Ya en el salón
observé a los tres médicos afanados en atenderme y a las tres enfermeras
acatando las órdenes médicas. Como ya le referí mientras me aplicaban la
máscara de oxígeno y venoclisis me preguntaban cada cierto número de minutos por
la intensidad del dolor.
En la sala de cardiología ya había recibido varias tabletas sublinguales de
nitroglicerina; pero no sé qué medicamentos me aplicaron en intensivo. Sin
embargo yo permanecía consciente para responder a las preguntas que se me hacían
relativas a la intensidad del dolor.
Fue en esos momentos en que sentí la primera de las experiencias. Mi estado
emocional se mantuvo tranquilo, sin temores ni angustias porque sabía, en ese
momento, que el desprendimiento de mi cuerpo tenía un significado: había muerto!
Sin embargo, seguía pensando y sentía cómo atravesaba los pisos de distintas
salas. No ví nada a mi alrededor. Todo estaba oscuro.
Sólo cuando llegué a cierta altura, me dio por mirar por encima de mi hombro
derecho. Vi en el fondo la imagen de lo que yo había abandonado, al través del
agujero que hacía mi cuerpo en la medida que ascendía, Era un agujero redondo
pero de bordes irregulares, lo que permitía que observara el grosor del piso
atravesado, así como las aristas filosas de los bordes. Pero era un agujero lo
suficientemente grande como para que lo pudiera atravesar acostado en la camilla
como me veía.
Al mirar hacia abajo, sólo se podía percibir la iluminación de la planta baja,
en donde estaba mi cuerpo siendo atendido por el personal médico y de
enfermería. No ví, por la oscuridad, ni objetos ni seres humanos, en fin nada
que me llamara la atención en los pisos que fui atravesando; sólo me veía a mí
mismo en la planta baja siendo atendido.
En esos momentos que fueron fugaces, no tenía ningún temor. Estaba totalmente
sosegado, sin sensación de intranquilidad. Al volver la cabeza a su posición
normal sentía mi descenso e incorporación a ese ser que estaban atendiendo.
CUESTIONARIO:
Trataré de contestar algunas de las interrogantes que aparecen en el
cuestionario:
[Nota del receptor del e-mail: Preguntas 1 a 4 ya respondidas más arriba]
¿Era la experiencia similar o
parecida de alguna u otra forma a un sueño?
- No creo que fuera una experiencia similar o parecida a un estado de sueño.-
¿Experimentó usted una separación
entre su consciencia y su cuerpo?
- No sentí que mi consciencia se separara de mi cuerpo. Siempre razonaba que mi
consciencia permanecía con mi cuerpo, aunque a este lo viera en el fondo.-
¿Escuchó usted algún sonido o
ruido insólito? Describir: - No
escuché ningún ruido o sonido insólito.-
¿Encontró usted o vio a algún
otro ser?
Describir: - Solamente cuando tuve la
segunda experiencia, de la que podría considerar tipo alucinatorio por
medicamentos, me sentí en un espacio oscuro, cerrado por el que flotaba en
dirección a un área clara que se observaba a la distancia y en donde al final,
vi a ese individuo, que con la mano me llamaba. El sí estaba de pie al borde de
una cueva de borde iluminado pero de fondo oscuro, muy oscuro. En ese momento
razoné que era un ser demoníaco, me asusté y me impulsé para regresar por donde
había llegado a ese lugar.-
¿Experimentó usted una revisión
de acontecimientos de su vida pasada?
- En ningún momento logré
hacer una revisión de los acontecimientos de mi vida pasada.-
¿Observó usted u oyó alguna cosa
en relación a personas o acontecimientos durante su experiencia que podrían ser
verificados más tarde? ¿O vio usted algún objeto, habitación, persona, etc., que
estuvieran fuera del alcance visual de su cuerpo?
- Toda mi experiencia la viví en un silencio total. No vi nada más de lo
contado, lo que no podía ser verificado posteriormente.-
¿Vio usted o visitó algún lugar
hermoso, o niveles, o dimensiones distintivas de algún otro modo?
- No vi ningún lugar hermoso, ni dimensiones fuera de lo que acostumbramos a ver
en nuestro entorno de la realidad.-
¿Tuvo usted alguna sensación de
que el espacio o el tiempo estuviesen alterados?
Describir:
- No me pareció sentir que el espacio o el tiempo estuvieran alterados. Sentí la
experiencia como se vive un espacio de tiempo que transcurre y uno deja pasar.-
¿Tuvo usted la sensación de
llegar a conocer algún conocimiento especial, orden y/o propósito universal?
Describir: - No tuve la sensación de
llegar a conocer ningún conocimiento especial, orden ni propósito universal.-
¿Alcanzó usted algún límite, o
barrera, o una estructura física limitante?
Describir: - No alcancé ninguna barrera o estructura física limitante.-
¿Llegó a ser consciente de
acontecimientos futuros?
- No creo haber alcanzado a vislumbrar acontecimientos futuros.-
¿Estuvo usted implicado, o fue
usted consciente de una decisión en relación a su vuelta a su cuerpo?
- No tomé la decisión de volver a mi cuerpo. Fue algo de lo que no tome
participación voluntaria.-
¿Tuvo usted algún cambio de
actitud o de creencias después de la experiencia?
- Mucho que pensé si tal vez, pudiera yo tener algún don psíquico ya después de
haber vivido esa experiencia, pero no ha sido así. Lo cierto es que posterior a
esa vivencia creo mirar la vida desde un punto de vista más espiritual, creo
haber ampliado la percepción de lo que es un ser humano, su misión en la tierra
y el camino que debe seguir para alcanzar el mayor bienestar. Mi acercamiento a
Dios y el refuerzo de mis creencias religiosas se han constituido en el mejor
cambio que ha sufrido mi vida.-
¿Ha cambiado su vida de alguna
manera específica a consecuencia de su experiencia?
- Mis relaciones personales se han superado para bien. Creo comprender mejor la
conducta humana, conocer más a fondo las raíces que la mueven en determinadas
direcciones; ser más compasivo y contemplar el perdón desde un ángulo
diferente.-
¿Ha compartido usted esta
experiencia con otras personas?
- Esta experiencia la he compartido con muy pocas personas, no por temor de ser
rechazado, sino por el celo de guardar algo que es íntimamente mío.-
¿Qué emociones experimentó usted
después de su experiencia?
- Después de volver de la anestesia y estar plenamente consciente de mi yo, no
comuniqué nada, hasta pasados algunos días, que se lo expresé a mi esposa y a
nadie más. Pasados algunos años lo expliqué a unos amigos, que me instaron a que
lo escribiera. Nunca lo hice.-
¿Cuál fue la mejor y la peor
parte de su experiencia?
- Pienso que la peor parte de mi experiencia fue cuando me veía flotando hacia
esa cueva oscura en donde me esperaba un sujeto extraño.
¿Después de la experiencia, ha
tenido usted cualquier otro acontecimiento en su vida, medicaciones o sustancias
que reprodujesen alguna parte de la experiencia?
- Después de esa vivencia no he vuelto a tener nada parecido, ni aún bajo
efectos medicamentosos cuando se me intervino por una segunda ocasión en el año
2000.-
Bueno Pepe, creo haber respondido a todos sus interrogantes. Ojalá le sean de
valor en sus
escritos. Un abrazo, D. Boris.-