ECM de Herbert
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Descripción de la experiencia:
Durante algunos años me reuní, como con un grupo de amigos, con veteranos del
Vietnam afectados por estrés postraumático. Mi contribución para con estos
hombres era de apoyo. Escuchar sus relatos cuando era posible. Parte de la
relación que manteníamos era la de ayuda al desarrollo de su capacidad de
elocución y desarrollo de un entorno de ciertas dimensiones espirituales en el
que poder recuperar su individual sentido de espiritualidad. Les inicié en
las ceremonias de los indios nativos americanos, para establecer bases
espirituales comunes sin denominación específica, ya que estos hombres tenían
antecedentes variados en cuanto a prácticas religiosas y a denominaciones.
Como asunto de comunidad humana, era necesario establecer un entorno libre de denominaciones. Parecía ser un factor común en los veteranos de guerra (afectados por estrés postraumático) el haber, o bien rechazado las prácticas de culto de su cultura, o bien, y con más frecuencia, haber rechazado / y sentirse rechazados por sus confesiones como resultado de las causalidades de la lucha armada.
Como otros en nuestro grupo que se reunían con estos buenos hombres y mujeres (los veteranos) cada uno de nosotros les ofrecíamos amistad, empatía y afecto. Mi práctica personal consistía en ayunar los sábados en que nos reuníamos. Esto me ayudó a prepararme para literalmente “caminar en la sangre” con estas maravillosas personas.
El sábado 14 de noviembre de 1992, nos reunimos como teníamos previsto con un pequeño grupo con el que nos habíamos estado reuniendo durante unos 5 años. Por razones diversas, los veteranos llamaron para decir que no iban a venir ese día. Un buen amigo, Virgil C. el dueño del sitio donde nos reuníamos y manteníamos nuestras sabatinas sesiones de sudoración (N.T.: la sesión de sudoración (“Inipi”) es una práctica ancestral de los indios nativos americanos), decidió seguir con la ceremonia, para nosotros y nuestras propias necesidades.
Tras unos 45 minutos de ceremonia de sudoración, tuve una sensación de pesadez y cierta incomodidad en el interior de la parte izquierda del pecho, como si el calor se estuviese acumulando allí. También, apoyarme en el suelo frío parecía aliviar algo esta presión. Tenía un leve malestar estomacal, pero podría atribuir esto a estar en ayunas. Sin embargo, pedí salir a fuera para recuperar un poco el aliento, sentía cierta necesidad de aliviar el calor en mi costado izquierdo.
Una vez fuera, con una hermosa vista de la bahía de San Pablo, en el silencio de la noche, solo quería relajarme, dejarme ir. Las aguas de la bahía parecían llenas de burbujas de luz que bailaban y se movían, a veces contra las corrientes, en una especie de danza. Me sentía muy atraído por el inusual espectáculo, pero no le buscaba ningún significado… sencillamente era hermoso y, mientras le hablaba a mi amigo de esto, él simplemente estuvo de acuerdo (solo más tarde me diría que él nunca vio nada).
Volvimos al pabellón de sudoración para completar la ceremonia. El único evento fuera de lo ordinario que me dio alguna pausa, fue que cada vez que cerraba mis ojos para relajarme, tenía la sensación de estar en otro lugar, viajando por algún campo. Pero, de nuevo, se lo atribuí al cansancio y al ayuno.
Al final de una tercera ronda de sudoración, la opresión en mi pecho me pidió que terminara. Le pedí a mi amigo su opinión, y estuvo de acuerdo. Completamos la ceremonia según la tradición, una cuestión de respeto. Y fuimos a su casa, donde disfrutaríamos de una cena ligera. En ese momento, mi estómago estaba realmente mal, pero yo estaba en ayunas, simplemente no le hice caso. Tomé un trozo de dulce y, mientras lo comía, mi estómago se apaciguó. Pensé que esto confirmaba que mi molestia se debía a un largo ayuno, que acababa de interrumpir. Me sentía un poco mareado, pero nada de importancia. Mientras nos sentábamos para cenar, bocadillos de salami y café, repentinamente me mareé, mi pecho no dolía, me sentía como si estuviese siendo estrangulado, pero podía respirar mucho más aire que antes. Sentía como si mi caja torácica hubiese sido separada y desgarrada. Ahora, me sentía realmente inquieto.
Mi amigo me preguntó si estaba teniendo un ataque cardíaco, y no, a decir verdad, no sentía adormecimiento del brazo o la mandíbula, y los síntomas comúnmente mencionados. Por supuesto, lo que él vio y lo que yo sentía, debieron ser cosas muy diferentes. Pero realmente me sentía muy preocupado y le pedí que me llevara a los servicios de emergencia locales del hospital Kaiser-Permanente de Richmond. A unos 20 minutos. Lo hizo y le estoy agradecido por haberlo hecho.
Mientras dejábamos la casa, intenté hablarle con algo de humor, se veía muy preocupado y yo no quería agobiarlo con las molestias de lo que yo seguía pensando eran los resultados de mi ayuno ese día. Entonces, me di cuenta de que me salía del coche a través de la ventana, y de ver a mi amigo y a un cadáver, desapareciendo rápidamente por la calle. El cuerpo vacío al lado de mi amigo parecía ser yo… simplemente pensé que era extraño, mientras otros eventos empezaban a tener lugar (estos debo guardarlos para mí hasta que pueda encontrarles sentido).
Tras desplazarme por el paisaje del entorno, me encontré en el mismo lugar en el que había estado en mis pensamientos durante la ceremonia. Terrenos montañosos, accidentados, abiertos, con un camino que conducía hacia arriba, al flanco de una montaña próxima. El camino se transformó en un camino empedrado que, a la entrada de un túnel, se bifurcaba en el túnel, y también viraba a la derecha, hacia un lugar de sucias luces, donde se hacía mucho ruido. En un par de pasos, o así me lo pareció, cubrí unos cientos de metros, hasta el borde de un cañón que me causó gran temor, sencillamente un desagradable lugar, incomprensiblemente feo, lleno de cenizas, alambre de púas y antorchas encendidas, que ardían con el color amarillo-verdoso del azufre. Algo en mi interior me refrenó, y me encontré en el interior del túnel, donde pude ver, a través de las paredes, un campo lleno de gente de piedra. Una voz interior dijo tranquilamente que estos eran los que esperaban a la realidad del intelecto, los ojos perdidos en la distancia, esperando a que la-vida-como-idea se hiciera realidad, mientras que la vida pasaba por delante de ellos, libre de ser lo que era…
Al final del túnel, o la parte superior de las escaleras, había un poquito de luz. Y allí es donde fui. Creo, que en ese momento tuve una vaga idea de mi propia muerte, pero yo sabía que no podía cruzar un umbral que no podía ver. Volviéndome para bajar las escaleras, me caí hacia atrás, y me encontré al otro lado de una puerta que no estaba allí, no había salida. El sitio era un campo infinito, lleno de hierba y flores de todos los colores, y árboles que cantaban tranquilas canciones, y todos me estaban dando la bienvenida. “¿A mí? ¿Quién diablos era yo para que me hicieran esto?”, pensé... “¿Por qué me estaban dando la bienvenida?”
Tomé un camino que continuaba hacia un lugar donde resplandecían brillantes luces, una especie de estructura, llena de gente, por miles. Y todos me animaban y me daban la bienvenida… Yo sabía que no era ningún tipo de héroe o persona de importancia, pero ellos se estaban regocijando que hubiese llegado. Luego, saliendo de las luces brillantes, llegaron miembros de mi familia, muchas personas queridas que había perdido con el tiempo, mi abuelo, tías, tíos, primos, e incluso aquellos a quienes solo conocía por fotos. Y mis amigos de la infancia y sus familiares. Y todos ellos vinieron a saludarme y a acogerme. No le encontraba sentido a lo que estaba sucediendo, pero sospechaba (creo) que sabía que me estaba muriendo.
Entonces, había unos seres cuyos músculos no eran carne sino llamas. Fuego contenido dentro de la forma de piernas, brazos, etc. y llenos de luz. Fui recibido por ellos, y tras irse todos, solo quedaron dos. Uno que me miraba, alguien a quien conocía o estaba destinado a conocer, alguien de extremada importancia para mi vida… pero se fue, subió por encima de los árboles, y esperó allí. El otro ser, estaba detrás de mí. Me volví hacia mi familia, pero se habían vuelto mudos. Todo el mundo se había vuelto muy silencioso.
Entonces, me di cuenta de una especie de luz. Resplandeciendo con un brillo mayor que todos los soles del Universo. Blanca, brillante y cristalina y muy viva, se paró frente a mí. De algún modo, yo sabía que no podía entrar en esa luz, por lo que me volví hacia atrás, y luego hacia lo alto, y luego hacia lo bajo, y no había forma de esconderse de la luz, que me llevó al interior de sí misma. Ahora sabía que estaba muerto, y que todo lo que había de ser, sería ahora. Éste el más Santo Ser y Espíritu, que ninguna palabra puede nombrar o describir, me tomó en Sus brazos, y me deseó la bienvenida. Luego, Él me preguntó...:” ¿Ya has terminado?” Yo instantáneamente supe que estaba muerto, y ahora era llamado para contar mi pequeña e insignificante vida, y no podía mentir…
En un instante que se hizo eterno, vi mi vida, desde la concepción hasta la muerte, como un único y entero evento, no como partes separadas de un rompecabezas, sino como un completo e inseparable todo. Y supe que mi vida estaba acabada, que yo había terminado. La luz, Este El Más Santo Espíritu, me tomó en sí mismo, en un abrazo que me perseguirá hasta el final de mis días y más allá. Durante un instante infinito supe lo que era el Amor. Y me supe amado más allá de las palabras y las descripciones. Sencillamente infinitamente amado… y vi a través de los ojos del Espíritu, lo que El Espíritu ve… no existe una mente que pueda entender esa visión, simplemente es.
Entonces, la voz preguntó: “¿Hay algo que te gustaría hacer?”. Yo dije que me gustaría disponer de unos minutos para aliviar a mi familia, para no dejar remordimiento, ni pena de su parte, solo por unos minutos para decir un “os quiero” final, que “siempre os he querido”, que “siempre os querré”… sin importar nada, nuestras luchas, estúpidas peleas, pequeños momentos de ira… nada jamás nos ha impedido amarnos los unos a los otros… Aquel que está por encima de todos los nombres me liberó de su abrazo y dijo: “Vete”. Yo dije: “No”. Yo estaba aterrorizado, le había dicho que no a lo que tenía por lo más sagrado. Yo sabía que no había ninguna vida que yo pudiese querer ya más sin Él. Mi deseo por Él era mucho mayor que mi pequeño mezquino miedo. La Luz volvió a decir: “Vete”. Y yo dije: “No”.
La Luz dijo: “Vete”. Y empecé a sentir una separación, un distanciamiento. Pero como regalo, estaba eso que la Luz me dio a “ver”. Probablemente lo que yace dentro de mi propio corazón y alma, como la fe que abrazo, promesas… y también vi que hay un punto, o un lugar, más allá del cual uno no puede cruzar, pues hacerlo así, hace a todo lo demás definitivo.
Algunas de estas cosas de la visión y el sentimiento, las he guardado para mí. Sé que no puedo explicarlas, ni darles un sentido. Y no puedo buscar respuestas de los demás, porque sus explicaciones finalmente se vuelven especulación vacía… y esto es muy lastimoso. Creo entender que ser humano es ser más, mucho más, de lo que nos hemos permitido a nosotros mismos ser, y que hay tantas posibilidades que nos negamos a nosotros mismos volviéndonos prisioneros del racionalismo, limitándonos por la prueba racional. Esta cosa de la ECM es a la vez una bendición y una maldición.
En tanto que sacerdote, aunque de rango inferior, he tenido que reconciliarme en la medida de lo posible con la tradición y la enseñanza, tal como mi confesión las expresa. Y la verdad es que no hay casi nadie a quien se le pueda consultar en busca de términos a través de los que aproximarse a una respuesta. Durante diez años dejé el ministerio, abrazando la búsqueda de una respuesta. Desgraciadamente no hay “una” respuesta solamente, y no hay realmente una respuesta que obtener. Viví en una reserva de indios nativos americanos, busqué “santos” y personas santas de otras vías, y mayormente encontré vacío y especulación, en nombre de la fe.
Me encontré abrazando la soledad en vez de perder el tiempo contando una historia; la ECM no es un mandato, ni un encargo de santidad. Puedo, como cualquier otro ser humano, reivindicar la santidad, sin nunca haber sido tocado por lo Sagrado. Y me resisto a la repetición mecánica de la historia, una historia que nunca puede ser completamente expresada. Soy un simple, carente de interés, a medias racional, ordinario, ser humano (esto, mi esposa a veces lo duda). Y estoy constantemente cometiendo errores, riéndome de ellos o pidiendo perdón. Y sigo a la búsqueda de una respuesta.
¿Alguna medicación asociada o sustancias que pudieran afectar la experiencia?No.
¿Fue la experiencia difícil de expresar con palabras?Sí. Algunos elementos de la experiencia parecen inasequibles debido a las restricciones del lenguaje pues no se dejan “diseccionar”. Los eventos tienen un inconfundible sentido de totalidad, con lo que la elucidación de las partes no parece posible.
¿En el momento de la experiencia, existía algún acontecimiento que amenazara su vida? No.
¿Cuál era su nivel de consciencia y de vigilancia durante la experiencia?Que yo sepa, era consciente de dónde estaba, de quién era yo y de lo que estábamos haciendo… la ceremonia "Inipi" (sudoración) te hace muy consciente de eso.
¿Era la experiencia de algún modo parecida a un sueño? No. Aunque la realidad de estar vivo se reveló al despertarme sintiéndome frío, muy frío, y no siendo capaz de calentarme. Alguien me untaba una especie de pasta en el pecho, me colocaba una máscara en la cara, o me conectaba a unos cables. Quince mantas sacadas del autoclave consiguieron por fin hacerme entrar en calor, entonces pensé que quizás se trataba de un sueño.
¿Experimentó una separación entre su consciencia y su cuerpo? Sí.
¿Oyó usted algún sonido extraño o ruidos?Sí. Música y un coro. Voces (no como voces sino como una consciencia de “voz / sonido” percibido sin los sentidos físicos.
¿Pasó usted hacia o a través de un túnel o espacio cerrado? Sí.
¿Vio usted una luz?Sí.
¿Conoció usted o vio a algún otro ser o seres? Sí. Estaban “allí”. En todos los lugares de este viaje. Tenía la impresión de conocerlos a todos o, más bien, que todos me conocían, ya les recordase o no. Y en cuanto a la comunicación, estaba sorprendido por el hecho de que nada ocurría por la voz o por el sentido de la percepción, sin embargo había una respuesta a cualquier pregunta que se quisiese. Preguntas y respuestas eran ambas universalmente planteadas y dadas… instantáneamente… uno no sabe, y después todo y todos saben. Sólo es apropiado llamarle comunicación aún, en la medida en que los sentidos ordinarios funcionan como uno.
¿Experimentó usted la revisión de acontecimientos pasados de su vida? Sí. Aprendí que, si me diesen la oportunidad, no elegiría de ningún modo vivir de diferente manera a como lo he hecho en cuanto a vida… solo elegiría mejores palabras con las que tratar a los otros, no para rehacer el pasado, sino para no dejar nada detrás de mí herido o incompleto. Y existe un futuro para la humanidad, vale la pena trabajar por ello… pero debería mantener esto en silencio (es mi elección, pues estoy tratando de entender algo de esto yo mismo… y definitivamente no tengo un intelecto muy brillante).
¿Observó usted u oyó algo relacionado con personas o acontecimientos durante su experiencia que pudiera ser verificado más tarde? No estoy seguro. No puedo describir qué es lo que he llegado a entender. Comprender, conocer, aprender, son todo un evento indivisible que ocurre más allá de los sentidos. Ésta es la cuestión más incómoda posible, no es fácil de responder y, sin embargo, es un “regalo” post ECM que lo persigue a uno. Todavía estoy tratando de responder a esto con precisión… todos los días.
¿Vio usted o visitó dimensiones, niveles o lugares hermosos o de alguna otra manera peculiares? Sí. Campos llenos de flores de todo tipo, color y textura. Hierbas y árboles de brillantes colores verdes, tierra del color del oro. Un anfiteatro, y el muy sagrado recinto del que es el más Santo, y la mayor barrera que el vivo no puede cruzar.
¿Tuvo alguna sensación de alteración del tiempo o el espacio? Sí. Fueron minutos, días u horas… a pesar de que solo ocurrió en una fracción de menos de 20 minutos entre el inicio de la ECM y el despertar en una sala de emergencia.
¿Tuvo usted la sensación de comprender una sabiduría especial, un orden y / o propósito universal? Sí. En este momento, declinaré hacer una descripción. Estoy apenado porque tengo todavía una inmensa necesidad de razonar y comprender dentro de la pobreza de mi intelecto.
¿Alcanzó usted un límite o una estructura física de delimitación? Sí. No, esta frontera no puede ser cruzada si uno va a volver a la vida. Esto es lo que se me dio a conocer, sin embargo se me permitió ver lo que se extiende más allá de ella, y se me pidió expresamente no ir más allá de este lugar de “totalidad”. La descripción del lugar contiene ciertos elementos que están reflejados, creo, en la Sagrada Escritura y, como tal, puede ser muy subjetiva. Sin embargo, para el que va más allá de esta marca, o mojón, la vida en la tierra ya no es más posible.
¿Tuvo usted consciencia de acontecimientos futuros? No estoy seguro.
¿Se implicó en, o fue consciente de, una decisión de vuelta al cuerpo?Sí. Rehusé volver, se lo negué a Quien tengo por más querido y sagrado y que me había concedido mi regreso temporal a mi familia. Sentí miedo y gran tristeza porque estaba rehusando dejar la vida. Pero se me dijo que me fuera una última vez y empecé a “caer” o bajar por una resplandeciente, brillante niebla.
¿Cómo resultado de su experiencia, ha recibido usted dones psíquicos, paranormales u otros dones especiales que no tuviera antes de la misma? Sin respuesta.
¿Tuvo usted tras su experiencia algún cambio de actitudes o creencias? Sí. Dejé mi ministerio porque en lo que creía y lo que llegué a conocer parecían algo contradictorios lo uno de lo otro. No podía seguir enseñando, afirmando, ni proclamando ciertos principios de fe, a la luz de lo que la ECM me permitió experimentar.
¿Ha afectado la experiencia a sus relaciones? ¿Vida diaria? ¿Prácticas religiosas etc.? ¿Opciones de carrera?Mis relaciones familiares son lo que siempre han sido, no han sido afectadas por eso, solo una reafirmación de lo que somos el uno para el otro. La vida diaria se ha vuelto diferente, he tenido que aprender a “acercarme” a los demás, no porque les tuviese aversión, sino porque mis sentidos necesitaban estar muy abiertos.
Dos años más tarde, acepté una jubilación anticipada para dedicar el tiempo a mi esposa y para darle sentido a lo que me había ocurrido.
Hace 10 años que dejé mi ministerio, y ahora estoy de nuevo activo, muy feliz, en paz y ciertas cosas de la ECM son un factor en el servicio a los demás, y de aprender de la experiencia.
¿Ha cambiado su vida expresamente como consecuencia de su experiencia? Sí. El discurso de los místicos y demás parece ser mucho más comprensible y sencillo. Algunos aspectos de las prácticas espirituales se vuelven muy personales y sin esfuerzo. Es más fácil vivir por la fe, enseñar la fe, dejar intacta la fe de los demás.
¿Ha compartido usted esta experiencia con otros? Sí. Con mi familia inmediata (ligeramente), y con mi amigo Virgil C (que me llevó al hospital, y con otras dos o tres personas porque pensaba que podía aprender algo de ellas. Entonces, es muy difícil para las personas en general responder a ninguna conversación que tenga este tipo de sustancia, a veces los asusta, y para algunos, es un asunto muy difícil. Sin embargo, sin citar a la ECM como fuente, ni el consejo a las personas en duelo, ni la charla con los moribundos, ni como ministro para los demás, siempre es posible entrar en una conversación profundamente íntima que resulte en comprensión y en una más profunda paz para aquellos que tengo el privilegio de servir.
¿Qué emociones experimentó usted después de su experiencia?Aislamiento, exaltación, curiosidad… cosas bastante contrarias.
¿Cuál fue la mejor y la peor parte de su experiencia? Saberlo todo y no saber nada. Seguir siendo un ser humano ordinario, de serie, ahora lleno de curiosidad y buscando respuestas.
¿Hay algo más que desee añadir acerca de la experiencia?Sí, existe la cuestión de la integración de toda la experiencia humana, tal como me ha tocado vivirla… Imaginación, viejos sueños recordados, supersticiones, todas estas cosas de desarrollar una vida espiritual. ¿Existe de alguna manera una conexión entre el qué y el cómo se ha vivido y resuelto / no resuelto los interrogantes de la vida, cómo se ha tratado individual e íntimamente de buscar sentido a la vida, eso puede predisponerlo a uno a algo tal como una ECM? ¿Por qué? ¿Por qué yo?
¿Tras su experiencia, tuvo usted algún otro acontecimiento en su vida, medicamentos o sustancias que reprodujeran alguna parte de la experiencia?Sí. La predicación, la oración de sanación, la imaginación guiada, las prácticas meditativas curativas, evocar ciertos recuerdos de mi ECM de una manera útil y contenida, sin disminuir el poder del espíritu humano, un buen comienzo para el ministerio de los demás.
¿Las preguntas planteadas y la información que acaba usted de proporcionar describen exacta y exhaustivamente su experiencia?Sí, en la medida en que me sienta cómodo describiendo ciertos eventos. Pero hay cosas que solo me siendo cómodo discutiéndolas conmigo mismo o en oración. Todavía hay muchas preguntas sin responder, y hay muchas respuestas que plantean más preguntas a las que buscarles respuestas. Y ni siquiera el paso de los años disminuye la luminosidad de lo que parece haber sucedido hace un momento.
Por favor ofrezca sugerencias que tenga para mejorar este cualquier cuestionario. Simplemente he hallado que algunas de las preguntas ayudan a describir mejor la experiencia, y probablemente la sección narrativa, más arriba, podría ser eliminada, ya que hay algo de redundancia en el proceso. Las preguntas son muy buenas, le permiten a uno concentrarse en la experiencia y parecen reducir los aspectos demasiado subjetivos de la narración, sin embargo una ECM es tremendamente subjetiva, a pesar de su realidad.
Gracias, creo que estoy un poco más preparado para decir algo sobre esto, y probablemente esto me ayudará a aprender un poquito más.