ECM de Jean
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Descripción de la experiencia:

Tenía 28 años, estaba soltera y vivía en Texas con mi hija de seis años. Estaba muy deprimida, bebía mucho y no le veía sentido ni finalidad a mi vida. Estaba completamente perdida, había olvidado una experiencia que tuve a la edad de tres años. En aquella época, una bola de luz blanca/dorada vino a mi habitación y se comunicó conmigo.

Por telepatía, me dijo que tendría alguna cosa que hacer hacia el final de mi vida. No me acuerdo de lo que dijo que tendría que hacer, pero me acuerdo de haberle dicho a la luz: «Está más allá de mis capacidades, nunca podré hacer eso.». La luz respondió: «Crecerás para hacerlo.». La presencia en la luz era atenta, dulce, cálida, amorosa, supremamente inteligente y totalmente buena.

Me encontré pues a los 28 años, completamente perdida, habiendo olvidado la experiencia de la luz, siendo mi mayor ambición adelgazar y casarme con un hombre suficientemente rico a fin de resolver todos mis problemas. Un día, volví agotada del trabajo, me tumbé en la cama. Estaba de mal humor y me relajé completamente para alcanzar el estado de ánimo que hace-desaparecer-el-mundo. Casi inmediatamente me hundí en mí misma, hice implosión. Sentí una sensación de velocidad como sobre un tobogán, un ruido como un soplido, caí rápidamente en un túnel de luz azul satinada. Al final del túnel había un claro en medio del que había una «bolsa azul». Esta bolsa era carnal y parecida a la bolsa que contiene al bebé que va a nacer. Una bolsa de aguas. Su aspecto era orgánico y vagamente en forma de pera con una abertura en lo alto. Floté hacia lo alto de la bolsa, una vez llegada allí, comenzaron a surgir «conocimientos» de la bolsa. Por «conocimientos», quiero decir el saber completo en cuatro dimensiones de un concepto o de una idea, sin su envoltura de palabras. ¿No os ha ocurrido nunca oír alguna cosa cientos de veces, y luego un día habéis «sabido» lo que esa cosa significaba? Es muy difícil describir mi experiencia en palabras porque era pre-verbal. En cualquier caso, los «conocimientos» emanaban de lo alto de la bolsa con el volumen y la rapidez de las palomitas de maíz en una cacerola. Intenté atraparlos para poder llevármelos conmigo y ponerlos en palabras para recordarlos. Pero eran demasiado numerosos y llegaban demasiado rápido para poder ser retenidos. «Sabía» que lo que había encontrado era la suma total de todos los «conocimientos» o sabidurías de todos los hombres en todas las épocas: presentes, pasadas y futuras. Toda sabiduría viene de ese fondo de conocimiento colectivo y todo lo que aprendemos va a ese fondo para el uso de todos.

Dejé la bolsa azul e inmediatamente me hallé arriba por encima de la Tierra. Podía mirar abajo y ver la curvatura de la Tierra, sus colores, la forma de sus aguas y continentes. Pero no sólo me hallaba por encima del espacio, también estaba por encima del tiempo. Podía ver el movimiento de los pueblos y de las ideas que habían configurado la historia y habían sido configuradas por ella. En cada época de la historia, viví la «sensación» completa de ese período incluyendo su música, su arquitectura, sus modas en el vestir, sus pensamientos políticos y su literatura. Era como una gran marcha del hombre en las diferentes épocas con diferentes visiones del mundo, todo funcionando simultáneamente. Era como levantar la capota de una maquinaria gigantesca y observar todas las ruedas, los engranajes y las poleas funcionando juntos. En la superficie no se ve nada de esto, pero levantando la capota, se puede entonces ver. Mi visión levantó esa capota. «Supe» que estamos todos unidos los unos con los otros como alpinistas unidos por cuerdas atadas alrededor de la cintura. Cuando uno cae, arrastra a los otros. Cuando se sube, se ayuda a los otros a subir. Estamos implicados juntos. «Supe» que el espacio vacío que se observa entre nosotros, no está de hecho vacío. Somos como ágatas en un vidrio. No se ve el vidrio, se ven las bolitas. Pero el vidrio mantiene las ágatas juntas. Somos mantenidos juntos por una sustancia invisible que está alrededor de nosotros y entre nosotros. Nos es invisible, pero es real. Vi que la vida sobre este planeta no es fruto del azar, hay un plan gigantesco. Este plan, sin embargo, está a una escala que nos es incomprensible. Nuestros intelectos son demasiado finitos para aprehenderlo. Vi una bola con circunvoluciones, que contenía todas las superficies. Durante años tras mi experiencia, busqué a alguien que pudiera explicarme eso. Tomaba una cinta de papel, la retorcía y unía los dos extremos juntos y preguntaba: « ¿Qué es esto? ». Finalmente, años más tarde, encontré a un físico que me dijo que se trataba de una cinta de Mobius. Le dije que había visto una bola redonda masiva parecida a esa cinta de Mobius. El físico me dijo que se trataba de un sólido de Mobius. «Las matemáticas puras han probado que un sólido de Mobius puede existir,» dijo «pero nuestro pensamiento tridimensional no podría visualizarlo.». Le respondí que yo había visto uno. Se limitó a sacudir la cabeza. Durante mi experiencia, se me dijo que todo tiempo es «ahora» y todo espacio «aquí». Creo que esta parte intermedia de mi experiencia tenía un contenido suplementario y que me será revelado cuando llegue la hora.

Seguidamente cambié de punto de vista volviendo a esa bella luz azul. Fui en la imagen, desde la parte delantera derecha, con un ligero ángulo, hacia el centro. Delante de mí se hallaba un grupo de «esencias» de personas. Si se refina un campo de flores en una sola gota de perfume, se obtiene la esencia de flores. Esas esencias de personas eran como gotas en un cubo de agua, eran individuales pero colectivas. Estaban agrupadas juntas en una forma triangular, igual que la disposición de los bolos en los juegos de bolos, con el vértice del triángulo dirigido hacia mí.

Había una esencia ligeramente adelantada a las demás. Tuve la impresión que hablaba por las otras pero que no tenía autoridad sobre ellas. Acercándome a ellas, tomé inmediatamente consciencia que el grupo me conocía mejor de lo que me conocería nunca a mí misma, que me aceptaban totalmente y que me amaban totalmente. El amor proveniente de ellas me sumergió por olas y era tan fuerte y tan puro que apenas podía soportarlo. Yo era una de ellas y lo había sido siempre. Ellas lo sabían y yo lo sabía. Aquella ligeramente adelantada comunicaba conmigo mediante el corazón y el espíritu, me dijo que no podía quedarme, que debía volver. Sentía su presencia como siendo masculina, si bien no la identifiqué con alguna figura espiritual conocida.

Le supliqué que no me devolviera. Él me dijo muy firmemente que yo tenía cierta cosa que hacer, pero que estarían allí para mí y que podría volver con ellos cuando hubiese cumplido mi tarea.

Fui inmediatamente devuelta y me levanté de la cama con un profundo enfado por estar de vuelta aquí. Durante semanas, estuve enfadada por haber tenido que volver, pero luego, emprendí realizar la tarea que tenía encomendada llevar a cabo aquí. Aquella experiencia cambió mi vida y en consecuencia, he aportado a mi existencia numerosas modificaciones positivas. Abandoné ciertos malos comportamientos y me consagré a una búsqueda espiritual que me ha llevado a toda clase de lugares ricos e interesantes.

Desde 1973, he tenido visiones indicándome lo que iba a pasar entre los años 1990 y 1999.

Si puedo ayudaros en vuestras búsquedas, hacédmelo saber. Deseo aportar mi contribución en toda la medida de mis posibilidades.