ECM de Joe G
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Descripción de la experiencia:
Bueno, antes de empezar a escribir nada, creo que debo hablaros un poco de mí.
En Noviembre del 2003, o sea hace unos tres meses, perdí a mi madre y a una
amiga a la que quería invitar a salir. Mi madre falleció a causa de las lesiones
en un accidente de coche y mi amiga en un accidente de avión en el que estábamos
los dos. En el accidente de avión, me rompí el tobillo izquierdo y me dieron
permiso en el ejército. Solo unos tres días más tarde me dijeron que mi madre
había fallecido. Quería contar esto porque ambas estuvieron en mi experiencia.
Estuve unos meses en casa cuando se me dijo que tenía cáncer de estómago. Me sometí a un tratamiento y me ocupé de todo los efectos que el tratamiento me provocó. Me dijeron que uno de los medicamentos podía provocar una crisis cardíaca pero que la probabilidad era de uno sobre 1 millón.
Algunas semanas después de haberlo empezado, empecé a tener pequeños dolores en el pecho y fui a echarme un rato. Mi hermano, que por entonces era un médico del ejército, estaba en casa y fue a echarme un vistazo tras una hora aproximadamente. Cuando lo hizo, le dije que estaba sintiendo algo serio en el pecho y que tenía un ardor de estómago muy fuerte. Me tomó la presión arterial y me dijo que me relajara y que me lo tomara con calma. Él me dijo después que estaba teniendo un ataque al corazón. Él y mi madrastra llamaron al 911 y empezaron a tratarme de mientras. Trabajaron hasta que llegaron los bomberos.
Cuando estaba en la sala de urgencias sentí mi cuerpo entumecerse y mi pecho me oprimía. Empecé a ver cómo la habitación se oscurecía y me costaba oír a todos los que estaban a mi alrededor pero recuerdo haber oído a mi médico decir: “No, no podemos perderle, sigamos, no quiero perderle, todavía es un chaval, dad todavía otra serie de descargas eléctricas y cargar a 360 y seguid trabajando”. Entonces todo se volvió negro y absolutamente fatal.
Después me encontré en lo que creo que era la sala de espera y mi médico le estaba hablando a mi padre. Entonces mi hermano (que estaba en la sala de urgencias conmigo ocupándose de mí) andaba aturdido diciendo: “¿Qué es lo que hecho mal, todo el entrenamiento médico que tengo y no puedo salvar a mi hermano, qué demonios he hecho mal?” Yo trataba de decirle que me encontraba bien pero él no podía oírme. Entonces recordé lo que mi hermana dijo que le sucedió cuando tuvo su ECM solo unas pocas semanas antes. Pensé: “¡Oh Dios mío, estoy muerto, a esto es a lo que se parece! ¿Pero dónde están mi mamá y mi abuelo? ¿Dónde está la música que ella dijo que oyó? ¿Dónde está la luz tan brillante de la que habló?” Entonces todo se oscureció y no podía ver nada y todos mis pensamientos retornaban a mí como un eco.
Entonces, dondequiera que estuviese, empezó a llenarse de niebla. Después sentí que me movía por un pasillo de oscuridad. Entonces oí que alguien me llamaba por mi nombre y me decía que viniera. Que todo estaba bien y que ya estaba en el lugar que iba a ser mi hogar. Que ellos estaban allí para guiarme a casa. Pude sentir que algo no iba bien y quise volver atrás por el camino por donde vine pero me dijeron que no podía regresar que mi tiempo en la tierra se había terminado. Yo debía seguir adelante y que pronto vería a mi mamá. Las voces me decían sin cesar que marchase junto a ellos y que mantuviese el ritmo. Cada vez que miraba hacia atrás sentía que algo malo iba a pasarme y que necesitaba volver hacia atrás por el camino por donde vine. Cada vez que miraba hacia atrás las voces me decían que siguiese adelante.
Me dije a mí mismo que basta era basta, y dije que no quería ir más lejos de donde estaba hasta que me dijeran dónde estaba y adónde íbamos. Las voces dijeron que habíamos alcanzado nuestra meta. Que ahora estaba donde necesitaba estar. Entonces pude oler lo que creo que era azufre y muerte. Entonces las voces empezaron a reír y dijeron que esto es a lo que me había conducido mi vida. Les pregunté dónde estaba y qué iba a ocurrir a continuación. Las voces se limitaban a reír más y a repetir lo que decía. Pensé para mí mismo que debía de estar en el infierno, porque esto no era como mi hermana dijo que le ocurrió. Esto no era como ella dijo que era el paraíso. Entonces pude oír mis pensamientos en alta voz. Las voces entonces dijeron que no había paraíso para mí. Que éste iba a ser mi paraíso. Luego uno de ellos dijo que era hora de comer.
Entonces sentí que era empujado contra un muro y mis brazos clavados a él. Me sentí totalmente impotente y vi entonces lo que parecía como una bola de pelo con dientes de tiburón viniendo hacia mí. Miré hacia mi lado derecho y vi que las voces eran pequeños monstruos que se volvían bolas de pelo y de nuevo se volvían monstruos. Eran las cosas más feas que haya visto jamás y hasta ahora. Parecían como serpientes, cruzadas con murciélagos, cruzados con algo que tiene cuernos. Tenían cuerpos que eran como los de una serpiente y tenían alas. Sus brazos y sus manos parecían como los de un murciélago. Sus caras parecían como serpientes y tenían colmillos como los murciélagos y las serpientes. En lo alto de sus cabezas tenían cuernos, pero no como los cuernos de un toro o un carnero. Tenían cuernos puntiagudos, pero nada de lo que vi era de esta tierra.
Mientras se transformaban en bolas de pelo pregunté qué me estaba sucediendo. Se rieron y dijeron que me callara y pude oír mi sentimiento en voz alta. Entonces empezaron a venir hacia mí y mientras lo hacían me sentí enfermo del estómago. Recuerdo sentir: “¿Por qué está ocurriendo esto? ¿Dónde está mi mamá y dónde está Dios?” Entonces sentí que me comían. Bajé la vista hacia lo que pensaba era mi cuerpo y vi que habían desaparecido partes. Entonces miré hacia ellos y las partes de mi cuerpo estaban en sus bocas. Entonces uno de ellos dijo: “Ya te dijimos que éste es tu paraíso y nosotros somos tu Dios”.
No sé por qué hice esto, pero empecé a decir el Salmo 23 en voz alta y ellos pararon de comer unos segundos. Uno de ellos dijo que eso ahora no me iba a ayudar. Yo seguí diciendo: “El Señor es mi pastor, nada me falta, en prados de verde hierba me hace reposar, por el amor de su nombre”. Fue entonces cuando se enroscaron amontonándose y gritaron: “¡No hay nadie para salvarte!” Yo seguía diciendo el Salmo 23: “Sí, aunque camino por un valle de sombra de muerte, ningún mal temeré porque Tú estás conmigo, tu vara y tu bastón me protegen”. Entonces sentí que mis brazos se liberaban y yo estaba de pie y ellos se agolpaban en este montón diciendo que no había nadie ahora para ayudarme.
Sentí que tenía que decir el Salmo 23 a lo largo de todo el camino para encontrar la salida de este lugar, que ahora sentí que era el infierno. Así que con todo lo que había en mí intenté recordar cada palabra que podía decir. “Él me conduce junto a aguas tranquilas y restaura mi alma. Me preparas un banquete en frente de mis enemigos, viertes óleo sobre mi cabeza y mi copa rebosa, tu amor y tu bondad están siempre conmigo”. En este momento empecé a sentir que me venía una maravillosa sensación y tuve que cerrar los ojos.
Entonces oí una voz decir: “Joe, soy yo, abre tus ojos. Todo va a ir bien”. Supe que era la voz de mi amiga a la que quería pedir salir en noviembre del 2003 justo antes de que muriera en un accidente de avión en el que ambos estábamos. Entonces dijo: “Sandy, está demasiado asustado para abrir sus ojos ahora mismo, puede que tú consigas que abra sus ojos”. Entonces supe que oía a mi madre porque dijo: “Joe, mi dulce bebé de acción de gracias (mi mamá siempre me había llamado su dulce bebé de acción de gracias porque nací en noviembre) ahora estás bien, lo peor ya ha pasado, abre tus ojos querido, no pasa nada si tienes miedo pero ahora debes abrir tus ojos, mi pequeño dulce guisante, hazlo por mí querido”.
Cuando abrí mis ojos la vi de pie ante mí abrazándome y me dijo que mirara abajo. Cuando lo hice, vi que mi cuerpo estaba otra vez entero. Las partes que habían sido arrancadas a mordiscos habían vuelto a mi cuerpo. Me dijo que yo ahora estaba bien y que tenía que hacer una elección pero antes quería mostrarme algunas cosas.
Me tomó de la mano y salimos. Lo primero que me mostró fue un castillo. Parecía muy antiguo y muy hermoso. Pude ver caballeros a caballo, cabalgando en la batalla. También pude ver que el castillo estaba en una ladera muy verde. También pude ver pastores con sus rebaños pastando en la ladera. Entonces le pregunté a mi madre si podía sentir la hierba pues nunca había visto antes una ladera así. Me llevó abajo para que pudiera hacerlo, y cuando nos acercamos pude oler la hierba. Olía como a sandía, era un olor tan dulce que era irresistible y quise comer un trozo porque pensé que era sandía. Mi madre dijo que no podía, que era para que comieran las ovejas.
Lo siguiente que me mostró fue un océano. No era uno que existiese en la tierra. El agua era de un oscuro azul marino. Casi diría que era un azul cobalto. Mi madre dijo que no pasaba nada si tomaba un trago de agua. Cuando lo hice estaba muy buena. Era como tener un chicle /frambuesa /helado de “tutti frutti”. No era como nada que haya probado antes ni después, o al menos todavía no lo he encontrado. Me dijo que este océano es donde todos vienen a beber y a relajarse un poco.
Entonces dijo que tenía una última cosa que mostrarme. No era una cosa muy agradable pero tenía que hacerlo. Yo le dije que no pasaba nada. Que si tenía que mostrármela bien estaría. No iba a impedirle que me la mostrara. Era parte de lo que ella tenía que hacer. Me llevó a nuestra casa y al interior de las habitaciones e iba a ver a mi familia. Iba a ver lo que sentían conmigo en sus vidas. Podía sentir una gran pérdida en cada habitación. Sus corazones estaban llenos de tristeza y se estaban preguntando qué podría haber sido de mí y de mi vida. Le pregunté a mi madre si esto era por lo que Mandy pasó cuando tuvo su ECM. Dijo que no, que la suya no era igual a la mía. Cada uno es diferente, por eso cada uno tiene una experiencia diferente. Mandy no había hecho las mismas cosas que yo y todavía no había realizado aquello que se le pidió. Todavía tenía cosas que hacer antes de que se le mostrara nada de lo que estaba viendo. Entonces le pregunté a mi madre si la razón por la que me estaba mostrando esto era para ayudarme a decidir si iba a quedarme con ella o volver con mi padre y mi familia en la tierra. Dijo que: “Sí”. Quería que decidiera entre los lugares en los que podía estar.
Después dijo que debía presentarme ante alguien y que era hora de ir ante él ahora. Me dijo que no me asustara de lo siguiente que iba a ocurrir. Entonces fuimos al llamado punto de elección.
Cuando llegamos allí, había una gran escena a mi lado derecho. Entonces hubo una luz brillante que llegó. A medida que la luz se acercaba vi en ella un centro dorado. Cuando se detuvo, el centro estaba justo frente a mí y no dijo nada. Entonces se me dijo que mirara la escena a mi derecha. Mientras me giraba, mi mamá me dijo que no pasaba nada, que solo dejara que mi sentimiento se expresase. Pude ver fotos de mi vida en la tierra. Mis antiguos colegios y todos mis amigos, todos mis animales, todas las bromas que les gasté a los profesores. Entonces la última foto que vi fue la de mi familia. Todas las veces que herí a mi hermana y todos los juegos que mis hermanos y yo jugamos. Cuando se acabó se me preguntó si había aprendido algo de lo que la otra persona sentía. Dije que sí y que lamentaba mucho todo el daño que les hice sentir.
La luz dijo que yo tenía una elección que hacer. Era libre de quedarme o podía regresar. El punto de cruce estaba justo enfrente de mí. Todo lo que tenía que hacer era cruzarlo medio metro pero si lo hacía no habría vuelta atrás. Si cruzaba este medio metro estaría allí para quedarme.
Dije que quería quedarme, pero que no lo podía hacer sabiendo lo que mi familia sentiría si me quedaba. Me dijeron que podía regresar si esa era mi decisión.
Después la luz dorada le dijo a mi mamá que me llevara. Ella dijo que de acuerdo, que lo haría. Luego ella dijo: “Bien querido, simplemente tiéndete y mantén tu mente fija en mí. No pasa nada si te asustas tan solo recuerda que vas a estar bien. Recuerda que te quiero y a tus hermanos y hermana y a tu padre. Voy a estar aquí para todos vosotros incluida vuestra nueva madrastra”. Entonces me dijo que cerrara los ojos y que cuando los abriera otra vez estaría de vuelta con mi papá en mi cuerpo. También dijo que sentiría dolor pero que me pondría bien. Que estaría en casa en una semana aproximadamente y que me recuperaría por completo de mi cáncer de estómago en unos meses.
Con mis ojos cerrados me sentí flotar de regreso al interior de mi cuerpo. Mientras lo hacía pude ver palabras y respuestas pasar a través de mí. Casi como si estuviese obteniendo todas las respuestas a todo lo que podría desear saber.
Cuando abrí mis ojos unas seis horas más tarde, mi familia estaba a mi lado feliz de que estuviese de vuelta. No podía encontrar las palabras para decirles por lo que había pasado. Bueno, al menos la parte que sentí que era el infierno. Me costó mucho contarles o al menos hacerles comprender que estuve durante un tiempo en el infierno. Mi mamá se equivocó en lo de que me dolería. No sentía ningún dolor y fui capaz de volver a casa alrededor de una semana más tarde. Me recuperé completamente de mi cáncer de estómago en unos tres meses.
Algunos dirán que he copiado esto de la experiencia del reverendo Howard Storm (N.T.: ver la ECM de Howard Storm en este mismo sitio web). Conozco su experiencia y sí, hay una parte que algunos dirán que la mía es como la suya. Solo me enteré de la suya después de tener la mía. Querría saber si hay alguien más por ahí que haya tenido una experiencia como la mía.
¿En el momento de la experiencia, existía algún acontecimiento que amenazara su vida? No estoy seguro. Por entonces estaba con tratamiento de cáncer. El cáncer no era una amenaza vital pero sufrí un ataque al corazón durante mi tratamiento.
¿Cuál era su nivel de consciencia y de vigilancia durante la experiencia? Estuve muy consciente y alerta durante toda la experiencia.
¿Experimentó una separación entre su consciencia y su cuerpo? Sí. Después me encontré en lo que creo que era la sala de espera y mi médico le estaba hablando a mi padre. Entonces mi hermano (que estaba en la sala de urgencias conmigo ocupándose de mí) andaba aturdido diciendo: “¿Qué es lo que hecho mal, todo el entrenamiento médico que tengo y no puedo salvar a mi hermano, qué demonios he hecho mal?” Yo trataba de decirle que me encontraba bien pero él no podía oírme. Entonces recordé lo que mi hermana dijo que le sucedió cuando tuvo su ECM solo unas pocas semanas antes. Pensé: “¡Oh Dios mío, estoy muerto, a esto es a lo que se parece! ¿Pero dónde están mi mamá y mi abuelo? ¿Dónde está la música que ella dijo que oyó? ¿Dónde está la luz tan brillante de la que habló?”
¿Oyó usted algún sonido extraño o ruidos? Entonces oí a alguien llamar mi nombre y decirme que viniera. Estuve de acuerdo e iba a volver a casa. Ellos estaban allí para guiarme a casa.
¿Pasó usted hacia o a través de un túnel o espacio cerrado? Sí. Entonces, dondequiera que estuviese, empezó a llenarse de niebla. Después sentí que me movía por un pasillo de oscuridad.
¿Vio usted una luz? Sí. Entonces hubo una luz brillante que llegó. A medida que la luz se acercaba vi en ella un centro dorado.
¿Se encontró usted o vio a algún otro ser o seres? Sí. Entonces oí a alguien llamar mi nombre y decirme que viniera. Yo estaba bien y este era el lugar que iba a ser mi hogar. Ellos estaban allí para guiarme a casa. Podía sentir que algo no iba bien y quise volver atrás por el camino por donde vine pero me dijeron que no podía regresar que mi tiempo en la tierra se había terminado. Yo debía seguir adelante y pronto vería a mi mamá. Las voces me decían sin cesar que marchase junto a ellos y que mantuviese el ritmo. Cada vez que miraba hacia atrás sentía que algo malo iba a pasarme y que necesitaba volver hacia atrás por el camino por donde vine. Cada vez que miraba hacia atrás las voces me decían que siguiese adelante. Miré hacia mi lado derecho y vi que las voces eran pequeños monstruos que se volvían bolas de pelo y de nuevo se volvían monstruos. Eran las cosas más feas que haya visto jamás y hasta ahora. Parecían como serpientes, cruzadas con murciélagos, cruzados con algo que tiene cuernos. Tenían cuerpos que eran como los de una serpiente y tenían alas. Sus brazos y manos parecían como los de un murciélago. Sus caras parecían como serpientes y tenían colmillos como los murciélagos y las serpientes. En lo alto de sus cabezas tenían cuernos, pero no como los cuernos de un toro o un carnero. Tenían cuernos puntiagudos pero nada de lo que pude ver era como de la tierra. Se rieron y dijeron que me callara y pude oír mi sentimiento en voz alta. Entonces empezaron a venir hacia mí y mientras lo hacían, me sentí enfermo del estómago. Recuerdo sentir: “¿Por qué está ocurriendo esto? ¿Dónde está mi mamá y dónde está Dios?” Entonces sentí que me comían. Bajé la vista hacia lo que pensaba era mi cuerpo y habían desaparecido partes. Entonces miré hacia ellos y las partes de mi cuerpo estaban en sus bocas. Entonces uno de ellos dijo: “Ya te dijimos que éste es tu paraíso y nosotros somos tu Dios”.
¿Experimentó usted la revisión de acontecimientos pasados de su vida? Sí. Cuando se detuvo, el centro estaba justo frente a mí y no dijo nada. Entonces se me dijo que mirara a la escena a mi derecha. Mientras me giraba, mi mamá me dijo que no pasaba nada, que solo dejara que mi sentimiento se expresase. Pude ver fotos de mi vida en la tierra. Mis antiguos colegios y todos mis amigos, todos mis animales, todas las bromas que les gasté a los profesores. Entonces la última foto que vi fue la de mi familia. Todas las veces que herí a mi hermana y todos los juegos que mis hermanos y yo jugamos. Cuando se acabó se me preguntó si había aprendido algo de lo que la otra persona sentía. Dije que sí y que lamentaba mucho todo el daño que les hice sentir.
¿Observó usted u oyó algo relacionado con personas o acontecimientos durante su experiencia que pudiera ser verificado más tarde? Empecé a ver cómo la habitación se oscurecía y me costaba oír a todos los que estaban a mi alrededor pero recuerdo haber oído a mi médico decir: “No, no podemos perderle, sigamos, no quiero perderle, todavía es un chaval, dad todavía otra serie de descargas eléctricas y cargar a 360 y seguid trabajando”. Después me encontré en lo que creo que era la sala de espera y mi médico le estaba hablando a mi padre. Entonces mi hermano (que estaba en la sala de urgencias conmigo ocupándose de mí) andaba aturdido diciendo: “¿Qué es lo que hecho mal, todo el entrenamiento médico que tengo y no puedo salvar a mi hermano, qué demonios he hecho mal?”
¿Vio usted o visitó dimensiones, niveles o lugares hermosos o de alguna otra manera peculiares? Lo primero que me mostró fue un castillo. Parecía muy antiguo y muy hermoso. Pude ver caballeros a caballo, cabalgando en la batalla. También pude ver que el castillo estaba en una ladera muy verde. También pude ver pastores con sus rebaños pastando en la ladera. Entonces le pregunté a mi madre si podía sentir la hierba pues nunca había visto antes una ladera así. Me llevó abajo para que pudiera hacerlo, y cuando nos acercamos pude oler la hierba. Olía como a sandía, era un olor tan dulce que era irresistible y quise comer un trozo porque pensé que era sandía. Mi madre dijo que no podía, que era para que comieran las ovejas.
Lo siguiente que me mostró fue un océano. No era uno que existiese en la tierra. El agua era de un oscuro azul marino. Casi diría que era un azul cobalto. Mi madre dijo que no pasaba nada si tomaba un trago de agua. Cuando lo hice estaba muy buena. Era como tener un chicle /frambuesa /helado de “tutti frutti”. No era como nada que haya probado antes ni después, o al menos todavía no lo he encontrado. Me dijo que este océano es donde todos vienen a beber y relajarse un poco.
¿Tuvo alguna sensación de alteración del tiempo o el espacio? No estoy seguro. No tenía ningún sentido del tiempo cuando me fui, pues después de la muerte no hay tiempo.
¿Tuvo usted la sensación de comprender una sabiduría especial, un orden y / o propósito universal? Sí. Cada uno es diferente, por eso cada uno tiene una experiencia diferente. Todos tenemos algo que se nos pide que hagamos aquí. Sé que lo mío es ser un hermano e hijo para mi familia. Sé que debo ser un buen chico. Sé que tengo que ayudar a mi familia todos los días. Todos tenemos que ser un hermano para todos aquí y ayudarles lo máximo que podamos.
¿Alcanzó usted un límite o una estructura física de delimitación? Sí. La luz dijo que yo tenía una elección que hacer. Era libre de quedarme o podía regresar. El punto de cruce estaba justo enfrente de mí. Todo lo que tenía que hacer era cruzarlo medio metro pero si lo hacía no habría vuelta atrás. Si cruzaba este medio metro estaría allí para quedarme.
¿Se implicó en, o fue consciente de, una decisión de vuelta al cuerpo? Sí. Dije que quería quedarme, pero que no lo podía hacer sabiendo lo que mi familia sentiría si me quedaba. Me dijeron que podía regresar si esa era mi decisión.
¿Cómo resultado de su experiencia, ha recibido usted dones psíquicos, paranormales u otros dones especiales que no tuviera antes de la misma? Sí. Sé lo que la gente va a hacer de antemano. Puedo leer a la gente y saber quiénes son, si están mintiendo o van a robar o causarle daño a alguien. Puedo decir que fui capaz de curarme a mí mismo en solo tres meses cuando el médico dijo que pasarían seis meses antes de que ninguna curación tuviese lugar.
¿Tuvo usted tras su experiencia algún cambio de actitudes o creencias? Sí. Creo que hay un paraíso y un infierno. Las elecciones que hacemos aquí son las que nos sitúan en el mundo de después de la muerte.
¿Ha afectado la experiencia a sus relaciones? ¿Vida diaria? ¿Prácticas religiosas etc.? ¿Opciones de carrera? He llegado a amar más a mi familia y a hacer más por ellos. Le hablé a mi padre sobre hacerme capellán del departamento de policía porque tengo la sensación de que es la mejor manera para mí de ayudar a mi prójimo.
¿Ha compartido usted esta experiencia con otros? Sí. Algunos piensan que fueron los medicamentos que estaba tomando por entonces. Otros piensan que estoy loco. Otros dicen que fue porque no creía en el cielo y en el infierno. Todavía otros temen la parte del infierno porque nadie quiere oír eso. Y algunos encuentran que el hecho de que me haya salvado demuestra que todos los que Le llaman pueden ser salvados. La mayoría encuentra consuelo al saber que hay un Dios y un paraíso.
¿Qué emociones experimentó usted después de su experiencia? Agradecido de estar de vuelta con mi familia y de poder cambiar el camino por el que iba. Amor por mi familia y que me echarían de menos.
¿Cuál fue la mejor y la peor parte de su experiencia? La mejor parte fue poder decirle adiós a mi mamá, al menos decirle que la quería y que lamentaba no haberla despedido antes de que muriera. Lo peor fue estar en el infierno.
¿Hay algo más que desee añadir acerca de la experiencia? No puedo soportar ver películas de zombis de ningún tipo. Tengo pesadillas si las veo.
¿Tras su experiencia, tuvo usted algún otro acontecimiento en su vida, medicamentos o sustancias que reprodujeran alguna parte de la experiencia? No.
¿Las preguntas planteadas y la información que acaba usted de proporcionar describen exacta y exhaustivamente su experiencia? Sí.