ECM de Judi T
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PROBABLE ACCIDENTE
CEREBROVASCULAR / INCONSCIENCIA DEFINITIVA En el
momento de la experiencia, ejercía un oficio muy estresante y acababa de volver
del exterior, después de muchos meses de ajetreados viajes y de pesadas
negociaciones sin pausa. La
noche siguiente, el 15 de septiembre, estaba durmiendo a mis niños pequeños en
mi cama cuando yo misma me quedé dormida. Pocos minutos más tarde entró mi
esposo y empezó a llevar a los pequeños a su habitación. Cuando movió el
primero, la carne en la parte izquierda de mi cuerpo empezó a “gritar”. Sentí
como si se estuviera retorciendo sobre sí misma. Casi de inmediato, salí de mi
cuerpo (no era ésta la primera vez que había tenido una ECM, que yo recuerde
había tenido una más, además siempre había tenido experiencias espirituales,
incluyendo el recuerdo de una vida pasada que una tía me había evocado). Salté
afuera por la parte superior de la cabeza, a través del muro de la casa (la cama
estaba puesta contra el muro), me puse en pie y le hablé a una figura como nube
blanca, de forma humana, perfilada en azul (ahora he llegado a comprender que es
uno de mis ángeles guardianes). Le pedí que me ayudara porque mi cuerpo se
estaba muriendo (no hay duda sobre su deseo o capacidad de ayudar). Él replicó:
“Durante mucho tiempo Él ha estado diciéndote que salieras. Ahora, mira lo que
te está sucediendo”.
Inmediatamente (¡) supe que le conocía, que él me conocía, que estaba bien y
dentro del orden de las cosas que así fuera, (¡¡) supe que hacía referencia al
trabajo que Dios me había ordenado dejar en enero de 1997. Pero yo había
intentado conservarlo. (¡¡¡) Yo estaba un poco irritada porque sentía que en
este punto de la crisis era injusto regañarme. Así
que dije: “Vale, vale, saldré. Lo dejaré. Solo ayúdame con mi cuerpo”. Él me
dijo que volviera adentro e intentara llamar a mi marido. Eso fue lo que hice,
pero la parte izquierda de la boca estaba “fallando”, no la controlaba y no
conseguía articular. Salté fuera de mi cuerpo diciendo que la boca no
funcionaba. A través del muro de la casa, veía el interior de nuestra
habitación, mi marido seguía allí acarreando a los niños, el ángel me dijo que
regresara dentro y lo intentara con el cerebro. Volví al interior e intenté
llamar a mi marido con mi cerebro, pero me daba la impresión de un viejo disco
reproduciéndose a muy baja velocidad. De nuevo salí de mi cuerpo pensando:”
¡Vaya! ¡Se acabó! Adiós amigos”. Le dije que el cerebro ya no funcionaba,
entonces respondió: “De acuerdo, vuelve adentro. Yo me ocuparé”. Entré de nuevo
en mi cuerpo y extrañamente era capaz de tener pensamientos “localizados” (no
remotos como intentando llamar a alguien). Le pedí a Dios no morir pero que si
debía hacerlo, que me dejase al menos hasta la mañana, para que los chicos no
pasasen por el trauma de morir su mamá por la noche sin decirles adiós. Dije:
“Padre, hágase tu voluntad no la mía. En tus manos encomiendo mi espíritu” y
luego no supe nada hasta que mi marido llegó a la cama. Todo esto duró unos
veinte minutos.
Cuando mi marido llegó a la cama, aparentemente reviví y le dije que no me
sentía bien (al día siguiente confirmó la declaración) y al parecer perdí la
consciencia. Lo siguiente que supe fue que me desperté. Era de mañana y yo
estaba comprobando si “realmente seguía aquí”. Salí a “explorar el mundo”
sintiéndome un poco cansada como si acabase de correr. Fuera, las colinas, los
árboles y las flores parecían extra brillantes y yo estaba contenta de estar de
vuelta. Me
puse en contacto con mi hermana (una doctora en medicina) y le dije lo que había
ocurrido. Me hizo una serie de pruebas, pero al hallar que mi lado izquierdo
respondía muy lentamente me envió a hacer una TAC. Los resultados mostraron una
mancha compatible con calcificación (endurecimiento) del cerebro. Pruebas
posteriores (EEG, ECG e IRM) dieron todas negativas.
¿Alguna medicación asociada o sustancias
que pudieran afectar la experiencia? No. ¿Fue la experiencia
difícil de expresar con palabras? No. ¿En el momento de
la experiencia, existía algún acontecimiento que amenazara su vida?
Sí. Estaba experimentando un desgarrador dolor en mi lado izquierdo que parecía
ser un accidente cerebro-vascular. ¿Cuál era su nivel
de consciencia y de vigilancia durante la experiencia? Saliendo
del sueño, pero plena consciencia y alerta una vez empezado el atroz dolor.
¿Era la experiencia de algún modo
parecida a un sueño? Sí. Las luces
de la habitación estaban apagadas y no había ningún sonido físicamente audible
de mi marido o mío. Sin embargo había un gemido chillón como si la carne
estuviese “gritando”. ¿Experimentó una
separación entre su consciencia y su cuerpo?
Sí. Era consciente de que mi forma era como normal. Sin
embargo, no me centraba en la apariencia, pues estaba más preocupada tratando de
obtener ayuda para el cuerpo físico.
¿Oyó usted algún
sonido extraño o ruidos? El gemido
chillón cuando la carne estaba gritando, y justo antes salí al exterior de mi
cuerpo. ¿Pasó usted hacia o
a través de un túnel o espacio cerrado?
No.
Describa: en las dos ocasiones que recuerdo dejar mi
cuerpo a través de la muerte no “tuve túnel”. Las experiencias parecieron haber
sido más bien “interrupciones” o simplemente una revisión con la “base de
operaciones” (sonrisa). ¿Vio usted una luz? Sí.
A mi izquierda, un poco más adelante e inmediatamente detrás del “ayudante” (el
ángel). ¿Se encontró usted
o vio a algún otro ser o seres? Sí. Una figura, se
hallaba de pie como si estuviese especialmente asignada para ocuparse de mí.
Solo después de que empezara a recriminarme recordé que “le” conocía (es decir,
su esencia). Quizás reconocí “su actitud” (sonrisa). Me instruyó, me ayudó, me
protegió y me sostuvo a través de la experiencia. Sabía que lo que me dijo que
hiciera era lo correcto dadas las circunstancias, pero temía un poco muy mucho
pensar las cosas por mí misma. ¿Experimentó usted
la revisión de acontecimientos pasados de su vida? No. ¿Observó usted u
oyó algo relacionado con personas o acontecimientos durante su experiencia que
pudiera ser verificado más tarde? Sí. Sí, mi marido
moviendo al segundo y al tercer niño. Mi madre, a quien también había tratado de
llamar, me dijo a la mañana siguiente que aproximadamente a la hora en que esto
estaba ocurriendo (confirmé su hora con mi marido) sintió una urgente alarma de
que yo estaba en problemas. Inmediatamente apagó la televisión e insistió en que
mi padre se le uniera en una inmediata oración por mí. ¿Vio usted o visitó
dimensiones, niveles o lugares hermosos o de alguna otra manera peculiares?
No. ¿Tuvo alguna
sensación de alteración del tiempo o el espacio? Sí. El
muro era transparente para mí mientras estaba fuera del cuerpo. Era como el
negativo de una fotografía. ¿Tuvo usted la
sensación de comprender una sabiduría especial, un orden y / o propósito
universal? No. No durante el evento pero luego sí. ¿Alcanzó usted un
límite o una estructura física de delimitación? No estoy
segura. Parecía estar hablándole al ángel en una zona limitada. No necesitábamos
ni queríamos más espacio pero éste parecía realmente confinado. Cruzar el límite
que estaba a mi izquierda no era ningún problema pues estábamos preocupados por
el cuerpo que estaba a mi derecha dentro del dormitorio en el interior de la
casa. ¿Tuvo usted
consciencia de acontecimientos futuros? No estoy segura.
Ha aumentado mi confianza en la comprensión y el crédito en las indicaciones que
he recibido del futuro en mi vida y en las vidas de otros. ¿Se implicó en, o
fue consciente de, una decisión de vuelta al cuerpo? Sí.
Como describí más arriba. ¿Cómo resultado de
su experiencia, ha recibido usted dones psíquicos, paranormales u otros dones
especiales que no tuviera antes de la misma? No. No era
la primera vez que había tenido una ECM y siempre he tenido también experiencias
espirituales interesantes. Solo que ahora las comprendo mejor y confío más en
los mensajes. ¿Tuvo usted tras su
experiencia algún cambio de actitudes o creencias? Sí. El
tiempo ya no tiene importancia. No uso relojes. Sé que todos tenemos un
propósito. Sé que algunas personas han nacido y nacen con una especial misión de
elevar al mundo. ¿Ha afectado la
experiencia a sus relaciones? ¿Vida diaria? ¿Prácticas religiosas
etc.? ¿Opciones de carrera? He hecho varios cambios
positivos. ¿Ha cambiado su
vida expresamente como consecuencia de su experiencia?
Sí. Mejores relaciones familiares. ¿Ha compartido
usted esta experiencia con otros? Sí. Creen en ella
porque ya están familiarizados con este tipo de experiencias. ¿Qué emociones
experimentó usted después de su experiencia? Paz,
gratitud y un deseo de obedecer. ¿Cuál fue la mejor
y la peor parte de su experiencia? Peor parte la carne
gritando. Mejor parte el encuentro entero. ¿Hay algo más que
desee añadir acerca de la experiencia? No. ¿Tras su
experiencia, tuvo usted algún otro acontecimiento en su vida, medicamentos o
sustancias que reprodujeran alguna parte de la experiencia? No. ¿Las preguntas
planteadas y la información que acaba usted de proporcionar describen exacta y
exhaustivamente su experiencia? Sí. Por favor, ofrezca
cualquier sugerencia que tenga para mejorar este cuestionario.
El cuestionario es muy exhaustivo.
¿Podría describir más exhaustivamente cómo supo que estaba muerta?
Hola Jody En realidad no
había nadie presente que pudiese certificar que estaba clínicamente muerta. En
efecto, en ese sentido era un “asunto privado”, mi marido ni siquiera apreciaba
su alcance… y “dormí” toda la noche con mi cabeza en su hombro (cuando desperté
tenía la sensación más como de haber estado inconsciente). El incidente tuvo
lugar en casa de noche y por la mañana parecía haberme recuperado salvo por las
secuelas que describí en mi relato. Debo decir sin
embargo, que en base a esa experiencia es evidente que los humanos son
conscientes de que están muriendo cuando lo están haciendo. Los sentimientos del
momento no pueden confundirse con ninguna otra sensación como desmayarse o ir a
dormir, por ejemplo. Las sensaciones de la muerte parecen ser únicas y
definitivamente identificables. Varios meses
después de la experiencia, estaba escuchando un documental televisivo en el que
se describían los síntomas de un accidente cerebro-vascular inminente. Cada
síntoma descrito incluyendo la especie de “despegue y flotación” que uno puede
experimentar mientras camina, yo lo había experimentado previamente a la ECM. Aunque apreciaba
mi trabajo de entonces, había empezado a reaccionar con mucho estrés a ciertos
elementos de responsabilidad. Espero que esto
ayude. Judith
Descripción de la experiencia: