ECM de Karen D
|
Descripción de la experiencia:
Fui al hospital un
sábado por la mañana y sólo recuerdo unos momentos en la sala de urgencias. Mi
familia me comunicó que había llamado el lunes por la mañana a mi hermana para
decirle que acudiera al hospital. Me llevaron a cuidados intensivos y estuve
inconsciente durante casi 2 meses.
Cuando estuve en coma, recuerdo que era capaz de oír a las personas en la habitación. Pero no podía despertarme, no podía responder. Recuerdo que tenía mucho frío. Recuerdo a mi hermana cubriéndome y apretando mi mano. Tenía una fiebre muy alta. Oí a la enfermera reprendiendo a mi hermana por haberme cubierto. Le dijo que había que descubrirme a causa de la fiebre. Mi hermana le respondió que por mi cara diría que tenía frío y que estaba inquieta. Se lo recordé más tarde. Ella confirmó que aquello pasó realmente. Es divertido cómo las hermanas saben leer las expresiones faciales la una de la otra.
Recuerdo oír la voz de mi hermano en la habitación, había llegado en vuelo desde otro Estado. Oyendo su voz, supe que me encontraba en estado grave. Recuerdo que me sentía muy sola e impotente. No estaba segura de en qué sitio me encontraba. Mi mente seguía funcionando. Me sentía muy feliz cuando oía voces en el cuarto. Era lo único que me indicaba que aún seguía con vida. Tras salir del hospital, sentí la necesidad de volver a él para informar a las familias de que no debían dejar a sus parientes cuando éstos estuviesen en coma. Sabía por experiencia propia que nos pueden oír.
Empecé a sentir que iba a la deriva cada vez más y más lejos. Recuerdo haberle pedido a Dios que no dejara que mi cerebro se detuviese. Sentía que era la única cosa, el único signo de que aún seguía viva.
Entonces sentí que me hallaba en algún sitio en la oscuridad. Debí de haber estado luchando. Recuerdo a un ser masculino. Le recuerdo hablándome o comunicándose mentalmente conmigo. No paraba de decirme que morir era bueno, dejar de luchar tan arduamente y simplemente rendirse. Se quedó allí mucho tiempo. De repente, fue como si se hubiera de algún modo deslizado hacia arriba. Sentí que era un ser maléfico y que ponía a prueba mi mente con el fin de que cometiera suicidio mediante la rendición. Me acuerdo de pedirle ayuda a Dios y el ser maléfico se fue.
Entonces me acuerdo de estar en un sitio muy brillantemente iluminado. Era como estar en el aire o en una nube pero yo sabía entonces que no era una nube. Era maravilloso. La luz parecía estrecharme, como alguien transportándome o abrazándome. La única manera que tengo de describirlo es que me sentía como si formara parte del universo. Me acuerdo de que no me sentía sorprendida, como si supiera desde el principio que pronto iba a estar allí, como si ya hubiese estado allí antes. Estaba más a gusto de lo que jamás hubiese podido imaginar estando en vida. Sentí sinceramente como si estuviese de vuelta al sitio de donde provenía y que lo sabía. No había nadie allí.
Entonces a distancia vi una figura venir hacia mí. Estaba de pie, como un hombre, pero tenía una especie de energía eléctrica a su alrededor. No recuerdo que fuera él el primero en hablar. Recuerdo haberle dicho de manera infantil: “Tú has hecho todo esto” y entonces, casi antes de que mi voz o pensamientos se expresaran, supe que era Dios. Sentí que había sido muy irreverente y no sabía qué hacer. Él se comunicaba conmigo con su presencia. No recuerdo nada de lo que dijo pero sé que me hizo sentirme maravillosamente bien y a gusto, no sólo por su presencia allí, sino por mi vida y por lo que yo experimentaba. No estaba asustada en absoluto. Recuerdo sentir como si mi cerebro se hubiese abierto y todas las respuestas a la vida estuviesen allí mismo, fluyendo muy rápidamente a través de mi cabeza. Como si todos los problemas del mundo (y no sólo los míos) fueran a tener un final feliz. Recuerdo que me divirtió el hecho de que todo, y quiero decir “todo”, el bueno, el malo y el feo en el mundo, todo estaba bajo control. Todo estaba planificado y casi no era real. Sentía como si el sitio en el que estaba fuera lo real y que la parte de la vida había sido todo un sueño, una prueba o una experiencia. Y por alguna razón volví.
Me estuve debatiendo con todo esto el año pasado, incluso me sentí furiosa por no haber conseguido quedarme. No he conseguido (¿todavía?) recordarlo todo. Aun hoy, todavía tengo memorias instantáneas, recuerdo cosas que me imagino que habré olvidado. Es lo que me ha dicho mi psiquiatra, que por otra parte me ha apoyado mucho. Probé suerte y he encontrado uno bueno. Me dijo que, de modo parecido, también creemos en Dios pero no lo sabemos seguro. Puedo seguir creyendo que eso se ha producido realmente, y un día, cuando me lo encuentre de nuevo, le preguntaré: “¿Te acuerdas de abril del 2001? ¿Aquello ocurrió realmente?”. Entonces sabré la respuesta con exactitud, pero hasta entonces tendré que vivir en esta tierra e intentar evitar volverme loca tratando de recordar todas las respuestas. ¿Quién sabe? Quizás siga acordándome, y en el momento en que vuelva a irme ya sabré.
¿Alguna medicación asociada o sustancias que puedan haber afectado a la experiencia? No lo sé con certeza.
Explicación: no sé realmente qué drogas me dieron, me imagino que las drogas típicas para el estado en el que estaba, seguro que eran drogas de las buenas.
¿La experiencia fue difícil de expresar con palabras? Sí.
¿Qué es lo que en la experiencia la hace difícil de comunicar? No suelo recordar mis sueños, pero cuando esto ocurre, me doy cuenta de que se trataba de un sueño nada más levantarme. Ya tomé antes medicamentos que me han producido sueños realmente extraños y supe que eran sueños en cuanto terminaron. Las primeras palabras que le dije al médico al despertar fueron que había estado discutiendo con el diablo. El médico me preguntó más tarde qué es lo que había querido decir con eso. Temí decírselo. Creí que iba a pensar que mi cerebro había sufrido daños y que no me iba a dejar volver a casa. El año pasado, sin cesar, recordaba la experiencia todos los días, como si me obsesionase, sin importar los esfuerzos que hiciese para apartarla de mi mente. Los sueños no hacen esto. La experiencia me dejó un sentimiento en el corazón y el alma que no me abandona. Sé que en algún lugar en mi mente fue depositado mucho conocimiento cuando estuve con Dios. Recuerdo que mi mente se sentía muy clara, “inteligente”, sabiéndolo todo, a gusto con la vida y la existencia. Como si fuese capaz de utilizar “todo mi cerebro” a la vez, pero sólo como una pequeña prueba o ensayo. Puede que ese conocimiento haya sido retirado, pero constantemente siento que hay allí algo que he olvidado y quiero desesperadamente recuperarlo. Sé que estoy divagando de nuevo. La experiencia me ha dejado la consciencia de que nuestra mente y nuestra alma forman parte del universo. Sólo pensaba en una cosa. Cuando se muere uno y deja la vida y todo lo que queda de su cuerpo es su cerebro, habiéndose vaciado de pensamientos mundanos, probablemente el cerebro cambie.
¿En el momento de la experiencia, existía una situación amenazante para su vida? Sí.
Describa: los médicos casi habían perdido la esperanza de que siguiese con vida. Una mujer en el hospital había tenido la misma neumonía que yo poco antes y había muerto. Cuando me retiraron la asistencia, llamaron a mi familia para que estuviera allí por si no sobrevivía, pero sobreviví.
¿Cuál era su nivel de consciencia y de vigilancia durante la experiencia? En coma.
¿Fue la experiencia de algún modo parecida a un sueño? No, no, no.
¿Experimentó una separación entre su consciencia y su cuerpo? Sí.
Describa su aspecto o forma cuando estuvo fuera de su cuerpo: me acuerdo de mirar desde arriba a las enfermeras y al médico trabajando en mí. Recuerdo compadecerme de la enfermera porque el médico estaba furioso y le gritó. Me compadecí del médico por esforzarse tanto por mantenerme viva.
¿Qué emociones sintió usted durante la experiencia? Asombro, contento, amor por la vida y por el más allá.
¿Oyó usted algún sonido o ruido extraños? No.
¿Pasó usted por, o en, un túnel o recinto? No estoy muy segura.
Describa: ignoro si estaba o no en un túnel cuando estuve a oscuras. No sabía dónde estaba. No creo que se me pasase por la mente, pero no había ninguna luz.
¿Vio usted una luz? Sí.
Describa: yo estaba en la luz. Sentía como si formara parte de la luz. Era muy brillante pero reconfortante.
¿Encontró usted, o vio, a otros seres? Sí.
Describa: el primer ser masculino en la oscuridad estoy convencida de que era el mismo diablo. Era tan carismático y astuto. Cuando estuve en la luz creo sinceramente que se trataba de Dios, es el sentimiento que me ha quedado. Mi mente mundana todavía lucha con ello, pero hay algo en mi cerebro, en mi corazón y en mi alma que cree que todo fue real. No recuerdo haber visto a nadie más, pero tengo un sentimiento interior de que sí.
¿Experimentó usted una revisión de acontecimientos pasados de su vida? No.
Describa: no que yo recuerde. Sí recuerdo tener el sentimiento de que todo en mi vida estaba bien. Volví con el sentimiento de que ahora sé que Dios no espera que nuestras vidas sean perfectas.
¿Observó usted u oyó, durante su experiencia, algo relacionado con personas o acontecimientos que pudiera ser verificado más tarde? No estoy del todo segura.
¿Vio usted o visitó dimensiones, niveles o lugares hermosos o de alguna otra manera peculiares? Sí.
Describa: ya lo he hecho.
¿Tuvo usted alguna sensación de alteración del tiempo o el espacio? Sí.
¿Tuvo usted la sensación de tener acceso a una sabiduría especial, a un orden y / o propósito universal? Sí.
¿Alcanzó usted un límite o una estructura física de delimitación? No.
Describa: me ha quedado el sentimiento de que he logrado experimentar la entidad última de la vida, pero también de que quedaba mucho por ver. Pero si no hubiese habido nada más que lo que experimenté, con eso habría sido suficiente. De veras que me cuesta expresarme, es muy difícil de explicar.
¿Se dio usted cuenta de futuros acontecimientos? Sí.
Describa: volví con la sensación de que todo en la tierra no hace más que pasar. Hemos experimentado guerras horribles, muchas cosas malas pasan en nuestro mundo, pero simplemente deberíamos seguir, porque incluso esta angustia y estos horrores pasarán. Un día volveremos la vista atrás sobre esta vida como si hubiese sido un sueño, sin que nada de todo esto se hubiese realmente producido. Lo cual no significa que no podamos mejorar individualmente nuestras vidas lo más que podamos. Ni que dejemos de hacer todo lo que esté en nuestras manos para mejorar las vidas que podemos influenciar mientras estamos aquí. Pero no hay que tomarse lo cotidiano tan en serio, lo mejor está aún realmente por venir.
¿Se implicó usted en, o fue consciente de, una decisión de vuelta al cuerpo? No.
¿Como resultado de su experiencia, ha recibido usted dones psíquicos, paranormales u otros dones especiales que no tuviera antes de la misma? No estoy segura.
Describa: cuando volví a casa del hospital, cada vez que le daba a los interruptores de la luz fundía las bombillas. Degeneró tanto, que mi hija no me permitía tocar los de su cuarto. Esto continuó durante varios meses. Pensé que era un problema eléctrico o quizás tenía que ver con mi modo de andar. Recientemente, leí en algún sitio que otras personas tuvieron el mismo problema tras su ECM, lo que me hizo preguntarme si había relación entre ambos hechos. Mi hija no fundía las bombillas. Ya no me pasa más.
¿Tuvo usted tras su experiencia algún cambio de actitudes o de creencias? Sí.
Describa: creo que ya he explicado cómo me siento.
¿Ha afectado la experiencia a sus relaciones? ¿Vida diaria? ¿Prácticas religiosas etc.? ¿Opciones de carrera? En realidad de muchas maneras que de momento aún no puedo explicar completamente. Estoy trabajando en ello. A veces me siento más paciente con los seres humanos y en cierta forma me siento muy impaciente. Definitivamente he cambiado en muchos aspectos.
¿Ha compartido usted esta experiencia con otros? Sí.
Describa: los psiquiatras están convencidos de que realmente he experimentado un maravilloso fenómeno. Están tratando de ayudarme a mantener un equilibrio en relación con la experiencia, teniéndola en consideración pero sin permitirle que me arrastre a la locura. Le hablé de ello a mi hermana, pensando que iba a creer que estaba loca o que era el efecto de las medicinas. Me respondió que se había dado cuenta, a mi vuelta del hospital, de que algo me había sucedido.
¿Qué emociones experimentó usted después de su experiencia? Felicidad, tristeza, decepción por no acordarme de más, confusión, ansiedad, depresión, quería decírselo a todo el mundo, quería mantener la boca cerrada por miedo a que pensaran que estaba loca, una increíble comprensión de la muerte, no más miedo a la muerte (lo cual, en sí mismo, asusta un poco), calma para con más cosas, enfado con la ignorancia y la apatía, muchas emociones y cambios que enumerar.
¿Cuál fue la mejor y la peor parte de su experiencia? La experiencia de la vida tras la muerte y saber que es verdad que eso existe. Lo peor fue que Satán realmente existe. Nunca creía antes en esta rata de alcantarilla.
¿Hay algo más que quisiera añadir en relación con la experiencia? Siento como si tuviera muchas cosas en mi interior, tantas que nunca podré decirlas todas. Ni siquiera sé cómo poner esto en palabras. Es una gran sensación ser capaz de expresar tantas cosas. El psiquiatra sólo te da 45 minutos. Por cierto, certificaron que no estaba loca. Lo cual es un verdadero alivio.
¿Ha cambiado su vida específicamente a consecuencia de su experiencia? Sí.
Describa: cada minuto de cada día, todo lo relacionado conmigo. Y sin embargo sigo siendo la misma, realmente extraño.
¿Tras la experiencia, ha habido otros elementos en su vida, medicamentos, o sustancias que hayan reproducido parte de la experiencia? No.
Describa: me imagino que llamaréis a esto estrés postraumático o al menos así es como lo llaman los médicos. Yo creo que todo esto son memorias que vuelven una tras otra. Generalmente, no ocurre cuando trato de recordarlas, sino que, a veces, cuando no me lo espero, las veo salir a la superficie.
¿Las preguntas planteadas y la información que acaba usted de proporcionar describen exacta y exhaustivamente su experiencia? Sí.
Explicación: así es para gran parte del relato. Puede parecer que me disperso explicando las cosas. Parece más fácil responder a preguntas que contar cronológicamente la historia. No sé si ya os lo dije en las anteriores preguntas, pero cuando salí del coma, el médico me dijo que la primera cosa que fui capaz de murmurarle, fue que había discutido con el demonio. El médico quería saber qué es lo que había querido decir con eso. Le respondí que debía tratarse de las drogas y de un sueño, pero en realidad lo que quería era salir del hospital y temía que no me dejase volver a casa. También tendía a considerar cada día como la Fiesta Nacional (el 4 de julio), comprended que quería festejar el hecho de estar viva.
¿Por favor ofrezca alguna sugerencia que usted tenga para mejorar el cuestionario de www.nderf.org? Tan sólo que sigáis haciéndolo. Las personas que han tenido una ECM tienen necesidad de hablar y de oír los relatos experimentados por otros. Si esto pudiera darle a la ciencia y a los sectores religiosos algún discernimiento en las experiencias sería maravilloso. Creo que a todos nos gustaría saber lo que nos pasó.