ECM de Karen S
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Tema de esta NDE: NDE por accidente de tráfico. A pesar de que era “su turno” para morir en la tierra, después de hablar con los seres espirituales decide volver a la tierra para cuidar de su hijo. Las lecciones que debían aprender sus familiares, amigos, o conocidos debido a su muerte, quedan aplazadas para otro momento.
- Idioma original NDE: inglés. Fecha traducción: Ene-04. Traducción incompleta del original.
- Dirección NDE inglés (original): http://www.near-death.com/schaeffer.html
o también: http://www.near-death.com/directory.html E-mail: k.schaeffer@usa.net
- Dirección NDE español: https://www.nderf.org/NDERF/Languages/languages.htm (Pulsar “Español/ECM historias”)
- Método de traducción: manualmente con ayuda programa Internet: http://www.freetranslation.com/
- Nota aclaratoria: Esta traducción no es perfecta, la ha realizado un traductor no profesional y puede contener errores respecto a la versión original. Se recomienda consultar la versión original en caso de duda.
- ¡Por favor, se necesitan voluntarios para traducir al español más NDEs! Contactar con Jody Long: nderf@nderf.org
INTRODUCCIÓN:
Cuando Karen
Schaeffer era una adolescente, tuvo varias experiencias psíquicas que le
sucedían a menudo durante el sueño. A medida que fue creciendo y la vida se hizo
más agitada, estas experiencias disminuyeron y casi desaparecieron, hasta el
embarazo de su primer niño. En una de esas experiencias psíquicas ella había
predecido un horrible accidente de coche. Su visión psíquica se hizo realidad un
día y la llevó a tener su NDE. Su experiencia incluye un aspecto que aparece
raramente. A Karen se le muestra el futuro y se le dice que ella puede cambiar
el resultado si ella elige, lo cuál ella hace. A causa de esto, el futuro que
ella vio fue evitado (en el original: “averted”). Su NDE se detalla en el libro
de Kevin William, “Nada Mejor Que la Muerte”.
Descripción de la experiencia:
"Poco después de su nacimiento tuve el sueño
más horrible, que yo me vería involucrada en un terrible choque de coche que
terminaría con mi vida. Durante meses estuve aterrorizada, me volví muy
cautelosa y estaba constantemente en alerta por ese vehículo monstruoso. Cuando
mi hijo cumplió 7 meses, me convencí a mí misma de que sólo era un sueño... y
nada de eso debía suceder. Yo tenía un trabajo completamente nuevo como
profesora, un bebé, un hogar, un marido que cuidar... Le había dedicado
demasiada energía a esta cosa. Entonces sucedió.
"Me había marchado en seguida de la escuela ese día. Quise recoger a mi hijo de
casa de su abuela y volver rápidamente a la escuela para ver un partido de
béisbol. Era un modo perfecto de pasar la tarde con mi hijo. Cuando salía de la
autopista con el cuidado habitual, giré a la izquierda en un semáforo que estaba
en verde desde hacía rato. Este era mi día de suerte, pensé. Entonces, en un
instante, me fui.
"Inmediatamente me encontré en el lugar más hermoso y sereno en el que yo
hubiese estado jamás. Mi abuelo, otra persona a quien yo había conocido en una
vida anterior, y un guardián, estaban listos para ayudarme con la transición.
Ellos me contaron lo del accidente, me mostraron el sitio. Era mi tiempo para
venir a casa, me dijeron.
"El amor y la felicidad tan sobrecogedores de ese lugar eran tan
atractivos/seductores (en el original: “so inviting”).
"Yo podía sentir cómo me volvía más ligera por momentos. En un ataque de miedo y
pánico, comencé a llorar. No, yo no podía estar muerta. ¿Qué pasaría con mi
hijo? ¡Él tenía siete meses! Él nunca me recordaría. Su padre ni siquiera sabe
cómo cuidarlo. Yo no quería que lo criaran los padres de su padre. No, no, no...
este no era el momento de irme. Ellos estaban equivocados.
"En un abrazo de amor, ellos me calmaron mostrándome que mi hijo, mi familia
entera, estaría bien después de mi muerte. Mi madre podría apoyarse en mi
abuela. Le llevaría tiempo, pero ella se curaría. Mi marido, dolido, triste y
solitario, se curaría, y eventualmente también encontraría el amor una vez más.
"La muerte forma parte de las lecciones que debemos aprender en la tierra, y mi
muerte era una lección importante para aquellos implicados en mi vida. Me
mostraron mi funeral, me enseñaron cómo estar cerca de mis seres queridos y me
dijeron que eventualmente podría comunicarme con aquellos cuyos espíritus
estuvieran abiertos. Yo podría aceptar esto. Ellos estarían bien.
"Yo me sentía más ligera todo el tiempo. Pero un momento... mi hijo. ¡Yo no
podía dejar a mi hijo! Los bebés necesitan a sus mamis. Yo tenía que ser su
mami. No podía dejarlo. Tanta paciencia me mostraron, tanto amor.
"Mis guías me explicaron que los sentimientos que yo tenía eran todavía una
conexión con mi lado humano. Una vez que mi humanidad se desgastase (en el
original: “wore off”), yo me sentiría tan ligera como el aire, felicidad total y
amor extremo.
"Las palabras no le hacen justicia a los sentimientos. Ellos trabajaron para
ayudarme a deshacerme de mi peso humano. Los sentimientos eran tan grandes y
parecían tirar de mí con más y más fuerza (en el original: “to pull me in
stronger and stronger”); pero mi conexión con mi hijo era tan fuerte.
"Vagamos por este hermoso lugar lo que pareció ser una eternidad. Discutimos
sobre mi vida, discutimos sobre religión, discutimos sobre secretos del alma que
como humanos debemos olvidar por si acaso nunca fuésemos capaces de crecer en la
tierra (en el original: “lest we’d never be able to thrive on earth”). Todo el
tiempo yo estaba admirada. Algunas cosas eran justamente como yo siempre soñé
que sería la vida después de la muerte; Algunas yo simplemente estaba totalmente
equivocada, y recuerdo que pensaba: “¡Wow!” ¿Dónde estaban mis otros seres
queridos? Cuándo podría ver a mis otros abuelos que habían muerto. En el tiempo,
ellos estaban en un plano diferente (en el original: “In time – they were on a
different plane”). Cuando mi transición se hubiese completado, yo podría elegir
ir a otros niveles cuando estuviera lista.
"De vez en cuando los pensamientos de mi hijo me hacían pesada una vez más. Yo
no podía soportar el pensamiento de que él creciese sin una madre. Me dijeron
que otros harían de madre por mí. Primero los abuelos, y entonces ellos me
mostraron la vida de Jake. Él era el chico más hermoso, tan feliz, pero con un
toque de tristeza que parecía traspasar su alma. Esta era la lección que debía
afrontar (en el original: “This was his lesson to tackle”). Él sabía, al venir a
esta vida, las principales lecciones que él debía aprender. Debía ser así. Vi
una nueva mamá para Jake cuando él tenía alrededor de 7 u 8 años. Una mujer
hermosa, de buen corazón que definitivamente se preocupaba por Jake (en el
original: “cared for Jake”), y lo trataba bien, pero ella debía tener su propio
niño con mi marido enviudado y el amor que ella mostró por su propio niño era
diferente y desigual al amor que ella mostró por mi niño - su hijastro. Esto no
es lo que yo soñé para Jake. Esto no podía ser. Yo estaba feliz por mi marido.
Él estaba bien. Él era feliz. Mi hijo era una historia distinta. Aprendí otras
lecciones en el paciente y constante trabajo de mi transición al otro lado. Yo
tenía que dejarlo ir. A veces me ponía histérica y luego, momentos después, me
sentía en calma y serena.
"Vi a una niña que había sido prevista en el lugar de Jake, pero antes de la
concepción cambiaron los planes y hubo la necesidad de que el espíritu de Jake
ocupase su lugar. Había muchos trastornos que Jake podría ayudar a reparar (y él
lo hizo).
"En un momento en el que me sentí más cerca de aceptar mi muerte, experimenté un
resurgir de pena y dolor, anhelando a mi hijo, para mi vida. Yo no podía soltar
mi vida humana. Mis guías lo intentaron durísimo, ellos nunca se rindieron,
ellos nunca llegaron a desalentarse. Es increíble la cantidad de paciencia y
amor que ellos mostraron (en el original: “patience and love they exuded”).
Finalmente, mi histeria fue calmada por un espíritu más elevado que pareció
envolverme en amor.
Mis guías fueron instruidos de que me permitiesen volver (o ordenados. En el
original: “my guides were instructed to allow me to return”). A pesar de sus
súplicas para que les permitieran más tiempo, les dijeron que en este momento mi
espíritu no descansaría. Era mejor dejarme volver, asentar mi espíritu, aprender
lecciones adicionales. Mis súplicas consiguieron mi regreso por ahora. Comprendí
antes de mi bajada que mis amigos y familiares tenían lecciones que iban a ser
aplazadas, pero que ellos tendrían que aprender en algún momento las lecciones
que les enseñaría mi muerte.
"Se hicieron arreglos acerca de cuándo, dónde, y cómo mi espíritu volvería; qué
nuevas lecciones tendría yo que adquirir, o qué nuevas lecciones tendrían que
enriquecerme (en el original: “what lessons were I to have enriched or acquire
new”). Algunas lecciones aprendidas a mi llegada al otro lado se tendrían que
olvidar, y no era bueno que mi alma supiese cuándo yo moriría otra vez, porque
en ese caso, como un humano, sólo me concentraría en eso, especialmente a medida
que se acercase el momento.
"Las últimas cosas que recuerdo fueron que me llevaron de vuelta al lugar del
accidente y, justo antes de mi descenso, me dijeron que cuando mis niños fuesen
mayores sería el momento de venir a casa definitivamente. ¡Yo lo acepté
inmediatamente, pero entonces, espera! ¿Qué significa mayores? ¿Significa sólo
unos pocos años mayores? ¿Adolescentes? ¿Viviré para verlos casados y tener sus
propios niños? Este fue un aspecto difícil de afrontar inmediatamente después
del accidente.
"Yo tenía una vida con mi hijo otra vez. Tenía que vivirla correctamente, puesto
que no tenía la menor idea de cuánto más tiempo me quedaba.
"Me dijeron que tuve suerte de sobrevivir. Un camión grande de servicio se saltó
una luz roja y golpeó el lado del conductor de mi diminuto coche compacto. A
pesar de llevar puesto el cinturón de seguridad, los médicos dicen que yo no
habría sobrevivido si no hubiera sido porque los airbags saltaron, algo que no
se supone que sucede en un impacto lateral.
"El primer año después del accidente fue una tentativa de vivir lo mejor que
pude, lo más feliz que pude. Yo sufría, sin embargo, por el dolor severo de una
fractura del hueso del hombro, costillas rotas, y dos fracturas de cadera. Me
dijeron que el dolor debería desaparecer en seis meses o un año en el peor de
los casos. Tres años más tarde, el dolor no se ha ido. El segundo año, sin
embargo, pareció ser el peor. Llegué a tener tantos sentimientos de suicidio.
Todo lo que quería hacer era volver a este lugar, a esta vida que era tan
impresionante, tan llena de amor y de gozo. Mi hijo, y posteriormente mi hija,
eran las únicas cosas que me hacían seguir adelante. Yo estaba aquí para ellos.
Hoy, sólo tres años después, he aceptado mi regreso a la tierra, anhelo mucho
volver a mi casa de la vida después de la muerte, y lucho por encontrar paz y
felicidad hasta que mi tiempo aquí llegue a su final definitivo."