Similar a ECM de Laura Z.
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Descripción de la experiencia:

Durante el parto de mi tercer hijo, tuve una experiencia muy inesperada de hablar con Dios.

Durante este parto, se me dio un anestésico inhalado a través de una máscara. (Para los escépticos que atribuyan las experiencias a una influencia de las drogas, les aseguro que estuve completamente lúcida y mentalmente despejada a lo largo de toda la experiencia. El inhalante era auto administrado, y cuando el médico expresó su preocupación de vez en cuando por mi pérdida de consciencia, me quité la máscara y le tranquilicé diciéndole que me encontraba bien).

Un ser, que comprendí que era Dios, me dijo que Él necesitaba conversar conmigo, e indicó que ésta era una excepcional oportunidad para acaparar toda mi atención.

Durante un momento de nuestra conversación se me pasó por la mente que me encontraba en grave peligro físico. De hecho, más tarde me enteré de que mi presión arterial estuvo por los suelos. Podía oír al médico aterrado en segundo plano, pero Dios me aseguró que no moriría, por lo que dejé de preocuparme, y con breves excepciones (cuando tenía que decirle algo al médico para aliviarle sus preocupaciones), ya no pude oír más al médico.

Durante esta conversación se me dijeron muchas cosas sobre mi vida y religión, y se me dio la oportunidad de preguntar, y recibir las respuestas a muchas preguntas. Pero entonces se me dijo que tras recobrar la consciencia, olvidaría todo lo que acababa de oír. Supliqué: “Déjame recordar una cosa”. Se me dijo: “Recordarás que esta conversación tuvo lugar, pero no recordarás lo aprendido hasta que sea el momento adecuado”.

Cuando recuperé totalmente la consciencia, era muy consciente de que mi nuevo conocimiento había sido velado, para gran disgusto mío. Pero estaba tan abrumada por la idea de que Dios me había hablado, y de que Él me conocía como individuo, que el disgusto no duró mucho.

Hasta ahora, nunca le he hablado a nadie de esta experiencia. No se me dio ningún mensaje para compartir, ni se me dio ninguna responsabilidad de contárselo a otros, así que, aparte de registrarlo en mi diario, me lo guardé para mí misma desde que el evento tuvo lugar.

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Sin embargo, la parte más interesante de esta historia ocurrió varias semanas más tarde. Cuando mi bebé nació, mi amiga K__ L__ estaba embarazada de ocho meses, su primer bebé. Consultaba al mismo ginecólogo-obstetra, pero estaba helada de miedo. Quería oír cada detalle de la experiencia de mi parto, y sin importar lo que le dijera, se angustiaba. Estaba blanca de miedo ante la perspectiva del parto. Todo lo relacionado con el proceso la aterraba. Y yo no sabía cómo tranquilizarla. De hecho, yo seguía afectada de una dolorosa episiotomía de lenta curación, y un problema de lactancia aún más doloroso, así que probablemente no le fui de gran consuelo.

Aunque mi hijo era un bebé muy bueno, durante los primeros meses tenía accesos de llanto nocturnos. Así que cuando podía agarrar algún sueño caía como una piedra, muerta para el mundo. Pero una noche, cuando el bebé tenía cerca de cuatro semanas, me levanté de un salto a las 3 de la madrugada, sin ninguna razón aparente. De repente, me desperté con el corazón acelerado. Y luego sentí el dolor más atroz, como si estuviera en plena labor de parto. Instintivamente empecé a respirar a través del dolor, como me habían enseñado en una clase de Lamaze varios años antes. Se me ocurrió el pensamiento: K__ está teniendo a su bebé. No sabría decir por qué, pero lo sabía, lo sabía absolutamente, el dolor era demasiado para K__, y yo estaba tomando algo de él para que ella pudiera soportarlo. Cosa que hice con mucho gusto.* Esta experiencia duró unos 10 ó 15 minutos, y después se acabó, y yo me volví a dormir.

A la mañana siguiente, el marido de K__ llamó y dijo. “¡Eh! K__ tuvo anoche a su bebé”. Yo me reí, y le dije la hora exacta en la que ocurrió. Quedó sorprendido, por supuesto, pero nunca le dije cómo lo había sabido.

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* Esto no es que lo diga con orgullo. De hecho, me sentí feliz ayudando. Fue una reacción que, si lo pienso, sigue sorprendiéndome. Generalmente soy más egoísta que todo eso.

¿En el momento de la experiencia, existía algún acontecimiento que amenazara su vida? No estoy segura. No sé si un observador objetivo convendría en que mi vida estaba en peligro. Oí al médico manifestar repetidamente preocupación, sobre el hecho de que no respondía y de que mi presión arterial estaba peligrosamente baja, pero yo era capaz de responder lo suficiente, durante mi experiencia extra corporal, como para tranquilizar al médico en el sentido de que no me estaba muriendo.

¿En qué momento durante la experiencia estuvo usted en su más alto nivel de consciencia y alerta? Estuve mucho más alerta durante el período de comunicación, de hecho estaba realizando varias tareas a la vez, de lo que lo estoy en circunstancias normales. Era casi como si mi cuerpo estuviera drogado, pero mi alma estuviera libre y capaz de comunicarse. Cuando era necesario realizar cierta acción física específica, como quitarme la máscara y empujar para parir al bebé, reticentemente volvía a mi cuerpo físico, realizaba la acción, y me iba de nuevo a continuar la conversación.

¿Era su más alto nivel de consciencia y alerta durante la experiencia diferente del nivel de consciencia y alerta normal de todos los días? Sí. Era mucho más lúcido, y mucho más rápido. Ahora parece como si mis pensamientos fueran letárgicos en comparación con entonces.

¿Su visión difería de algún modo de su visión normal de todos los días (en todos los aspectos, tales como claridad, campo de visión, colores, brillo, grado de profundidad de percepción de la solidez / transparencia de los objetos, etc.)? No.

¿Su audición difería de algún modo de su audición normal de todos los días (en todos los aspectos, tales como claridad, capacidad de reconocer la fuente del sonido, tono, volumen, etc.)? No estoy segura. Oír físicamente mi entorno me distraía de la conversación con Dios… podía oír mi entorno físico, pero era reacia a hacerlo.

¿Experimentó una separación entre su consciencia y su cuerpo? Sí.

¿Qué emociones sintió usted durante la experiencia? Temor reverencial. Paz. Un poco preocupada de no poder integrarlo todo antes de volver a la consciencia física.

¿Pasó usted hacia o a través de un túnel o espacio cerrado? No estoy segura. Había una sensación de giro, que creo probablemente estaba relacionada con el anestésico. Esta parte de la experiencia no fue particularmente lúcida, ni tan completamente clara, pura y sin ambigüedades como la parte en la que me estaba comunicando con Dios.

¿Vio usted una luz? No. Esta comunicación fue ante todo auditiva. No recuerdo ningún elemento de visión.

¿Se encontró usted o vio a algún otro ser o seres? No estoy segura. Fue una pura comunicación entre Dios y yo. No vi a Dios. Solo Lo oí, o para ser más precisa, Lo entendí. La comunicación era muy demasiado rápida para ser llamada con propiedad “conversación”.

¿Observó usted u oyó algo relacionado con personas o acontecimientos durante su experiencia que pudiera ser verificado más tarde? No estoy segura. Oí al médico manifestar preocupación acerca de mi pérdida y recuperación de consciencia. También sabía que estaba extremadamente preocupado sobre mi súbita y dramática pérdida de presión sanguínea. Cuando manifestó estas preocupaciones, me forcé a mí misma a responder, para que no se preocupara.

¿Vio usted o visitó dimensiones, niveles o lugares hermosos o de alguna otra manera peculiares? No.

¿Tuvo alguna sensación de alteración del tiempo o el espacio? Sí. Me estaba comunicando a mucha mayor velocidad de lo que sucedía en mi entorno físico. A mi “regreso”, por un momento creí que había regresado en el momento del parto de mi anterior hijo (misma habitación, misma cama, mismo médico… la momentánea confusión pues, no era del todo inexplicable).

¿Tuvo usted la sensación de comprender una sabiduría especial, un orden y / o propósito universal? Sí. Ojalá pudiera. Pero eso no estaba permitido.

¿Tuvo usted consciencia de acontecimientos futuros? Sí, pero los detalles en mi memoria consciente fueron velados. No puedo recordarlos.

¿Cómo resultado de su experiencia, ha recibido usted dones psíquicos, paranormales u otros dones especiales que no tuviera antes de la misma? Sí. Ver detalles de la narración. Tuve una vez la experiencia de tomar el dolor de una amiga durante su parto, pocas semanas después del mío.

¿Ha compartido usted esta experiencia con otros? No.

¿Tenía usted conocimiento de las experiencias cercanas a la muerte (ECM) antes de su experiencia? No estoy segura. De un modo vago. No las relacioné con mi propia experiencia hasta mucho más tarde.

¿Hubo en la experiencia una o varias partes especialmente significativas o importantes para usted? Me confirmó la existencia y la compasión de Dios. Pero yo ya me encontraba viviendo una existencia bastante creyente, por lo que no estuvo del todo en desacuerdo con mi conocimiento previo.

¿Cómo ve la realidad de su experiencia poco tiempo (días a semanas) después de que sucediera? La experiencia fue completamente real.

¿Cómo ve actualmente la realidad de su experiencia? La experiencia fue completamente real.

¿Han cambiado sus relaciones específicamente como resultado de su experiencia? No. Me imagino que las experiencias espirituales son la confirmación de que uno está generalmente en el buen camino. Desde entonces he tenido otras confirmaciones menos dramáticas, por lo que probablemente no esté viviendo una vida terriblemente descarriada.

¿Han cambiado sus creencias / prácticas religiosas específicamente como resultado de su experiencia? Sí. Me he vuelto más convencida de que Dios es real, y de que Él ama a cada uno de sus hijos e hijas, sin tener en cuenta sus errores, desaciertos y pecados. Estoy asimismo convencida de que Él siente verdadera agonía ante la crueldad y la grosería. Así que he hecho un esfuerzo concertado para ser más amable y más generosa… sin embargo, sigo estando muy lejos de ser perfecta. En conjunto, mi conducta hacia los demás es mucho más compasiva de lo que lo era antes de esta experiencia.

¿Tras su experiencia, tuvo usted algún otro acontecimiento en su vida, medicamentos o sustancias que reprodujeran alguna parte de la experiencia? No estoy segura. En raras ocasiones me han venido a la memoria algunas de las muchas cosas que se me enseñaron durante la experiencia. Lentamente, con el tiempo y cuando las ocasiones se presentan, se “reproducen” pequeñas porciones de la experiencia. (Quizás se “revelan” o se “recuerdan” o se “rememoran” o se “recuperan” serían descripciones más exactas).

¿Hay algo más que desee añadir acerca de la experiencia? Estoy segura de que no hay nada único en mí que me haya facultado para tener esta experiencia. Estoy asimismo segura de que cada persona pensante está facultada para recibir una revelación de Dios, de una u otra forma, como parte de la experiencia de mortalidad. Finalmente, estoy segura de que cuando uno ejerce la fe (lo cual requiere un mínimo de humildad), es “recompensado” de un modo que excede con mucho los méritos del esfuerzo.

¿Las preguntas planteadas y la información que acaba usted de proporcionar describen exacta y exhaustivamente su experiencia? Sí.