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Descripción de la experiencia:

Habiendo leído vuestro libro Evidencia de Vida Después de Esta Vida, yo siento el impulso de contarles un descubrimiento que he hecho que me da una gran esperanza en la vida posterior.

Mi hijo murió súbitamente en 2010 al caer casi doce metros desde el techo de su edificio de departamentos. Él tenía veinte años de edad, y estudiaba música. Había luna llena esa noche, cielos despejados y él y sus amigos habían subido al tejado, sin lugar a dudas, a gozar del cielo nocturno y de las luces de la ciudad. Al momento de su caída, él había quedado solo, pero tenemos total seguridad de que se trató de algo puramente accidental.

Hubo varias ‘coincidencias’ en el camino; pequeñas cosas que, en retrospectiva, pudieran ser vistas como proféticas y por lo tanto, me van asegurando que existe un Dios. Uno que proporciona esperanza y promesa de su amor y cuidado por nosotros ahora y en nuestros futuros, sean cuales fueran ellos. La más sobrecogedora de esas ‘coincidencias’ para mí fue el adjunto a su diario que descubrí recientemente en el diario de primer grado que él llevaba para su escuela. ´Como más en ese nivel. él apenas deletreaba palabras y la profesora le entregaba la corrección en su escritura de aquellas palabras cuando no eran bien pronunciadas. Ahí se lee: ‘Una noche yo estaba contemplando el cielo. Y entonces vi los hermosos Ángeles. Ellos me llevaron allí’. Su ilustración muestra seis estrellas en sombras de morado, rosa, azul, verde, naranja y amarillo, cada una con un rayo de luz que se extiende hacia abajo y dentro de cada rayo existe un pequeño ‘ser’ que lo representa a él mismo siendo subido hacia el cielo, a juzgar por la forma de su cabello. Y yo encuentro interesante aquí que él lleva una corbata en cada imagen de si mismo. Mi hijo no solía usar corbata a los seis años de edad. La noche en que él murió, él había tocado un poco más temprano en un concierto y su compañero de habitación nos contó que él se había arreglado muy bien. Una de las cosas sorprendentes de este adjunto es que fue fechado el 29 de Octubre de 1996. A pesar de que el 29 de Octubre no fue la fecha de fallecimiento de mi hijo, ésa fue la fecha de su servicio funerario y de su cremación. Este adjunto destaca entre otros en el diario en su temática.

Nuestra familia fue devastada por nuestra pérdida y yo me aferro a las cosas que me dan esperanza. Yo he siempre tenido fe en Dios, pero ha sido puesta a prueba con esta tragedia. Una forma de soportarlo es elegir creer que existe una vida posterior y que volveré a ver a mi hijo otra vez. Leer tantas experiencias de otras personas en vuestro libro me ha dado mucha esperanza. Gracias por su trabajo.