ECM de
PJ
|
Descripción de la experiencia:
Me he desmayado muchas veces, he padecido dolores y pérdidas de sangre, he
pasado por varias intervenciones quirúrgicas sin nada extraordinario que
reseñar. Pero hubo dos ocasiones en que experimenté una EEC (Experiencia Extra
Corporal). Ambas tuvieron lugar en circunstancias en que, a mi parecer (tal y
como me fue descrito más tarde), estuve en riesgo de muerte o mi organismo
estuvo expuesto a un trauma y un shock. En ningún caso estaba preparada
para lo que pasó o lo había previsto; lo que sucedió fue espontáneo.
También querría añadir, por si sirve de algo, que siempre he tenido altas
capacidades psíquicas (sueños premonitorios generalmente) tanto antes como
después de las experiencias. Siempre he estado orientada hacia la
espiritualidad. Sin embargo, mis EECs fueron breves y, durante ellas, no me
encontré con ningún ser espiritual ni tuve ninguna revelación anímica con
mayúsculas (al menos que yo recuerde) como las que cuentan otros.
Primera EEC: tengo 17 años y estoy sentada en un aula, una cálida tarde de
otoño, escuchando al profesor terminar de dar su lección. Al mismo tiempo, estoy
sufriendo unos calambres menstruales de mil demonios. De vez en cuando, me he
desmayado debido a ellos y estoy esperando a que acabe la clase para levantarme
e ir a la enfermería. Solo quedan unos pocos minutos de clase y podré
aguantarme… pero no puedo. Me siento desfallecer, pero, a diferencia de otros
desmayos anteriores y posteriores, esta vez, mientras me caigo de mi asiento, me
golpeo un lado de la cabeza con el borde metálico de un pupitre de la fila
contigua. Mi siguiente recuerdo es como si se me sacara de mi cuerpo por detrás;
como si alguien arrancara, por la nuca y sin dolor pero muy abruptamente, mi
alma o mi consciencia, en definitiva, aquello que me hace ser yo. Sin ver en qué
dirección voy, me encuentro fuera de la escuela al otro lado de la calle,
mirándola desde unos 3 ó 4 metros en el aire y un poco a la izquierda de la
escuela. Puedo ver la ventana de la clase donde me encontraba en la segunda
planta. Pero no me cuestiono qué es lo que pasó o por qué me encuentro allí de
golpe. Soy pasiva pero estoy a gusto, muy consciente de los colores y de
los detalles de este familiar entorno que está ante mí. Al contrario que en un
sueño, este entorno refleja el tipo de día que hacía antes de desmayarme:
soleado, cielo azul, de tarde, escenario. Esta es una de las razones por las que
nunca me convenceré de que fue un sueño. Los colores son muy vivos, la sensación
de ser totalmente consciente del tiempo y del entorno lo abarca todo. Asimilo
toda la escena a la vez, no solo lo que está frente a mí sino también todo a mi
alrededor y detrás de mí.
Entonces me percato del toque de campana, que indica el cambio de clase, y
observo a los estudiantes saliendo por una de las puertas de los edificios
escolares en dirección al edificio principal. Lo que me ha resultado más curioso
de esto más tarde, ha sido que al concentrarme en estos estudiantes, no los veo
con el mismo tipo de reconocimiento con que lo hago en un estado de consciencia
normal. En vez de ello, una parte de mí, creo que la vista, se acerca hasta
ellos mientras que el resto de mí permanece atrás en la misma posición
estratégica en el aire. Soy consciente de lo que piensa y siente cada alumno
sobre el que me concentro; de hecho, siento lo que es ser esa persona, pero no
le doy a esta información la importancia que le daría en un estado normal de
consciencia. Me refiero a que, a esa edad, si alguien me hubiese dicho “tienes el
poder de saber lo que piensa o siente cualquier otro”, me habría aprovechado de
ello con júbilo e incluso picardía. Pero en ese momento, por una razón que
ignoro, soy pasiva y pacífica con lo que pasa y, ciertamente, no siento gana
alguna de aprovecharme ni de manipular ninguna situación.
Entonces, soy de repente absorbida de nuevo hacia la ventana de la 2ª planta e
introducida a través de la cortina en un silbido. En ese instante, pierdo mi
sentido “espiritual” y me desmayo. Recupero la consciencia mientras estoy
tendida en el suelo. Tengo frío y me siento extraña y “lenta”, como si hubiese
estado inconsciente durante mucho tiempo, aunque no hubiera sucedido hace más de
un minuto. Mi cuerpo se siente perezoso y pesado. La campana de la clase ha
sonado, algunos alumnos recogen sus cosas, otros me miran mientras se van, unos
pocos ríen disimuladamente (más tarde, supe que algunos pensaron que me desmayé
debido al calor de la clase), el profesor y una o dos amigas me ayudan a ponerme
de pie y me preguntan cómo me siento. Una de ellas me acompaña a la enfermería.
Lo que me parece tan real de esta experiencia, incluso después de tantos años,
es que lo a gusto y en paz que me sentía, así como los vívidos colores y nítidos
detalles del entorno, que ordinariamente daría por sentado . No hubo
presencias espirituales, aunque en otras ocasiones sí las sentí. Tampoco vi
ningún túnel o luz brillante, pero sí sentí una clara y serena consciencia, que
obtuve sin dificultad ni esfuerzo.
La 2ª EEC fue bastante similar. Sufrí una parada respiratoria durante un parto
difícil. El anestesista sujetó con abrazaderas una mascarilla de oxígeno sobre
mi cara y perdí el conocimiento. No sé cuando pasó pero, de repente, estaba otra
vez fuera del hospital, durante la tarde del parto, observando el tráfico
alrededor del hospital, consciente de las intersecciones y del tráfico, del
cielo parcialmente nublado, de los peatones andando en el recinto del hospita.
Cada detalle era claro como el agua y experimenté el mismo sentimiento de paz.
Sin embargo, esta EEC parece mucho más corta que la primera. Hasta hoy,
desconozco cómo lo sé, pero estoy segura de que fue más corta. Entonces, volví a
la sala de partos, donde acababa de dar a luz a un bebé varón afortunadamente
sano.
1._ ¿Medicamentos o sustancias que hayan podido influir en la experiencia?:
sí.
Explicación:
sin sustancias en la primera EEC. En la segunda EEC, la combinación de anestesia
y, por lo visto, escasez de oxígeno.
2._ ¿La experiencia fue difícil de expresar con palabras?:
no.
3._ ¿En el momento de la experiencia, existía alguna amenaza vital?:
no lo sé
con seguridad.
Describa:
en el primer episodio, me golpeé la cabeza al caer. Aunque eso sucedió en un
aula con personas presentes, ninguna dijo después si yo respiraba o no cuando
ocurrió. Después, recobré la consciencia muy rápidamente.
En el segundo, una enfermera, que se quedó tras su turno para estar conmigo
mientras paría, me dijo, con voz comedida, que yo había tenido “dificultades”
mientras estuve bajo anestesia. Tuve que sonsacarle un poco para que admitiera
que había dejado de respirar. Investigando esta experiencia, aprendí de varios
anestesistas que la anestesia no es una ciencia exacta y administrársela a la
gente requiere habilidad y un poco de suerte. Un desequilibrio en lo que se
administra puede hacer que el paciente no se adormezca lo suficiente, o puede
producirse una sobredosis momentánea por la que el paciente deje de respirar
—situación temporal que un anestesista en alerta puede remediar la mayor parte
de las veces, aunque a veces los pacientes puedan morir, y de hecho mueren, por
tales complicaciones—.
4._ ¿Cuál era su nivel de consciencia y de alerta durante la experiencia?:
como lo describí más arriba, muy alerta y sin ansiedad, a diferencia de
cualquier otro sueño que haya tenido. El tiempo se experimenta de modo distinto,
pero ignoro como lo sé, no puedo explicarlo.
5._ ¿De algún modo la experiencia se parecía a un sueño?:
no. He
tenido sueños clarividentes muy detallados, pero solamente durante uno de ellos
experimenté una sensación de paz parecida. Era un sueño donde vi a alguien que
quería y que acababa de morir, sin que entonces lo supiera en mi vida
consciente. Esta persona estaba de pie en un hermoso paisaje experimentando la
misma paz que la de mis EEC. Eso sentí durante el sueño. Una vez más, soy
incapaz de explicar cómo supe lo que él sentía.
6._ ¿Experimentó una separación entre su consciencia y su cuerpo?:
sí.
7._ ¿Qué emociones sintió durante su experiencia?:
como
describí antes, sin emociones, solo consciencia.
8._ ¿Oyó usted sonidos o ruidos extraños?:
durante
mi primera EEC el día era ligeramente ventoso y oí el viento pasar por la copa
de los árboles a mi alrededor, haciendo sonar las hojas. No recuerdo ningún
sonido durante la segunda EEC.
9._ ¿Pasó usted en, o por, un túnel o recinto?:
no.
10._ ¿Vio usted una luz?:
no.
Describa:
parecía haber una luz sobrenatural sobre estos paisajes, por otra parte
ordinarios, que vi, pero solo porque mi sentido para los colores durante la EEC
estaba agudizado, creo yo.
11._ ¿Encontró usted o vio a algún otro ser?:
no.
Describa:
no durante las EECs. Durante el sueño clarividente, sí.
12._ ¿Experimentó usted una revisión de acontecimientos pasados de su vida?:
no.
Describa:
pienso que estas EEC y mis sueños han contribuido a mi sentimiento de que la
vida y la muerte no se limitan a lo que ven nuestros ojos. Sin embargo, me he
pasado la vida leyendo libros new Age, textos médicos, y libros de
física, en un intento por comprender cómo pueden ocurrir tales cosas. Sigo
preguntándome cuánto de estas experiencias es debido a “mecanismos” cerebrales y
cuánto a energías relacionadas con el cosmos.
13._ ¿Vio usted u oyó, durante su experiencia algo relacionado con
personas o acontecimientos que pudiese verificar más tarde?:
no.
Describa:
no han podido verificarse mediante testimonios. Sin embargo, el tiempo
transcurrió durante mis EECs como si no hubiesen tenido lugar. Por ejemplo,
durante mi primera EEC, el cambio de clase ocurrió mientras yo estaba fuera de
mi cuerpo y lo observé ocurriendo aunque mi cuerpo estuviese inconsciente allí
en el aula.
14._ ¿Vio usted, o visitó algún lugar, nivel o dimensión hermosos o de
algún modo distintivos?:
sí.
Describa:
estar arriba en el aire. En aquel entonces, no lo encontré extraño. No tenía
sensación de estar flotando, solamente sabía dónde estaba por cómo parecían las
cosas desde esa posición estratégica.
15._ ¿Tuvo usted alguna sensación de alteración del tiempo o el espacio?:
no estoy segura.
16._
¿Tuvo usted la sensación de tener acceso a un conocimiento especial, orden y/o
propósito universales?:
no.
Describa:
ninguna revelación, aparte de lo que me ocurrió.
17._ ¿Alcanzó usted un límite o una estructura física de delimitación?:
no.
18._ ¿Se dio usted cuenta de acontecimientos futuros?:
no.
Describa:
no, siempre fui médium pero no a escala global.
19._ ¿Estuvo usted implicada en, o fue consciente de, una decisión para
volver a su cuerpo?:
no.
Describa:
los regresos al cuerpo fueron totalmente espontáneos, al igual que las salidas.
20._ ¿Obtuvo usted dones especiales, psíquicos, paranormales, o de otro
tipo, que no tuviera antes de la experiencia?:
sí.
Describa:
sí, pero también los tenía antes, como ya declaré.
21._ ¿Tuvo usted algún cambio de actitud o creencias tras la
experiencia?:
no
responde.
Describa:
como lo describí antes.
22._ ¿Ha afectado esta experiencia a sus relaciones, su vida cotidiana, sus
prácticas religiosas, etc., sus elecciones de carrera?:
no soy
nada materialista ni ambiciosa porque, a mi entender, esa no es la finalidad de
la vida. Presto atención a la gente que conozco y a algunos los “reconozco” como
maestros en la vida o almas a las que he conocido en alguna otra parte.
Pienso que todos somos maestros los unos de los otros y venimos de la misma
fuente, aunque estemos en “niveles” diferentes. La vida es una escuela.
Creo en los ángeles de la guarda y los he sentido.
23._ ¿Ha compartido usted esta experiencia con otras personas?:
sí.
Describa:
les interesó. Yo no diría que les influyó, aunque pueden compartir mi creencia
de que hay algo después de la muerte corporal.
24._ ¿Qué emociones experimentó usted tras su experiencia?:
curiosidad. La sensación de que experimenté algo muy bonito y que ese es un
estado que ya he vivido antes y que volveré a experimentar.
25._ ¿Cuál fue la mejor y la peor parte de su experiencia?:
la
mejor: la ausencia de tensión, los colores y los detalles. En realidad, no hubo
parte peor, aunque el regreso a mi propio cuerpo no fue nada divertido.
Preferiría haber permanecido en el estado de EEC. Al volver, mi cuerpo se
pareció frío, perezoso y pesado. Sin embargo, he sentido lo mismo tras despertar
de mareos y de operaciones quirúrgicas donde no hubo ninguna EEC.
26._ ¿Hay algo más que le gustaría añadir acerca de la experiencia?:
lo ya dicho la resume bien. Añadiría que, cuando se está en ese estado, uno se
da cuenta de que, realmente, no hay ninguna diferencia entre él y las demás
formas de la creación. En aquel estado, estamos todos al mismo nivel.
27._ ¿Su vida ha cambiado específicamente como consecuencia de la
experiencia?:
no
contesta.
Describa:
como ya expliqué antes.
28._ ¿Tras su experiencia, ha tenido usted algún otro acontecimiento en su vida,
medicaciones, o substancias, que reprodujeran alguna parte de la experiencia?:
sin respuesta.
Describa:
no. He probado una o dos drogas cuando era más joven, he perdido el conocimiento
mientras donaba sangre, o en el curso de procedimientos médicos donde no existía
ninguna amenaza (¡pero me desmayaba de todos modos! Creo que es un rasgo
familiar. Mi hermano se desmaya también, pero él no ha tenido EEC ni sueños
clarividentes.). También pasé por otras dos operaciones quirúrgicas que
requirieron anestesia completa, pero ninguna EEC ocurrió durante ellas. También
he tenido sueños lúcidos pero, de nuevo, ninguna EEC en ellos, y sueños en los
que vuelo pero, de nuevo, diferentes a lo que experimenté durante la EEC.
29._ ¿Las preguntas formuladas y la información que acaba de proporcionar
describen su experiencia exacta y exhaustivamente?:
sí.
Explicación:
me gustaría ser hipnotizada de modo que pudiera experimentar de nuevo aquellas
EEC y ver si ocurrió durante ellas algo que hoy no recuerde conscientemente, es
decir, si hubo algo más. También pienso que el lenguaje puede ser una barrera. A
veces, uno no puede explicarse con las descripciones típicas. Las palabras no
siempre son adecuadas. O quizás yo sienta la frustración habitual que se siente
sabiendo hasta qué punto es difícil para el lector sentir plenamente lo que una
persona que vive una EEC experimenta de verdad, a menos que ellos mismos hayan
tenido una EEC.
30._
Por favor, ofrezca alguna sugerencia que usted tenga para mejorar el
cuestionario
www.nderf.org :
ninguna,
las preguntas son lo suficientemente profundas. Sugiero que preguntéis si la
persona cree que su experiencia es auténticamente espiritual o si duda de su
valor. Digo esto porque a veces soy escéptica con mis propias experiencias. Sé
que no tenemos un conocimiento muy profundo de cómo funciona nuestro
pensamiento. Nuestros cerebros físicamente asimétricos son, por ejemplo, capaces
de sentir nuestra identidad de modo distinto a como lo hacen los animales con
lóbulos simples.