Descripción de la experiencia:

He tenido al menos 12 desmayos. En dos ocasiones, tuve una ECM. La segunda fue idéntica a la primera. La segunda experiencia empezó donde la primera se había parado. Me he preguntado a menudo por qué. Habían entre ellas siete años de diferencia. He sido diagnosticado con síncope neurocardiogénico. Tengo un prolapso de la válvula mitral y un soplo cardíaco.

Recuerdo la brillante luz blanca. Para mí, se sentía más como caminar con un propósito que un túnel confinado. La primera vez que sucedió, cuando volví en sí, los paramédicos sacaron el desfibrilador y estaban trabajando sobre mí. Hubo un shock y una sacudida cuando regresé. La segunda vez, estaba en la oficina del cardiólogo haciendo una prueba de esfuerzo y me desmayé cuando me pusieron el colorante radioactivo en mi intravenosa. La segunda vez que me desmayé, vi gente. No reconocí a ninguno de ellos. Me miraban como si se preguntasen por qué estás tú aquí. Algo iba mal. Supongo que no era aún mi momento de marchar.

En ambas ocasiones, los diferentes cardiólogos me dijeron que mi ECM no era real; que era tan solo una reacción a la condición médica en que me encontraba. Así que decidí dejar pasar el asunto y olvidarlo. En aquel momento, era un alcohólico y en mi adicción, estaba en una situación de negación, por lo que no quería enfrentar el hecho. Hoy, he estado sobrio por 2 años y medio y trabajo en un programa de 12 pasos. Todavía tengo problemas de salud y siempre los tendré. Me dijo mi cardiólogo que tengo un riesgo alto de derrame cerebral y muerte súbita. Mi salud estará bien tanto tiempo como me mantenga sobrio. Después de tener las ECMs, me he sentido culpable sobre mi alcoholismo. Uso mis ECMs para ayudarme a permanecer sobrio y tener una mejor calidad de vida.