ECM de Suzanne B
|
Descripción de la experiencia:
“Abre bien la boca”,
me decía el dentista, mientras sostenía el taladro zumbando peligrosamente cerca
de mi boca.
Ésta se suponía que fuera una cita de rutina, y ante su insistencia, obedecí. Comencé a meditar aún antes de que el óxido nitroso comenzara a hacer efecto. La meditación siempre ha sido un mecanismo de adaptación para mí cuando estoy en el sillón del dentista. Este doctor entendía mi fobia – causada en parte por la insensibilidad de sus predecesores – y se esmeraba en hacer que me sintiera cómoda. Le gustaba mantener la sala a una temperatura gélida, de manera que yo estaba arropada bajo una cobija de lana, me habían administrado óxido nitroso, una inyección de Novocaína, y me habían colocado audífonos a través de los que escuchaba mi música clásica favorita. En el procedimiento de este día, el dentista operaba críticamente cerca de un nervio en preparación para reemplazar una corona de oro.
De una cosa estaba segura – como la mayoría de las personas, yo detestaba ir al dentista.
Durante esta visita en particular, y estando plenamente consciente del trabajo que se estaba realizando, yo sentía un dolor insoportable. Mi doctor, consciente de mi situación, me inyectó más Novocaína. Cerré los ojos en meditación e invité a la Luz blanca y protectora a que se derramara sobre mí. Entonces esperé hasta que la Novocaína y el óxido nitroso hicieran efecto. La meditación no lograba mantenerme completamente libre de dolor, de manera que pregunté si se estaban siguiendo los procedimientos usuales. El dentista asintió, mientras que alcanzaba más Novocaína. Nuevamente invoqué a la Luz y sentí que iba hacia los límites de mi consciencia. Comencé a flotar, pero la sensación de suspensión que normalmente experimentaba no parecía normal. De algún modo, hoy sería diferente.
Cuando cerré los ojos, el vacío oscuro no cristalizó convirtiéndose en el caleidoscopio multicolor que usualmente se formaba ante mi vista interior. Por el contrario, me encontré en un corredor o túnel oscuro. Después de enfocar la vista, detecté rayos de luz que emanaban de un punto central. Fuerzas como magnéticas me atraían hacia esta luz. A medida que me acercaba, discerní que lo que había tomado por rayos de luz eran realmente otros seres como yo. Estábamos siendo arrastrados hacia la vibrante luz al final del túnel, y permanecíamos en un estado de animación suspendida. Tuve la sensación de flotar a medida que la Luz me atraía hacia ella. ¡Cuanto más me acercaba, mejor me sentía! Ligera, gozosa, sin estrés. Me sentía serena y totalmente inafectada por el estrés de la vida diaria. ¡Ya no existía nada material, para mi gran alivio! Quería que esta experiencia continuara para siempre. Era, sin duda alguna, un lugar mejor que ningún otro lugar adonde había estado. Uno por uno, todos los seres llegaron al final del túnel, y todos fuimos atraídos a través de una puerta de luz, hacia un arco iris de colores. Me sentía como si estuviera suspendida en la aurora boreal. Puntos brillantes se adherían a los seres que ascendían delante de mí, y sus formas estaban inmersas en un misterioso resplandor. Al pasar por el arco iris, yo también adquirí brillo adicional, sólo para descubrir que estos brillantes pulsos de luz eran las almas de las mascotas que habíamos amado durante nuestras vidas. Sus almas estaban en el arco iris esperando a que pasáramos a través de esta puerta de luz.
Después de pasar por esta efervescencia multicolor, me elevé suavemente, atravesando una miríada de capas de luz incandescente que centelleaban sobre mí. Cada una era más brillante que la anterior, formando un despliegue como de diamantes, y cada una tenía una intensidad diferente, así como sutiles tonos de blanco. A medida que ascendía, capa por capa, me sentía acariciada por una calidez y armonía llenas de amor, mientras que mi ser se vaciaba de tensiones, temor y estrés. Me abrumaban sentimientos de compasión y comprensión, y la belleza de todo esto me dejaba sin aliento. El esplendor que había en cada nivel me provocaba lágrimas de gozo, tan conmovida me sentía por la inmensa belleza que envolvía y permeaba cada átomo de mi cuerpo. Nunca en mi vida había sentido la clase de amor y paz “... que sobrepasa todo entendimiento.”
El dentista, interpretando mal las señales, pensó que mis lágrimas eran prueba de que necesitaba más Novocaína para aliviar el dolor. No tenía manera de saber que mis lágrimas eran una manifestación del éxtasis que permeaba todo mi ser.
Me desplazaba a través de cada capa blanca lentamente, y me detuve en el punto más alto, donde se encontraba la fuente central de la luz. Las capas de luz a través de las cuales me movía formaban un nido en forma de media luna en el que reposaba el globo de energía. Yo podía mirar directamente esta esfera de luz, sin que me cegara su brillantez. Miraba transfigurada cómo el globo traslúcido continuaba palpitando con vida propia. Con el ritmo de cada pulsación, el color cambiaba y armonizaba con los muchos tonos sutiles del espectro de luz. Irradiando suavemente, me llamaba, invitándome a sumergirme en su fulgor. El brillo de luz que a menudo se ve en la cresta de una ola en el océano es la mejor descripción, y yo ansiaba hundirme en él y dejar que el agua cristalina corriera sobre mí. Se abrió una puerta interior, permitiendo que el amor inundara mis sentidos y dejándome inmersa en sentimientos de inefable belleza y paz.
No podía evitar sentir que era parte de un inmenso sistema solar – como si el centro infinito de una estrella recién formada me estuviese atrayendo cada vez más cerca. Y aún este concepto es demasiado pequeño para describirlo. Me convertí en parte de algo tan vasto como el mismo Universo, y las chispas de energía que éste emitía eran nuestras propias almas.
El pensamiento que comenzó a tomar forma en mí era, “¡Todos somos el oropel galáctico de Dios!”
Mi reacción inicial a lo que giraba a mi alrededor fue la negación. El óxido nitroso tenía que ser el motivo de mis alucinaciones. Mis pensamientos pronto se convirtieron en preguntas sobre mi propia mortalidad. ¿Había vida después de la vida? ¿Es la vida un continuo sin fin, o sólo una realidad entre la cuna y la tumba? Y, ¿quién está realmente a cargo de todo? Mis pensamientos continuaron de este modo, gradualmente volviéndose más inquisitivos.
Sentía cierta dicotomía: mi cuerpo permanecía sobre el sillón del dentista, mientras que mi mente, alma y espíritu estaban suspendidos en la última capa de luz. Sentía una irresistible necesidad de sumergirme en el globo de energía que flotaba sobre mí. Sin embargo, la inquietud sobre mi entorno continuaba asediándome. ¿Estaba realmente en el otro lado de la vida? ¿Estaba MUERTA?
Perturbados por los giros de mi mente, mis pensamientos confusos luchaban por “regresar” al sillón del dentista.
Fue sólo al darme la quinta inyección de Novocaína que mi doctor se percató del problema. Frenéticamente me arrancó la máscara de óxido nitroso, y le ordenó a su asistente que aumentara mi suministro de oxígeno. Telepáticamente entendí los pensamientos de mi doctor, “¿Problema? ¿Problema? No tengo ningún problema”, o así pensé en mi aturdimiento.
Me deslicé a través de las barreras que mis pensamientos estaban construyendo, y volví a la luz que me envolvió con su compasión, dejándome en un estado de euforia. Yo no tenía forma, ni ojos, sin embargo podía “sentir” y “ver”. Yo era sólo mente. Vagamente discernía otras almas en este nivel, pero no reconocí a nadie en particular. Éramos formas de energía del pensamiento, cada alma un punto de luz. Los demás me miraban con una consciencia cálida y amorosa. Les oí decir, “Sabemos que tú sabes adónde vas”. Confusa, pensé, “¿Cómo podría yo saber adónde voy, cuando ni estoy segura de dónde estoy?” Los demás parecían estar contentos de verme; su esplendor unificado y su amoroso aliento me apoyaban y también me abrumaban. Toda la tensión se disipó de mi mente, y en su lugar crecía un éxtasis sin fin.
“Nada podría ser mejor que esto”, pensé, e inmediatamente me sentí arrojada hacia el centro de la esfera de Luz. Quedé maravillada y abrumada por la belleza que me rodeaba; me entregué a una sensación de calidez, amor, armonía y comprensión que nunca había conocido. Sentía como que poseía conocimiento infinito, y cualquier pregunta que pasaba por mi mente traía su propia respuesta. Me tomaría el resto de mi vida encontrar las palabras que pudieran hacerle justicia a la magnificencia de este lugar divino. También sabía que el lenguaje de nuestro entorno terrenal y sus limitaciones no podrían comenzar siquiera a descubrir el éxtasis puro de lo que vi y sentí durante mi odisea extraterrenal.
Aparte de todo esto, todavía me preguntaba dónde estaba... hasta que “Él” habló otra vez.
Una voz resonaba desde el centro de luz, a medida que la luz pulsaba rítmicamente, y tonos pasteles de rosa, lila y azul danzaban ante mis ojos. El brillo de la luz era comparable a las facetas de un trillón de diamantes, fulgurando simultáneamente. La Voz, ahora tan cerca de mí como mi propio aliento, susurró, “Todo está bien, estás aquí conmigo.”
Mis pensamientos explotaron con el impresionante descubrimiento de que Dios me hablaba.
Él me tranquilizó, “Sí, Yo soy la Luz, y estás conmigo... estás segura... estás aquí conmigo”.
Esto enfatizaba cuánto la Divinidad nos ama y valora a cada uno de nosotros. Me dejé llevar, y voluntariamente me entregué a la Sabiduría infinita y la Verdad esencial.
Entonces la Presencia amorosamente destacó ciertos eventos de mi vida que merecían repaso, y, hablando con autoridad, me dijo: “Escribe y comparte estas viñetas de tu vida.”
Después de sostener conversaciones con seres de luz, el Espíritu infinito me infundió conocimientos sobre las preguntas más profundas de la vida, y me impartió un entendimiento del “ingrediente que falta” y que enriquecerá la vida de este lado del túnel. Entonces me indicó que escribiera este libro.
Escuché atentamente, no quería perderme ni una sola palabra.
Termina tus proyectos. Escribe esta experiencia. Puedes contar con mi ayuda. Escribe un libro sobre lo que acabas de experimentar, exactamente como sucedió. ¡Puedes hacerlo!
Entreteje en la narración tus experiencias de vida y comparte las lecciones que has aprendido. Háblales sobre la belleza, la paz y la gloria de la “Graduación”. Cierra tu libro con el “ingrediente que falta”.
Luego agregó, “Esto debería convertirse en un éxito de ventas”, dijo con entusiasmo, como si Él mismo fuera a escribir el libro.
En un instante, me dio el bosquejo del libro en su totalidad por medio de transferencia telepática. “Increíble,” pensé. Él parecía estar muy complacido con su trabajo, y despertó aún más mi curiosidad con referencias a la “graduación” y el “ingrediente que falta”.
Le dije “No sé cómo escribir un libro. Nunca antes he escrito”. Sentía que se me hacía un nudo en el plexo solar. Él tenía que estar equivocado.
“Yo te guiaré”.
Haciendo caso omiso de mis dudas, continuó, “Si decides regresar, quisiera que guiaras a otros. Enséñales lo que has aprendido a través de tus lecciones de vida. Empieza por ayudar a la gente a concentrarse en lo que les apasiona”.
La refulgente luz de plata y oro que nos envolvía en este palacio celestial comenzó a cambiar de color, y adquirió un tono rojizo y pulsante. Hubo una larga pausa antes de que Dios hablara de nuevo.
”Hay algunos que dicen que están haciendo lo que les gusta... ¡y luego se pasan toda una vida desdeñando lo que hacen!”
Se oía decepcionado, y yo podía sentir su dolor.
Su tono cambió y la luz roja y pulsante se aquietó, transformándose nuevamente en un campo de energía dorada y plateada. Después de un largo silencio, continuó “Ayuda a la gente a elegir lo que les gusta hacer, y diles: ¡QUE... LO... HAGAN... CON AMOR!
***
Sentí alivio al saber que todo lo que Él quería es que compartiera mis lecciones de vida; sabía que eso era algo que sí podía hacer.
Cuidadosamente medité sobre la decisión que afrontaba.
¿Dónde estaba cuando morí? Ah, sí, estaba en el sillón del dentista.
***
Recordé mi amistad de largo tiempo con mi dentista, cuando de repente espeté “Oh, no, este hombre se va a sentir deshecho si me muero en su sillón!” Con ese pensamiento altruista, mi decisión estaba hecha, y todo se volvió negro. Ya no estaba ante la presencia de Dios.
Sin más, me encontré flotando cerca del techo en el consultorio del dentista. Una nube gris envolvía la habitación debajo de mí. Desde mi posición elevada, parpadeé de incredulidad. El vapor nebuloso se despejó ligeramente, y a través del mismo, vi a mi dentista inclinado sobre mí, muy alarmado. Había una ansiedad abrumadora en su expresión, y su voz transmitía gran preocupación. No me encontraba el pulso, y se había dado cuenta de que yo tenía graves problemas.
El doctor le gritó a la enfermera que me aumentara el flujo de oxígeno, mientras que se inclinaba sobre mí, llamándome.
“¡Suzanne! ¡Suzanne,” repetía con gran urgencia en la voz.
Mientras decía mi nombre, todo se volvió negro por segunda vez. Salir de mi cuerpo había sido fácil, en comparación con volver a entrar en él. Parecía que el corazón se me agarrotaba mientras que luchaba por encontrar su ritmo. El primer latido de mi corazón se sintió como si me pegaran en el pecho con un mazo. El dolor de reingresar a mi cuerpo físico fue insoportable. Me envolvía el temor. “Dios me prometió que podría regresar,” pensé para tanquilizarme. Había cosas que él quería que hiciera. La oscuridad se disipó.
“Suzanne, Suzanne, ¿estás ahí?”
Abrí los ojos. ¡Había regresado! Estaba nuevamente en mi cuerpo, mirando a mi confundido dentista, con lágrimas corriéndome por el rostro, mientras balbucía “Estoy bien, estoy bien”. El dentista pensó que yo tenía intenso dolor porque la Novocaína no había funcionado. No tenía manera de saber que mis lágrimas eran lágrimas de alegría por estar viva y porque se me había dado una segunda oportunidad. Yo no estaba lista para decirle adónde había ido durante mis momentos de ausencia. Pensé que no me creería. ¿Me creería alguien?
Pasé el resto del día acostada en el sofá en su oficina trasera. Me negué a que me enviara al hospital. Yo sabía que mi condición era temporal. Sabía que estaría bien y sólo necesitaba tiempo para recuperarme del impacto de mi reingreso al cuerpo. Empleé el tiempo para reflexionar sobre la increíble aventura que había vivido.
Sonreí al pensar en la trillada expresión “¡Éste es realmente el primer día del resto de mi vida!”
Información previa:
Sexo: Mujer
Fecha en que ocurrió la ECM: 13 de julio de 1993
¿En el momento de su experiencia, existía alguna circunstancia que amenazara su vida? Sí. Relacionado con una cirugía. Reacción alérgica. Morí en el sillón del dentista. No se esperaba que el procedimiento pusiera en peligro mi vida, pero mi actividad cardíaca cesó durante una cirugía dental.
Elementos de la ECM:
¿Cómo considera el contenido de su experiencia? Maravilloso.
¿Se sintió separado de su cuerpo? Claramente abandoné mi cuerpo y existí fuera de él.
¿Cómo compararía su máximo nivel de consciencia y alerta durante la experiencia con su consciencia y alerta normal de todos los días? Más consciente y alerta de lo normal. Según se describe anteriormente.
¿En qué momento de la experiencia estuvo en su máximo nivel de consciencia y alerta? En todo momento. Retuve todo lo que experimenté en el otro lado. Estaba en un estado de súper consciencia.
¿Sus pensamientos estaban acelerados? Increíblemente.
¿El tiempo pareció acelerarse o ralentizarse? Todo parecía estar sucediendo a la vez; o el tiempo se detuvo o perdió todo significado No había sentido del tiempo, y sin embargo todo ocurrió en sólo cuatro minutos terrenales.
¿Sus sentidos eran más intensos que de costumbre? Increíblemente más intensos.
Compare su visión durante la experiencia con la visión cotidiana que tenía inmediatamente antes del momento de la experiencia. Sí. Todo esto. Sabía la respuesta a todas las preguntas instantáneamente.
Compare su audición durante la experiencia con la audición cotidiana que tenía inmediatamente antes del momento de la experiencia. No.
¿Le pareció estar consciente de cosas que ocurrían en otro lugar, como si se tratase de percepción extra sensorial (ESP)? Sí, y los hechos han sido comprobados.
¿Pasó hacia o a través de un túnel? Sí. Ver la narración principal.
¿Encontró o llegó a estar consciente de algún ser difunto (o todavía vivo)? Sí. Me elevé a través de cada capa blanca, cada una más brillante que la anterior. Discernía otras almas en la última capa que acunaba al magnífico globo de luz. Yo no tenía forma ni ojos, sin embargo podía “sentir” y “ver”. Yo era sólo mente. Vagamente discernía otras almas en este nivel, pero no reconocí a nadie en particular. Éramos formas de energía y pensamiento, cada alma un punto de luz. Los demás me miraban con una consciencia cálida y amorosa. Les oí decir, “Sabemos que tú sabes adónde vas”. Parecían estar contentos de verme; su esplendor unificado y su amoroso aliento me apoyaban y también me abrumaban. Toda la tensión se disipó de mi mente, y en su lugar crecía un éxtasis sin fin.
¿Vio, o se sintió envuelto por, una luz brillante? Una luz de claro origen místico o de otro mundo.
¿Vio una luz sobrenatural? Sí. Después de ascender pasando por capas de luz incandescente, vi un magnífico globo de luz. Las capas de luz a través de las cuales me movía formaban un nido en forma de media luna en el que reposaba el globo de energía. Yo podía mirar directamente esta esfera de luz, sin que me cegara su brillantez. El globo traslúcido palpitaba con vida propia. Con el ritmo de cada pulsación, el color cambiaba y armonizaba con los muchos tonos sutiles del espectro de luz. Irradiando suavemente, me llamaba, invitándome a sumergirme en su fulgor. Sentía que era parte de un inmenso sistema solar.
¿Le pareció entrar a algún otro mundo sobrenatural? Un reino claramente místico o sobrenatural.
¿Qué emociones sintió durante la experiencia? Asombro, belleza, compasión, armonía. Era como si me hubieran quitado de los hombros todas las penas del mundo. La conversación sobre narrar mi experiencia personal en el “Más allá” fue sobrecogedora. Tratar de encontrar las palabras correctas para describir lo “indescriptible” es algo que hago en la esperanza de que infunda un sentido de lo maravilloso a la idea de la vida después de la muerte. Esperanza, un sentido de seguridad, una elevación del espíritu, una sonrisa, el esplendor que me provocó lágrimas de gozo al contemplar la belleza de esta experiencia trascendental. Me sentía serena y totalmente libre de barreras. El amor embargaba mis sentidos y me sumergía en sentimientos de inefable belleza y tranquilidad. Sentía la clase de amor y paz que sobrepasa todo entendimiento. La voz del Creador fluía sobre mí como una etérea cobija de amor que emitía oleadas de sanadora compasión y permeaba mi esencia. Sé cuánto cada uno de nosotros es amado y valorado por la Divinidad. Me dejé llevar y voluntariamente me entregué a la Sabiduría infinita y la Verdad esencial. Una voz reconfortante que provenía de la Fuente envolvía y elevaba mi consciencia a niveles más altos de entendimiento.
¿Tuvo una sensación de alegría? Increíble alegría.
¿Sintió una sensación de armonía o unidad con el Universo? Me sentía unida a, o una con el mundo.
¿Le pareció de repente entenderlo todo? Todo sobre el Universo.
¿Volvieron a usted escenas de su pasado? Mi pasado pasó rápidamente ante mí, fuera de mi control. Describir el repaso de mi vida sería como volver a escribir todo mi libro. El Creador me guió a través del repaso de mi vida, y concluyó cada escena con una “Lección de vida”. (Tendrá que leer el libro para ver la totalidad del repaso de mi vida. Es una tarea demasiado inmensa para escribirla aquí nuevamente. Discúlpenme. Esto es agotador.).
¿Vinieron a usted escenas del futuro? Escenas del futuro del mundo.
¿Alcanzó un límite o una estructura física limitante? Sí. No entiendo la pregunta, a menos que quiera decir el final del túnel.
¿Llegó a una frontera o punto de no retorno? Llegué a una barrera que no se me permitió cruzar; o se me regresó a la vida contra mi voluntad.
Dios, espiritualidad y religión
¿Qué importancia le daba a su vida religiosa / espiritual antes de su experiencia? Incierto. Me habían bautizado en 15 religiones diferentes porque era huérfana y crecí como tal. Lo explico en mi libro.
¿Han cambiado sus prácticas religiosas desde su experiencia? Sí. Soy hija de Dios y por lo tanto pertenezco a la Iglesia Universal de Dios. Estoy con Dios donde quiera que esté en el mundo. Tengo dificultad en aceptar la religión organizada.
¿Cuál es su religión ahora? Liberal. “Ministra en la iglesia Dodona Community Church of Religious Science, Jamul, CA. Sigo todas las religiones que tienen a “Dios” al timón.
¿Ha tenido un cambio en sus valores y creencias debido a su experiencia? Sí. Soy hija de Dios y por lo tanto pertenezco a la Iglesia Universal de Dios. Estoy con Dios donde quiera que esté en el mundo. Tengo dificultad en aceptar la religión organizada.
¿Le pareció encontrar a un ser místico o una presencia, u oyó una voz no identificable? Me encontré con un ser definido, o una voz claramente de origen místico o sobrenatural.
¿Vio usted espíritus fallecidos o religiosos? Los vi realmente.
¿Incluyó su experiencia figuras espirituales o religiosas? La experiencia incluye seres espirituales o religiosos.
Con respecto a nuestras vidas terrenales aparte de la religión:
¿Obtuvo durante su experiencia conocimiento o información especial sobre su finalidad? Sí. El Creador me explicó quiénes somos como seres espirituales. El Espíritu me mostró que hemos existido antes, existimos ahora, y estaremos eternamente conectados como una consciencia espiritual. Para edificación, Él usaba el lenguaje de los símbolos (estrella, cometa y círculo) para ilustrar que somos, ante todo, espirituales, y como tales estamos eternamente conectados con Él. Para ilustrar lo que quería decir, Dios dibujó un círculo. Entonces dibujó un paréntesis abierto que intersectaba el círculo, lo cual representa nuestro nacimiento. Entonces dibujó un paréntesis cerrado no lejos del primero, que representa el final de nuestra vida terrenal. El espacio entre los dos paréntesis representa nuestra existencia humana. La muerte es el paréntesis cerrado, y representa nuestra GRADUACIÓN al mundo espiritual. Con un ademán amplio, indicó que el resto del círculo es lo que, como espíritus, aún nos queda por experimentar.
¿Han cambiado sus relaciones específicamente debido a su experiencia? Sí. En un grupo que esté hablando de lo que considero negativo, me voy. He tenido que poner fin a varias amistades porque la conversación de estas personas es 100% quejas, sin oportunidad de detenerlas. Escojo cuidadosamente a las personas con quienes deseo estar. Definitivamente la experiencia me ha aislado de la mayor parte de la población. Veo musicales y películas sobre la naturaleza, y ya no soporto ver películas de horror o muerte, ni que tengan que ver con la violación o el incesto, y me mantengo alejada de éstas. Los cines que muestran películas taquilleras no se van a enriquecer conmigo, teniendo en cuenta su énfasis en la sangre y la carnicería en el entretenimiento.
Después de la ECM:
¿Fue la experiencia difícil de expresar con palabras? Sí. No hay palabras terrenales con las que describir lo magnífico de la experiencia. Sin embargo, hice lo mejor que pude en mi libro: Beyond The Tunnel: A Near-Death Experience [Más allá del túnel: una experiencia cercana a la muerte]. Fue difícil reflejar el mundo de lo nebuloso y hacerlo concreto, dándole vida terrenal a una experiencia trascendental asombrosa.
¿Ha tenido tras la experiencia dones psíquicos, no ordinarios u otros dones especiales que no tuviera antes de la experiencia? Sí. Un campo de energía completamente equilibrado y sin interrupciones en mi aura. Sensibilidad extrema. Oír conversaciones negativas realmente me molesta. Ya no puedo formar parte de eso. Siento que ya no soy parte del mundo, sino que vivo en las fronteras del mismo. Estoy consciente de las personas que me drenan de mi energía apacible, y las evito. Soy extremadamente sensible a las almas de los animales pequeños. Mi reloj de pulsera se detiene y las luces de la calle se apagan ante mi presencia. Soy sensible a los pensamientos de otras personas. Pesto atención a los mensajes y a los mensajeros en el camino. Reconozco el contacto y los mensajes continuos de afirmación que provienen del otro lado sobre lo que estoy haciendo y las decisiones que tomo.
¿Hay una o más partes de la experiencia que sean especialmente significativas o importantes para usted? El hecho de que estuve hablando con Dios y que Él me dijo que escribiera un libro para compartir sus mensajes. La seguridad de que Dios existe y está siempre con nosotros y que cumple sus promesas. Las citas de lo que Dios dijo en forma de “Lecciones de vida” al final de cada una de las secciones del repaso de mi vida.
¿Ha compartido usted alguna vez esta experiencia con otros? Sí.
¿Tenía usted algún conocimiento de las experiencias cercanas a la muerte (ECM) antes de la experiencia? No. Nunca. Antes vivía en Europa, y nunca escuché hablar de esto allá tampoco.
¿Qué pensó sobre la realidad de su experiencia poco tiempo después (días o semanas) de que sucediera? La experiencia fue definitivamente real.
¿Qué piensa ahora sobre la realidad de su experiencia? La experiencia fue definitivamente real.
¿En cualquier momento de su vida, ha habido alguna vez algo que le haya reproducido parte de la experiencia? No.
¿Hay algo más que le gustaría añadir acerca de su experiencia? Espero fervientemente que mi odisea extraterrenal les traiga inspiración a otros en su trayecto espiritual.
¿Hay alguna otra pregunta que podríamos hacer para ayudarle a comunicar su experiencia? Mi cerebro está en un espacio totalmente nuevo. Cosas que nunca antes soñé con hacer.