Visitación Angélica de TS
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Descripción de la experiencia:

En 1983 estaba embarazada. Debía parir en Agosto de aquel mismo año. Desde Enero, un Ángel vino cada noche hacia las 3 de la madrugada para decirme: “Ella no es el bebé que tú criarás.”. Para los médicos, todo iba normal. En Junio de 1983, una ecografía reveló la presencia de fluido alrededor de uno de los pulmones del bebé. También reveló que se trataba de una niña. Yo ya le había asignado un nombre. También había aceptado que era mía para disfrutarla tan sólo durante el embarazo. Finalmente, el ginecólogo me pidió que le preguntara al Ángel lo que iba a pasar. Yo me sentía incómoda, pero hice lo que me pidió. El Ángel respondió: “mientras dependa de ti, se portará bien. Dentro de los 20 primeros minutos tras su nacimiento las cosas empezarán a ir mal y nada de lo que se intente la ayudará. Ella morirá y volverá con Dios. Queremos que lo sepas para que estés preparada.”. Canté para ella, para tranquilizarla y demostrarle que era amada y deseada. Le aseguré que, aunque ella no iba a permanecer conmigo, cuidarían de ella y estaría a salvo. Nació a las 21 h 03… Su test de Apgar era de 8-9. Fue colocada encima de mí para cortar el cordón umbilical. Inmediatamente supe que tenía un pulmón colapsado. Se lo dije al ginecólogo. Fue confirmado con una radiografía torácica en la sala infantil, tras llevársela de la sala de partos. Pedí que me dejaran verla, ella agarró mi dedo. Cuando estuvo lista, la dejé ir. Envié a mi marido abajo con ella, así tendría cerca a alguien que la amara. Dentro de los primeros 20 minutos, sufrió su primera parada cardiaca. Se la estuvo reanimando durante 2 horas, murió a las 23 h 03. La parte izquierda del corazón era hipoplásica, lo que no se detectó durante el embarazo a pesar de consultar en neonatología al 8º mes de embarazo. Cuando planteé la posibilidad de un problema cardíaco con el médico, me mostró pacientemente las 4 cavidades de su corazón… De hecho sólo había un chiquitico minúsculo ventrículo izquierdo. Luego, cuando leyó el informe de la autopsia, quedó aturdido. Él había estado condescendiente y egoísta durante mi consulta inicial. Había dicho con poca sinceridad que todo iba bien. Creo que para él la lección fue la humildad: “He aprendido otra manera de comprender por lo que pasan mis pacientes. Y a aceptar aquello que se me requiere.”.

Diseñé su epitafio

Dice

“Para Dios con amor”

No he muerto

Pero Megan sí…

Comentarios adicionales en el correo electrónico adjunto en respuesta a las preguntas de NDERF:

El Ángel, que por otra parte parecía asexuado, tenía el pelo largo color miel, estaba sentado, la cara y el cuerpo vueltos hacia la izquierda. Sólo estaban visibles el pómulo derecho, la cavidad de la órbita y el mentón. No vi alas. Su ropa era larga y blanca. Parecía estar sentado sobre una roca. Yo me despertaba a las 3 de la mañana. Siempre aparecía en mi habitación. Me levantaba y me sentaba en una silla que había situado cerca de mi cama para este fin. Tras la 3ª noche, siempre a las 3 horas, jocosamente me referí a lo desconsiderado que es el horario oficial angelical…

¿Cuántas veces y bajo qué circunstancias? Cada noche desde Enero-Agosto 1983.

¿Ha tenido usted alguna otra visita angelical o algo parecido? Oigo “una voz”, tal vez sea Dios, tal vez un ángel guardián, me advierte frecuentemente… desde el simple: “Coge esas llaves ahora, o te las dejarás olvidadas” ¡¡¡Y si no las cojo inmediatamente siempre me las olvido!!! Hasta el gracioso “Reduce la velocidad, que hay un policía más adelante.”. Se lo advertí a mi amigo que conducía en aquel momento. Él respondió: “¿Y qué pasa si hay un polizonte? ¿Es que el polizonte no está de acuerdo?”. Respondí: “¡Vale! Deja entonces que el polizonte te ayude con una multa.”. Redujo la velocidad hasta el límite permitido, el radar estaba justo en la cima de la colina. Él es creyente… estamos casados. La voz es autoritaria y no le gusta que ignore sus demandas. Se vuelve realmente insistente. Es más bien telepática. A veces mediante pensamientos. A veces mediante actos. Si estoy distraída, de repente me doy cuenta que el coche va más lento, que el limitador de velocidad está desconectado y que mi pie no está puesto sobre el acelerador… 99’9% de las veces hay un policía con un radar. El resto de veces es que estoy llegando a mi salida o que alguien hace algo estúpido y debo virar bruscamente para evitarlo. Mi primer recuerdo de esta voz se remonta a los 3 años de edad, estaba en casa de mi abuela materna. Ella parecía estar bien, me cogió en sus brazos, entonces recuerdo que su rostro enrojeció. Luego, mientras cogía una silla para acercarla a la mesa, se tambaleó. Yo tenía 3 años, sin embargo de inmediato supe que había un problema, grité: “papá, ayuda a la abuela.”. La atrapó cuando iba a caer. Llamaron a una ambulancia, cuando ésta llegó mi padre me sacó al patio para cederle la habitación. Me acuerdo haber estado de pie en el fresco aire de la tarde, las lágrimas corriendo por mis mejillas, pues la voz dijo: “dile adiós porque no la verás aquí otra vez.”. Mientras la llevaban me saludó con la mano y me permitieron besarla. Aunque no estaba en estado crítico entonces, murió 10 días más tarde. Nunca la volví a ver. La noche que murió, sonó el teléfono, yo sabía que había muerto, comencé a gritar antes de que contestaran. Es mi recuerdo más precoz de la voz, pero yo ya conocía la voz cuando me habló entonces, debí pues conocerla con anterioridad. A los 3 años no había lugar a dudas en mi mente. La semana siguiente a la muerte de mi bebé, una voz, de la que estaba segura de que se trataba de Dios, me habló: “uno de tus padres pronto morirá.”. Temblé. Sentí sobre mi espíritu el peso de un inminente funesto destino, dije: “no.”. Lo repetí, le ordené a la voz que viniera conmigo… Caminé, pisando fuerte, hasta el dormitorio principal. Entré, di un portazo y cerré con llave detrás de mí. Esto todavía me hace sonreír ahora, porque me doy cuenta que ¡¡¡ encerré a Dios en la habitación para obligarle a escucharme!!! Le dije: “Tú nos has dicho que no nos cargarías con más de lo que podemos soportar. Cómo puedes venir aquí una semana tras la muerte de mi bebé y pensar que puedo soportar otra pérdida.”. Lloraba de manera histérica. “Mira en mi corazón ahora y dime que lo puedo soportar. Tengo necesidad de mis dos padres y no puedes ni siquiera considerar eso, a menos que quieras que me vuelva una loca delirante. Si piensas que puedo soportarlo es que únicamente no prestas atención. Si lo haces, entonces tus promesas no tienen ningún valor.”. En algún punto de mi discurso, oí a la voz decir tranquilamente: “Vale.” luego seguir diciendo “Vale” y finalmente repetir enérgicamente: “¡Vale! ¡Vale! ¡Vale!”. Luego se fue (puedo sentir cuando se va). El peso se quitó, supe que la amenaza ya no era inminente, también supe que había sido pospuesta, no anulada. Planeé unas vacaciones familiares que mis padres habían pospuesto. Mi madre era reacia a coger el avión, realmente detestaba la idea, no sabía si iba a venir o no… Recé por encontrar un medio para que estuviera más cómoda. He aquí la respuesta que se me dio para aliviarla:

--- “Mamá, ¿tú crees en Dios?”

--- “Sí, por supuesto.”

--- “¿Crees que es todopoderoso y que es responsable de nuestras vidas?”

--- “Sí.”

--- “Entonces, seguramente entiendes que si Él quiere matarte con un avión y tú rechazas subir a él, ¡entonces Él sencillamente estrellará uno sobre ti!”

Sonrió y respondió: “Compra los billetes.”.

Fuimos de vacaciones mi marido, mis padres y yo durante dos semanas. En septiembre de 1984, exactamente un año después de que esta conversación tuviera lugar, le diagnosticaron a mi madre una LLC (Leucemia Linfoide Crónica). Glóbulos blancos: 120000/mm3 (lo normal es de 5000 a 10000/mm3)…. Murió en 1984.